domingo, 3 de mayo de 2020

La gama alta de éxito



P. ¿Por qué Portugal, un país perfectamente equiparable al nuestro, tiene unos datos tan buenos?
R. Portugal paró antes. Venía del este y ellos están un poco más al oeste y entonces pudieron parar un poco antes.

La comedia se titula No hay plan B. Tampoco que tengamos noticia, plan A. Tenemos a los vecchi ocupando la primera fila del escenario. A Trump, Bolsonaro y López Obrador, no se les puede sustituir en sus papeles de Il Dottore, Matamore y Pantaleone como personajes de la Comedia del arte, por otros, aunque haya tantos deseosos de reemplazarlos. Lo de matar bichos con lejía, no lo mejorarían los Monthy Pyton. Cada día en portada, memorables cabezones valdrían igualmente para los gigantillos de las fiestas populares. Tenemos las situaciones (Obrador saltándose las vallas para besar sin pausa), y la mitad de los diálogos construidos, hasta los figurinistas tendrían el trabajo medio hecho. Hasta tenemos trompadas de humor negro: los ataúdes de cartón o los cuerpos amontonados en las furgonetas de reparto, ambas en la tecnológica Nueva York. Y un montón de actores de carácter, en los que no nos fijamos tanto, pero que construyen escenas impensables en la mente del guionista más atrevido: Duterte disparando a los filipinos que incumplen el confinamiento, Salvini haciendo ver a los italianos lo que les espera con su máscara a lo Hannibal Lecter y patriotas armados hasta los dientes asaltando el Capitolio de Michigan.

En el solar patrio, los caracteres principales están tan definidos que resultan aburridos. Tenemos al Narciso, un carácter tan fijo que el guionista tendría dificultades para encajarlo en escenas que requieran flexibilidad e interactuación; tenemos al viajero del tren en dirección a la Estación Finlandia, bajando en cada parada para cambiar de compañera, convencido de que la ocasión la pintan calva; tenemos al opositor improbable que, al contrario que el anterior prefiere a la épica la charlotada (inenarrable la foto que hizo correr de su pose ante el espejo). Y luego tenemos una flotilla de secundarios, que tampoco darán mucho juego a los guionistas porque se lo dan todo hecho. La sobrexcitada del Ifema, exhibiendo su gran obra (que lo es); el indepe que llama a las armas, con esa pose de Capitán Fracassa que ni el mejor caricaturista conseguiría mejorar; el ministro gay, que buen Stenterello, que cada día ha de demuestrase a sí mismo que es el más duro de los gobernadores de interior; o el ministro comunista, Brighella, que descubre que si se paran los juegos y máquinas de azar la recaudación de impuestos va a la baja; hasta un Coviello se ha descubierto estos días, uno que va dejando tiradas a sus conquistas, y le ríen las gracias. Hoy hemos descubierto a una cómica inesperada, una ministra que ya se anunciaba dura y perdonavidas con cualquiera, dispuesta a quitarle el puesto de Tartaglia a su compañera Montero, y que en una maravillosa entrevista ofrece unas salidas que piden el rescate de una vieja revista de humor, Hermano Lobo. Una muestra:

Tenían información sobre cómo estábamos haciendo las cosas aunque no tenían el texto” [Los presidentes autonómicos]
La coalición de Gobierno es sólida y el respaldo social está ahí. Yo no tengo la sensación de que haya desfallecimiento”.
Incluso en algunos países del mundo han tenido a sus líderes recomendando beber lejía. Creo que hemos estado en la gama alta de éxito y en la gama baja de errores”.


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