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miércoles, 4 de octubre de 2023

Acueducto de Patara. Kaputas. Kalkan




Día de transición sin mucho interés. A veces está uno en el derecho de preguntarse si sirvió para algo la jornada, y si ese día está en la ruta de vacaciones pagadas la pregunta es más pertinente. Hemos parado en una playa con el curioso nombre de Kaputas. Si alguien conoce Cala Morisca entre Castelldefels y Sitges puede hacerse una idea de cómo es, aunque esta no sea de ambiente gay. Hay que bajar por una escalera unos cuantos metros y al fondo se ve la playa de arena, recortada entre dos paredones rocosos, toda cubierta de tumbonas. Arriba, al otro al lado de la carretera, mucho más interesante que la playa, la montaña está cortada en dos tajos sinuosos formando una garganta profunda y alargada. Debe ser un espectáculo el día de mucha lluvia. 





La ruta de hoy de unos nueve kilómetros a través de arboleda baja, olivos y carrascas, y arbustos mediterráneos, en la zona de Patara, la ciudad donde nació San Nicolás, el destructor del templo más bello de Artemisa, también conocido como Santa Claus, no ha sido muy interesante, excepto por los restos de un acueducto, al comienzo, y de tumbas licias al final, cuyo origen no he sido capaz de encontrar. El acueducto de Patara, de 22,5 km hasta Patara, fue construido entre la época de Claudio y Vespasiano. Tomaba el agua a 680 metros sobre el nivel del mar y la entregaba, mediante un sistema de tubos tallados en piedra arenisca sólida perforados en rocas con un peso de hasta 900 kilos, a 50. Un obra de ingeniería colosal. Patara, también conocida como Arsínoe, tiene una gran historia que contar, tanto de su periodo licio como del periodo romano, en ambos casos, un gran puerto. Aquí residía el segundo oráculo de Apolo en importancia tras el de Delfos.




Sin embargo hemos ido a comer a Kalkan, una ciudad mucho menos interesante pero eso sí turística, con playa y restaurantes de pescado para extranjeros. Las vistas del restaurante eran muy bonitas.



domingo, 31 de diciembre de 2017

Datos para ser optimista




             La mayor parte de la población es pesimista sin causa. Una encuesta de 2015 a 18 mil ciudadanos repartidos entre 9 países. No estaba España. La pregunta era simple: "¿Cree que el mundo mejora?". La mejor cifra la dio Suecia: un 10% de suecos creen que sí. La peor Francia: un 3% de franceses creen lo mismo. Algunos datos laterales de la encuesta son puramente asombrosos: dos tercios de ciudadanos norteamericanos creen que la pobreza extrema se ha duplicado”. Pero los datos están ahí, en esta utilísima página: Our World in Data:

1. Pobreza. Desde 1990 hasta hoy mismo los periódicos podrían haber publicado cada día este titular: "El número de personas extremadamente pobres disminuyó ayer en 130.000".

2. Educación. En 1960 había más analfabetos (58%) que alfabetizados (42%). En 2014 la relación se ha invertido en estos términos: 85%-15%. Y los del 15% son todos viejos. Una proyección para el año 2100 sugiere que no habrá nadie sin educación formal y que siete mil millones de mentes habrán recibido educación secundaria.

3. Salud. En el año 2000 aún moría un 8% de la población antes de cumplir los 5 años. En el 2015 la cifra había bajado a la mitad. Tiene aún más interés esa cifra moderna que la remota de la mortalidad de niños en 1800: un 43%.

4. Libertad. En el año 1950 el 31% de la población vivía en una democracia. Hoy vive el 56%. El carácter del crecimiento se aprecia mejor cuando se piensa que 4 de cada 5 súbditos viven en China.

5. Población. Durante el siglo XX la población se cuadruplicó. Los demógrafos del Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados, en Austria, calculan que hacia 2075 la población mundial dejará de crecer.

***


¿Aporofobia, la palabra del año? Que va. Yo diría que Tabarnia ha tenido un éxito por encima de cualquier expectativa.

domingo, 24 de diciembre de 2017

Amistad

      “El secreto de la felicidad, encuentra algo más importante que tú, y dedica tu vida a ello.”

  
               Consumo y amistad, los dos polos sobre los que oscilamos estos días. La cantidad de trastos inútiles que acaparamos o regalamos, poniendo en ellos, a sabiendas de que no es así, la promesa de felicidad. Pero también el anhelo de amistad. Nos acordamos de viejas amistades a las que querríamos recuperar y les deseamos lo mejor, aunque nuestro esfuerzo por recuperarlas no vas allá de un clic.

              Pero no sólo consumimos objetos físicos, nuestro mayor consumo es de objetos lógicos. De ello, lo peor, es que no somos conscientes, no reparamos en que la mayor parte de las ideas que contaminan nuestra mente son tóxicas, no nos pertenecen pero las hacemos nuestras y nos convertimos en sus esclavos y las esparcimos por doquier con una pasión virulenta, ideas como virus que propagan la enfermedad. Este 2017 que está a punto de concluir ha llevado al paroxismo el consumo de ideas tóxicas hasta el punto de trastornar la vida social y política de nuestro país y de los países de nuestro entorno.


              Así que amistad. Vayamos más allá del clic. Recuperemos la charla junto al café o la copa de vino, el apretón de manos o el abrazo son los mejores remedios contra las ideas tóxicas.

lunes, 21 de agosto de 2017

Fraternidad


              Voy a menudo a un pueblo castellano. A su entrada un gran edificio se impone, no muy alto sino grande, ocupando un gran espacio, el cabecero orientado al este es lo que primero veo. El pueblo con sus casas de piedra echa raíces a su alrededor. La iglesia les da unidad, sentido. Qué sería de todos esos pueblos sin la iglesia. La mayoría ya estarían abandonados, sus techumbres caídas, las malas yerbas levantando el asfalto. La iglesia y el bar, subsidiariamente, son un lugar de cita necesario, lo que hace que la gente se mantenga o vuelva o propicie el reencuentro, que la muerte no adelante su cita. El peso simbólico de la iglesia ha cedido, apenas se mantiene en momentos señalados, bodas, bautizos, entierros. La vida urbana, laica, despersonalizada, desprovista de misterio lo va invadiendo todo y el hombre de pueblo, cada hombre, siente que viaja en el aire, sin peso. Es fácil decir que cada cual debe encontrar su camino, apañárselas, pero necesitamos elementos de apoyo, sentirnos parte del colectivo. Existen referentes simbólicos, la propia ciudad, el equipo de fútbol. Algunos, muy pocos, conservan o vuelven a los antiguos, la religión, una opción política, la familia. Unos cuantos se fanatizan y afirman brutalmente una única identidad. Incluso hay políticos que calientan esa cantera. Pero la mayor parte de la población se siente desasida sin un lugar de encuentro con sus vecinos que les haga apegarse al suelo.

            Jo tampoc tinc por, no del terrorismo islámico, la posibilidad de que me golpee es estadísticamente insignificante, pero sí del fanatismo que recorre las redes. Estos días se cliquean y reenvían mensajes atroces, vídeos, audios, frases simples llenas de veneno. Gestos de rabiosa simplicidad que van alimentando un odio irracional del que tarde o temprano algún grupo ávido de poder se aprovechará. Ya hay en nuestro país políticos que fundan su poder, incluso su gobierno, en proclamas de superioridad étnica, pero hasta ahora nadie ha convertido en instrumento político la islamofobia o el antisemitismo, aunque no parece que vaya a tardar.

             Es lamentable el sentimentalismo de estos días, la simplicidad con la que analistas y políticos abordan el fenómeno del terrorismo, la facilidad con la que las cámaras se acercan a los rostros sinceramente dolientes o a quienes lo simulan buscando las lágrimas de las almas desvalidas que pueblan la ciudad, como si estos actos periódicos de condolencia colectiva ocupasen el lugar del antiguo encuentro en el atrio de la iglesia. Probablemente se equivocan de expertos en la consulta de las causas de lo que sucede. En primer lugar necesitamos escuchar a los neurólogos, a los psiquiatras y alos psicólogos evolutivos. También a sociólogos que buceasen en el big data para entender los velocísimos cambios que se están produciendo, quizá también a los historiadores que han estudiado lo que sucedió en otras épocas de transición. Decepcionan, sin embargo, continuamente, las palabras manidas de los políticos y de los líderes de opinión, sus apelaciones sentimentales, su soterrado intento de obtener ganancias.


              Sí que hay algo que se puede hacer, creo, volver al tercero de los lemas de la Revolución Francesa, el menos publicitado, el que proporciona menos réditos electorales, al alcance de todo el mundo y del que todos estamos necesitados. La fraternidad. Ya no se trata de tolerancia o intolerancia, de integración o rechazo, de solidaridad o egoísmo sino de amistad y empatía, de sentir a todos los habitantes de la ciudad como hermanos, independientemente de la fe que profesen o de sus ideas o costumbres, la de agruparse en torno a una idea de ciudad, la de crear un espacio común de convivencia, la de hacer sentir a los que ya viven, a los que van llegando, que la ciudad es tan suya como nuestra, que no son huéspedes sino ciudadanos a tiempo completo. Ese papel lo ocupó la iglesia antiguamente, ahora necesitamos con urgencia que la ciudad cree espacios de convivencia y fraternidad. Hemos de dar la mano o abrazar a cada uno de nuestros vecinos y pedir su abrazo. Fácil de decir, difícil de poner en práctica. Ello nos exige despojarnos del sentido de propiedad y pertenencia, romper con las cadenas del nosotros/ellos, aquí/allí, nacionales/extranjeros. La ciudad no pertenece a nadie, no es de los de aquí, no es de los de arriba, no es de los viejos del lugar, tampoco un lugar que alguien pueda conquistar, sino un lugar de encuentro.

martes, 11 de julio de 2017

Hamburgo


              Hay una pulsión destructiva en el hombre, pero también la hay constructiva. Como en el universo. A largo plazo en el cosmos, la energía tiende a la entropía, al progresivo enfriamiento. Pero a no tan largo plazo el universo tiende al orden, la energía se configura en organizaciones estables. La vida es una configuración estable durante un tiempo. Las organizaciones que adopta la vida también. La destrucción es más visible por llamativa, nos conmueve la muerte de un hombre, un suceso catastrófico. Los periódicos llenan sus primeras páginas con destrucciones: guerras, asesinatos, muertes, rara vez el nacimiento de un niño, la permanencia de un estado, la construcción que sucede a una guerra se convierten en noticia de primera página.

            Hamburgo ha llenado la apertura de los telediarios el pasado fin de semana por el vandalismo de algunos jóvenes. Hasta cierto punto está en la naturaleza delos jóvenes la pulsión destructiva. Pero ha sucedido otra cosa que no se ha anunciado en primera página pero sí en las interiores. Un numeroso grupo de jóvenes ha dado la réplica a los vandálicos tratando de ordenar lo que estos habían desordenado.


           “Miles de vecinos de Hamburgo (Alemania) han salido a la calle el domingo y esta vez no era para protestar. Armados con cubos, trapos y escobas y en respuesta a una llamada en una red social, se han propuesto limpiar su ciudad después de tres días de batalla campal entre policías y grupos antisistema contrarios a la cumbre del G-20 celebrada aquí.”

martes, 16 de mayo de 2017

Vulgaridad



          Prestemos atención, veinte segundos bastan, a alguno de los anuncios que nos asaltan por doquier. Son el mejor termómetro de nuestras preocupaciones, la mejor imagen de nuestro tejido psíquico. Es una imagen que espanta. No parece que los fabriquen las mentes más brillantes de este tiempo. O acaso sí. ¡Los más brillantes, en el mundo de la publicidad! No parecen tener un gran aprecio por aquellos a quienes se dirigen. Nos tratan como a niños. Toda la publicidad es infantil. Esa simplicidad ha llegado a la política. La política es la publicidad abreviada, en el ABC de la retórica. Creía, como tantos, que los españoles que se dedican a ese oficio eran los más torpes, aquel de la rama familiar que no valía para otra cosa lo colocaban en el partido. Véase Oriol Pujol. Pero ahí está ese racimo de primeros espadas internacional: Trump (Me pasan información de inteligencia fantástica. Tengo a gente que me pasa información fantástica todos los días”), Putin, Erdogan, el coreano. Ágrafos, viles, brutalmente simples. 

         El debate de ayer entre los tres del PSOE fue desolador: no hablaron al país, ni al futuro. Ninguno ofreció una sola idea. Los tres entregados a la actualidad, la actualidad como único credo. Entre el insulto a sus adversarios y la falta de sustancia.

          La vulgaridad es el sino del tiempo. Vila-Matas es de nuestros escritores el que tiene mejor calibrada la brújula, sabe en cada momento sacar la cita más precisa:
“Nabokov le dijo a Juan José Saer en un sueño que tuvo el escritor argentino, el 14 de marzo de 1995: “Quizás nuestra sociedad obliga hoy en día al artista a entregarse a la vulgaridad, igual que hace un siglo obligaba a los poetas malditos a abandonarse al ajenjo”. De algún modo, recordar ese sueño antiguo me emociona al desplazarme fuera de este devorador presente tan atado solo al presente, a este “tiempo sin tiempo” que bloquea el pasado y no tiene capacidad alguna para anticipar el mañana”. 

miércoles, 10 de mayo de 2017

Europa, Europa



          La elección del joven Macron no ha sido una buena noticia para todos aquellos que sueñan con un mundo cerrado y enfrentado. Entre ellos Putin, Trump o La Sexta. Es decir, nacionalistas, fascistas, comunistas y populistas de toda laya.

“El ruso, el soldado ruso hoy, mostrando su valor y heroísmo como en todos los tiempos, está dispuesto a cualquier proeza, a cualquier sacrificio por su país, por su pueblo. Estos combatientes, soldados y oficiales, están hoy aquí en las filas del desfile en la plaza roja de Moscú. El país está orgulloso de ellos”

         Daba grima, en la noche electoral, ver a los comentaristas de La Sexta. El principal, al pie del crimen, es decir, en el lugar de celebración -en realidad de duelo- del Frente Nacional, acompañando al periodista como único comentarista, Jorge Verstingre, ayer fascista, como él reconoció, y hoy rojo de Podemos, esa mezcla irredentista del nacional bolchevismo importado de Rusia que está de moda en ciertos ambientes, que iba lamentando los datos negativos para su candidata, Marine Le Pen. Y en el estudio, un Miguel Urban, autodefinido como anticapitalista, quitándole la palabra a quien no opinaba como él.

        Pero como anunciaban las encuestas Francia no es Le Pen sino Macron, La Francia cerrada es minoría, la Francia europea, mayoría. Fue un momento para recordar, el domingo, el paseo de Macron al son del himno europeo hacia la tribuna. Los franceses inteligentes de cabeza fría y corazón moderado son más que aquellos a los que atrae el abismo. Al contrario que en Cataluña o el País Vasco y más también que en el conjunto de España. Los franceses están mejor educados, también son más ricos.

       Sobre Macron:
“Lo principal para nosotros, como europeos, es que esto es la victoria de Europa y de un europeo. Él es visceralmente europeo, pero lo es como puede serlo la gente de la generación Erasmus, aunque él no haya hecho un Erasmus. No es la Europa como construcción intelectual de mi generación o de la anterior. Para él es la Europa natural”.


      Las expectativas no se cumplirán al 100 %, porque la política no es el freno de los irreductibles principios sino posibilidad y pacto. Pasará como con Obama, no hizo todo lo que prometió, pero no por eso ha dejado de ser uno de los mejores presidentes de EE UU.

lunes, 24 de abril de 2017

Je suis le peuple



            En una cosa coinciden Marine Le Pen y Jean-Luc Mélenchon, que son los representantes del pueblo, mejor, que ellos son el pueblo. "Je suis la candidate du peuple", afirma la primera; “Nous le peuple”, se llama la plataforma que apoya a Mélenchon.

            El juez Velasco tiene donde elegir, el pueblo de Le Pen, el pueblo de Mélenchon o la gente de Pablo.

            Por lo que se ha visto, el pueblo, esa entidad, no ganó ayer ni ganará en la vuelta definitiva de las presidenciales francesas. Y si el pueblo no ha ganado, ¿quién ha ganado entonces?

domingo, 23 de abril de 2017

Habla el pueblo



“Los jueces tenemos que interpretar la ley conforme al pueblo. Somos gente del pueblo y el pueblo no perdona apropiaciones económicas o desfalcos como los perdonábamos antes... Vamos creando nuevas necesidades penales que responden a que el pueblo las quiere y por lo tanto los jueces tenemos que interpretar las leyes conforme al contexto actual”.

El periodista no le pregunta por su acceso privilegiado al pueblo. Esa entidad. ¿Cómo logra una comunicación tan directa? ¿Se lo dice al oído? ¿Es por la nariz como barrunta lo que el pueblo quiere? ¿O es un sarpullido que le sale e interpreta?

  1. Michel Onfray, un filósofo que sigo pero que me desconcierta. Me da la impresión que su forma de decir es la contradicción. Es como si disparase contra sí mismo:
Pregunta. ¿Por qué no votará? 
Respuesta. En 2005 hubo un golpe de Estado en Francia. Los franceses votaron contra el tratado europeo, que era liberal. Pero el Partido Socialista y la UMP de la época [el gran partido de la derecha, antecedente de Los Republicanos de François Fillon] apelaron a la Asamblea Nacional y al Senado para saltarse esta expresión popular. Remodelado sólo en el plano cosmético, este tratado se convirtió en el Tratado de Lisboa. En 2008 la Cámara impuso al pueblo lo que éste había rechazado en referéndum tres años antes. Supuso una ruptura clara del contrato social. La clase política se burló de los electores. De otro lado, las Cámaras no son representativas de la sociología francesa. Algunos partidos están infrarrespresentados y otros al contrario. El Frente Nacional (FN) tiene una intención de voto del 25% [en el momento de la entrevista], pero tiene dos diputados, mientras que los ecologistas, con un 2%, tienen 18 escaños y una vicepresidencia de la Cámara. Las dos Cámaras congregan muchos funcionarios, profesores, notarios, médicos, pero casi no hay obreros o agricultores. Hoy la democracia es formal. Ocurra lo que ocurra, el futuro presidente de la República defenderá el euro, Europa, el liberalismo y el sistema que garantiza su funcionamiento”.
3. Un artículo que sí merece la pena.

jueves, 20 de abril de 2017

Serviles, valientes y rufianes



             En el juego mediático que se ha abierto estos días para gozo de desocupados y pesca de populistas se reparten cartas de todos los palos. Están los corruptos, claro está. No hay tiempo histórico que los desconozca, nada nuevo. Los seguirá habiendo pasado mañana cuando el poder cambie de manos. Es la naturaleza humana. Hay figuras viejas pero con hábitos nuevos: jueces que quieren hacerse un nombre, políticos pancarteros -o autobuseros-, tertulianos que ya se lo barruntaban o lo sabían de hace tiempo. Pero a mí me llaman la atención dos tipos, opuestos pero que alegran el juego: los serviles y los valientes. La del servil es una carta despreciable: aquel que hace una carrera sirviendo a sus jefes sucesivos, ofreciéndose como moqueta para que el jefe limpie sus zapatos embarrados. Llega muy alto pero cuando se despeña es un espectáculo patético. Y luego está el valiente que contra pronóstico se toma en serio su cargo y hace política de la buena aún a riesgo de perderlo. 

             En el juego del día los corruptos, los serviles y los valientes están en el mismo campo ideológico, en el mismo partido incluso. Quien ha descubierto las cartas ha sido la presidenta de la Comunidad de Madrid que ha puesto en aprieto a su propio partido. Los serviles, el fiscal anticorrupción y el director y presidente del periódico del partido. Toda generalización es mema: el PP es un partido corrupto. Hacerla muestra la tosquedad de quien la hace, su cortedad mental o su estilo rufianesco. A muchos les complace el estilo grueso, con eso también hay que contar en el juego. No hay países o sociedades de una pieza.

martes, 18 de abril de 2017

Delincuentes sexuales



                    Pensaba que el mejor modo de regular la prostitución era una ley que tuviese en cuenta el libre negocio del propio cuerpo, el cuidado de la salud de las prostitutas y el control de los proxenetas, pero como en tantas cosas estaba equivocado. El informe que aparece hoy en el periódico muestra un negocio bárbaro con traficantes de esclavas en vez de mujeres que ejercen libremente el oficio. Pura esclavitud. Si miramos hacia el pasado nos horroriza el tráfico de esclavos, nos indignan los negreros, lo que hacían los propietarios de minas y campos de algodón en las Américas, cómo trataban a otros hombres, de otro continente, de otro color. Hoy, bajo la apariencia de democracia en la sociedad liberal, sucede algo parecido, algo que si viésemos en una película nos conmocionaría. Caben dos cosas que hacer, creo yo, presionar a los legisladores para que sean lo más duros posible con los esclavistas del sexo e introducir una medida que parece extrema pero por la que podría venir la solución: tratar como delincuentes a los clientes del sexo, como ya se hace en los países nórdicos.

domingo, 16 de abril de 2017

Subasta en el domingo de resurrección



             No era muchedumbre pero sí un amplio corro de gente la que llenaba la plaza no muy grande de Salas de los Infantes, tan coqueta como la de cualquier capital comarcal de la vieja Castilla. Hombres y mujeres vestidos de forma cuidada aunque ya no de domingo como se solía. Yo tomaba el sol en un cómodo sillón de enea, con un café y el periódico en la mano, absorto en este endiablado presente tan difícil de interpretar: con políticos salidos del arroyo y peligrosos botones al alcance de sus dedos, con hombres blancos cuyo futuro es tan incierto que no desdeñan la muerte como opción, con la ciencia en su mejor momento: no hay día sin algo que descubrir. Me han devuelto a la poesía las bocinas de los instrumentos que anunciaban la entrada de la Dolorosa en la plaza, y luego una voz, tras un breve silencio, que reclamaba atención: una subasta para quitar el manto negro a la Virgen. La gente en corro alrededor ha ido pujando hasta alcanzar los 750 euros que ha ofrecido un hombre de mediana edad, camisa a finos cuadros y pelo entrecano. Debajo del manto negro la Virgen lucía una esplendente túnica blanca por la alegría de la resurrección. (La cámara me ha jugado una mala pasada, por eso muestro la plaza vacía).

viernes, 14 de abril de 2017

El ignorante, el gordo, el gimnasta y el cuerdo



              Qué obsceno el salivar de los presentadores de las televisiones anunciando el lanzamiento de lo que llaman la madre de todas las bombas. Como si el mundo por entero se hubiese convertido en una pantalla donde desplegar el videojuego definitivo. Una guerra sin verdaderos enemigos: un pepino brutal y mortífero contra la guarida de hombres prehistóricos. Un gordo loco pinchando en las nalgas del gran ignorante que está al mando de los botones. Un gimnasta psicópata armando al oftalmólogo que mata con todos los métodos en una guerra real con cientos de miles de muertos, invadiendo y bombardeando países él mismo. Y el que parece más cuerdo, el jefe del país más poblado, ejecutando a tantos miles de chinos al cabo de un año que su número es secreto de Estado. Y con espectadores ansiosos por salir del aburrimiento en que la tecnología digital ha convertido sus vidas. ¡Por fin acción de la buena!

domingo, 26 de marzo de 2017

Ciudadanía europea


              Europa tiene formidables enemigos: Trump, Putin, Erdogan. Retos muy difíciles: inmigrados y refugiados, el problema de Ucrania. Pero también problemas internos: el nacionalismo y la xenofobia, la consolidación del euro, el populismo, la resolución del Brexit, la amenaza de la próxima crisis que podría agravar todo lo demás.

              Sin embargo, Europa tiene una impresionante historia de modernización y un no menos impresionante legado cultural desde el mundo grecorromano hasta el CERN. Nadie está en mejores condiciones para ofrecer soluciones a los nuevos problemas.

             Qué podría hacer Europa. He aquí una idea: crear la ciudadanía europea, quizá, de momento, compatible con la del país de origen (pasaporte único). Y abrirla con condiciones a inmigrantes y refugiados, que no serían franceses o españoles sino europeos sin más, los primeros europeos sin otra condición y, por tanto, los mejores luchadores por la idea de Europa.

            Esa ciudadanía debería asociarse a una renta básica universal, tal como propone Rutger Bregman, gestionada por la UE, no por los estados, con el fin de convertirla en un derecho neutral sin que nadie se apropie de la idea.

miércoles, 22 de marzo de 2017

Equidistancia




           Pulgares veloces sobre pantallas pequeñas retroiluminadas. Rostros verdinolescos intermitentes. Un vagón entero de zombis encorvados sobre el cosmos como rectángulo plano. Un vagón de la gran ciudad atestado de zombis. Todo él lleno de zombis. ¿Qué hay en ese cosmos de dos dimensiones? Instantáneas sonrientes y retazos de hablas. Retazos, nada concluyente.

           Dice un juez Barrientos, presidente del tribunal (TSC) que ha inhabilitado por dos años a Artur Mas, que si la sentencia no ha gustado a ninguna de las partes es que la sentencia es equilibrada. Me pregunto si es un criterio aplicable en las demás sentencias. Un violador y su víctima, un estafador y sus estafados, un blanqueador de capital y los contribuyentes que han de tapar sus agujeros.

           Dice una alcaldesa Carmena que «no podemos tener un Madrid tercermundista con okupas» y sus concejales le responden que decir eso es atentar contra el derecho a la vivienda.

            Una diputada podemos Belarra dice que los guardias civiles y sus parejas agredidos en Alsasua son víctimas y que las personas que les agredieron son igualmente víctimas.

             Veo los pulgares veloces y me pregunto si escribirán algo sobre si la okupación tiene algo que ver con el derecho a la vivienda, sobre si la equidistancia del juez tiene algo que ver con la justicia, si humillar a las víctimas es una forma de resarcirlas.

martes, 14 de marzo de 2017

Adiós




          Míralos. Mira su última sonrisa. Se saben fuera del escenario. Dentro de poco vendrá un joven a su despacho y se abrirá su memoria. Recordarán antes de desaparecer del todo. ¿Qué es la vida de un político al que las cámaras ya no aman? Les espera la condición de hombres, aquella que tan bien definió D. H: Thoreau: "Casi todas las personas viven la vida en una silenciosa desesperación."

martes, 7 de marzo de 2017

“Un silencio/ vulgar/ sin contenido”



            Siempre hay algo en el periódico. Cada día. El eco de un gran hombre del pasado, el chisporroteo de una mente que expone una parte de su obra en marcha, "portador de una chispa del fuego sagrado (Joseph Conrad), el síntoma del peligro, del mal que acecha esperando su oportunidad, la ración cotidiana de quien alientan el odio, un pequeño ensayo que resume, acorde con la concisión periodística, todo un mundo de descubrimientos, la credulidad que no cesa. No leer el periódico es perderse el mundo.

Adam Zagajewski nos dice, a través de Vila-Matas, esto sobre el ángel de Rilke:
“Está allí para preservar algo que la era moderna —tan pródiga en otros muchos campos— nos ha arrebatado o tan sólo ocultado: los momentos de éxtasis, por ejemplo, instantes de asombro, horas de mística ignorancia, días de solaz, la encantadora quietud de leer y meditar”.

esa cuyo fabricante nunca sabemos si pidió permiso al padre o a la madre para ajustar sus cuentas pendientes a título póstumo o para dar rienda suelta a sus masturbaciones creativas, ni si pidió perdón de antemano al público por ejercer de llorica. Rehúyo la exhibición pornográfica de sentimientos, esa que confía en que los demás sientan compasión por mi gran tragedia y que les obliga a ser testigos de mi terapia y de mis demonios interiores. Cuando se escribe, hay que ir ya llorado”.

Arcadi Espada ofrece datos sobre la equivocada asignación de sexo débil:
La tasa española de suicidios se sitúa en 12,7 en los hombres y 4,1 en las mujeres. En Estados Unidos (datos de 2012) la proporción de mujeres blancas universitarias es superior en 10 puntos porcentuales a la de los hombres. Un estudio británico de 2015 asegura que un 70% de las personas sin casa son varones. Las mujeres españolas, como las de todas partes, viven casi seis años más que los hombres.

         Pero lo más importante es el encuentro inesperado con alguien que no piensa como tú, que hace zozobrar tus fijas ideas adquiridas. Sin el periódico podemos naufragar en el océano de internet: ante su masa informe buscamos balsas amigas para mantenernos a flote, lugares donde nos creemos a salvo porque subrayan lo que ya sabemos, los límites seguros del pensamiento restringido.

        Y esos tres versos del título, así de golpe, en el final de una columna, lo contrario de lo que uno le presuponía al silencio. Karmelo Iribarren.

miércoles, 15 de febrero de 2017

La sustancia del mundo



Cuando llevo dos días sin ver los periódicos siento que se me escapa el mundo, que pierdo su sustancia y, sin embargo, raramente los periódicos captan la sustancia del mundo, entretenidos cómo están en la tragedia del día. Lo que hoy cuenta el periódico mañana estará olvidado, lo que ayer era una tragedia resulta que el paso de los días lo convierte en bufonada. También podría ser al revés, eso sí que sería una desgracia. Necesitamos los periódicos claro está para ordenar la conversación pero los acontecimientos verdaderos casi siempre se les escapan. Los periódicos tardan en ver qué es lo realmente importante y cuando lo ven ya ha pasado el momento en el que su influencia podía haber sido decisiva. El paso del año 16 al 17 es un vivo ejemplo. No lo vieron, no le dieron importancia, siguen los acontecimientos con la lengua fuera. Aún así es una desgracia que la gente se haya acostumbrado a vivir sin periódicos. Los kioscos desaparecen y en los que quedan apenas se ven ejemplares de la prensa generalista. En la población en que paso unos días, de casi ocho mil habitantes, sólo hay dos lugares donde vendan periódicos. Hoy, a las doce de la mañana, no quedaba ningún ejemplar, ni de El País, ni de El Mundo. Hay que poner el oído en lo que habla la gente y en cómo habla. No hay tema, las frases, incompletas e incorrectas, comentarios sin sustancia. Si el mundo marcha es porque hay unos pocos interesados en que marche, a la mayoría les da igual, les basta con poder refunfuñar desde su rincón de protesta.

martes, 7 de febrero de 2017

Elon Musk



1. Un cuchillo corta la carne o extiende la mantequilla, pero también hiere o mata. Así la tecnología, aunque se envuelva en el aura del futuro. Elon Musk mueve los dedos como un prestidigitador y la capa con la que aparece ante la prensa que le adora tiene a veces el colorido de Superman, pero otras la grisura del blusón del tratante de ganado. No es que sea ya el único silicon que se mantiene en el consejo asesor de Trump es que su propuesta de tunelar Los Ángeles nos devuelve al XIX. No comprende, o solo es negocio, que prolongar la vida útil de los coches va contra el progreso, es decir, contra la vida buena de la humanidad, incluso el coche eléctrico y dirigido por la IA. El progreso no consiste en dar un coche a cada hombre sobre la tierra -vamos por los siete mil quinientos millones, y contando,- sino en quitárselo a quienes lo tienen. Incluso con su mentalidad empresarial, debería ver la oportunidad, enorme, gigantesca, tras la desaparición de los coches particulares: cuánto transporte público necesitaríamos, cuántas empresas nuevas para mover a los millones. Entonces sí que tendría sentido su Hyperloop .



2. No, no todo es malo en las redes sociales, señor Safranki: Travis Kalanick, fundador y consejero delegado de Uber, ha tenido que dejar su asiento el jueves pasado en el consejo de asesores tecnológicos de Trump tras perder más de 200.000 clientes de su aplicación.



3. Trump el perdedor:
      Casi tres millones más de americanos votaron por Hillary Clinton que por Trump (que logró un porcentaje de voto popular menor que el de Mitt Romney, de hecho menor que el porcentaje recibido por la mayoría de los perdedores en las últimas elecciones presidenciales)”. “Según la Brookings Institution, los 500 condados donde ganó Clinton producen el 64% del resultado económico de EEUU, mientras que los 2.600 condados donde ganó Trump producen solo el 26% del PIB. Se puede usar cualquier indicador económico –empleo, ‘start ups’, innovación- y las áreas en las que son más altos votaron masivamente en contra de Trump”.