domingo, 8 de julio de 2012

Cansancio



           Qué patético, que cansino resulta oír al presidente una y otra vez la misma cantinela sobre las reformas, qué desesperante verle derrochar, tan rápidamente, la confianza que los españoles le han dado, incapaz de mantener su palabra, de imponerse como había prometido al barullo de las presiones de su partido, de los empresarios, de los periodistas; ofendido, él y los suyos, porque alguien se haya atrevido a llevar al juez la denuncia por las tropelías que la clase política –el PP, el PSOE, IU, los sindicatos, los empresarios- ha cometido en las cajas de ahorro; qué cansancio oír al PSOE diciendo que se opone a las reformas, sean cuales sean, de las que el presidente habla, sin convertirlas en ley, y si lo hace, tan aguadas que no sirven para nada; qué cansancio ver a los sindicatos peleando por mantener sus privilegios y los de sus próximos, esos mineros que se resisten a que se les trate como a los demás; qué desesperanza, ver como una a una las ocasiones se van perdiendo.

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