viernes, 4 de junio de 2021

La parte oculta

 Para los nacionalistas solo son catalanes los nacionalistas. Al PSC es una cuestión que no le importa, salvo durante las elecciones que vuelve al castellano para hablarle a la parte oculta de la población, porque esa parte no es determinante para el acceso a cargos y poder. Y les funciona, cada vez. Solo durante la breve existencia de Cs pareció que la cadena se rompía. El PSOE y el PP ven el poder como una cuestión de contrapesos: los partidos indepes les son útiles si les faltan unos cuantos votos en el Parlamento para mantenerse en el poder o como elemento retórico para conquistarlo. 


La población no indepe de Cataluña no existe para nadie. Ella misma, salvo una minoría, no tiene conciencia de que exista. Se les humilla, si necesitan algún servicio, haciéndoles hablar en una lengua que no dominan bien. Se vigila a sus hijos en el patio de los colegios para que hablen la lengua correcta. 'En la calle no hay problema', suelen decir, asumiendo su invisibilidad, su irrelevancia, huéspedes en una casa que no es suya. Son transparentes a la mirada pública. En el marco que crean los medios y la educación, la conversación pública está construida como una escultura de Gargallo. Solo cuenta lo que es visible, el hueco está ahí pero no tiene relevancia. Se podría decir lo mismo de las capas bajas de la población española, que solo aparecen como parte del discurso retórico de UP. Un solo ejemplo, pensemos en los grandes perjudicados de la subida de la luz. ¿A quiénes cuidan los partidos -y los sindicatos-? A las capas instruidas o medio ilustradas que les apoyan. En todos los países hay una extensísima capa de población de la que nadie se ocupa, aunque seguramente no tan extensa como la catalana.



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