sábado, 7 de enero de 2023

Había uno que sobraba - 4

 


Advierte Sloterdijk sobre el masoquismo ontológico, la entrega a ideales absolutos como la doctrina de la predestinación creada por Agustín de Hipona o los derivados místicos extremistas, ejemplificados en creyentes incondicionales como Ignacio de Loyola o Francisco Javier, o idealistas alemanes como Fichte. La autoaniquilación como victoria definitiva sobre sí mismos. "Tendían a creer que ante la presencia simultánea de Dios y yo había uno que sobraba"-


Los mortales en sus fases de debilidad buscan la ayuda de fuentes superiores de poder, y recurren a sacrificios suplicatorios que no por primera vez en la Ilustración se interpretaron como intentos de sobornar al más allá... Si uno mismo se corta un dedo, quizá los dioses renuncien a tomar el ser entero”. La objeción de Platón: el bien no quiere ser sobornado con dádivas, ni corrompido con 'hechizos de plegarias', sino que quiere ser entendido en el espíritu.


Los seres humanos existen como seres antropopoéticos... Impulsan su devenir humano adaptándose a las ilusiones que se hacen con respecto a lo que ellos consideran lo superior. Desde hace mucho tiempo son conscientes de que hay algo en ellos que va más allá de ellos. Pascal resumió la experiencia del ser-abierto-hacia-arriba en la frase "el ser humano supera infinitamente al ser humano".


Lo contrario también es cierto, que el ser humano rebaja al ser humano hasta lo insondable. Ejemplos de lo primero a lo segundo: de las pirámides de Egipto a la shoah y el gulag.


Las religiones son constructos teopoéticos de facto, cuya característica fuerte consiste en hacer todo lo posible para evitar su comparación con mitos, cultos y ficciones de otras culturas”.


A partir de la Antigüedad tardía, la poesía se convirtió en una pasión occidental tan plausible como inútil, la tendencia a liberarse de la función lingüística descriptiva, y a veces también la evocativa, tal como aparece en himnos y plegarias, para convertirse en lírica, en invocación cantada o en forma de canto de autoexpresión independiente”.


Sloterdijk pone ejemplos. Las confesiones de San Agustín. Hildegard von Bingen. La leyenda Aurea de Santiago de la Vorágine, hasta llegar a Il decamerone de Giovanni Boccaccio (1353) donde la prohibición de la curiosidad queda superada.


En un mundo dominado desde el lado religioso por la mentira piadosa, y desde el político, por la alabanza falsa… buena parte de lo que en la Europa posterior a la reforma se llamará 'cultura' ha de entenderse como sistematización de la hipocresía”.


Citas tomadas de Peter Sloterdijk, 'Hacer hablar al cielo'



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