Mostrando entradas con la etiqueta nacionalismo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta nacionalismo. Mostrar todas las entradas

viernes, 12 de abril de 2024

Vai via

 



Si uno se lleva mal con el cónyuge, si ha recibido heridas, insultos y amenazas de muerte lo propio es proceder a la separación. Habrá hijos y larga vida en común, hijos que se pongan del lado de la víctima e hijos que celebren la violencia del victimario, que lo festejen incluso. Las vidas de los habitantes de un país se parecen mucho a los miembros de una familia. Hay afectos y rencillas, normas y desajustes en la convivencia. Las comunidades que forman el Estado español han tenido una historia común, pero no siempre estuvieron juntas. Hacia 1812 y de nuevo en 1978 decidieron firmar un documento de convivencia basado en la igualdad de todos y la libertad de cada uno. Una parte de la ciudadanía del País Vasco firmó preservando privilegios, otra siguió matando a ciudadanos del Estado por el hecho de ser españoles. En procesos electorales sucesivos, donde se reafirmaba la voluntad de seguir juntos, una parte de los ciudadanos vascos han reafirmado su voluntad de tener privilegios exclusivos y otra cada vez más creciente apoyó a la facción de quienes consideran que la violencia no es condenable. La suma de quienes quieren preservar la unión en condiciones de igualdad es cada vez menor. ¿Tiene sentido mantener un matrimonio así, donde la igualdad no se quiere y la libertad está condicionada?


¿ Quién tiene miedo al referéndum?


La perdurabilidad y la esencia de las patrias son ilusiones, convenciones. Los matrimonios y las naciones son uniones temporales. Con los fríos datos de la política contemporánea España es un agente menor. No es nada fuera de la Unión Europea, el único garante de que la libertad y la igualdad sean factibles. Ya ocurrió con Chequia y Eslovaquia. Es más útil, con más futuro, por tanto, la convención de la ciudadanía Europea que la española. Para la salud política y mental, también económica, de los ciudadanos españoles pocas cosas serían más sanas que la separación. Si los ciudadanos vascos optan elección tras elección por la desigualdad y el privilegio y por convertir en héroes a los asesinos, qué sentido tiene mantener una unión tan desequilibrada. Lo más sensato sería proceder a la reforma de la Constitución, de modo que por un procedimiento constitucional se procediese a la separación mediante un referéndum de doble vía: que la separación se produzca tanto porque la mayoría de españoles lo quiera o porque la quieran la mayoría de los vascos. En ambos casos. Separados, Españoles y vascos, sustituiríamos la desconfianza y la tristeza por la alegría vital, reencontraríamos la igualdad e incluso la fraternidad dentro del espacio común de la ciudadanía Europea. Con el tiempo olvidaremos el desprecio y las humillaciones que van unidas a la superioridad moral de una parte sobre la otra. Vai via.



lunes, 18 de septiembre de 2023

Paródico

 


1. Yo era un consumidor razonablemente satisfecho con los yogures de soja de la marca Alpro. Con la pandemia y la subida de precios consideraron que su enriquecimiento era tan lento que nunca alcanzarían a Elon Musk así que subieron los precios de 1,99 a 2,60. En algún momento pensaron que sus ambiciones eran excesivas y que quizá deberían conformarse con llegar hasta la fortuna de Amancio Ortega, así que rebajaron el producto de sus envases de 500 a 400 g, dejando el mismo precio. Los economistas lo llaman reduflación. En el diccionario hay mejores y más precisas palabras.




2. El nacionalismo no sólo es una retórica discursiva (combustible) sino ante todo un sistema práctico de discriminación en favor de una parte diferenciada de la población, étnicamente marcada, en contra de otra, la más débil, previamente denigrada. Estudio aquí.


Por ello no será derrotado por retóricas discursivas alternativas, mostrando sus incoherencias lógicas, mientras haya partes de la población beneficiadas por él. La única forma de ponerlo en evidencia y derrotarlo es fortaleciendo el Estado de Derecho, y poniendo la igualdad entre ciudadanos por encima de cualquier otra acción política; la defensa de la legalidad frente a las zonas de sombra llamadas derechos históricos.


3. En el proceso de sustitución de la realidad por el artificio hemos alcanzado el escalón superior de la representación, como no podía ser de otro modo, la parodia. No creo que haya otro país en Europa en el que la parodia haya alcanzado tal virtuosismo. Todo es paródico. Como la India ha cambiado su nombre por Bharat, nosotros deberíamos cambiar España por Parodia.




4. Si viésemos el mundo únicamente a través de las pantallas del mediodía, es decir bajo la orientación política, la simplicidad es tan reconfortante como estremecedora. Si abrimos el foco entonces aparece la confusión y el tartamudeo, es decir la complejidad. Dos ejemplos: aquí y aquí.




jueves, 1 de junio de 2023

Juana Dolores

 



Esta chica tiene un mensaje que dar y lo da, y está en lo cierto. El problema es la perspectiva desde donde lo da. Como no puede salir del marco mental en el que ha crecido, se convierte en bufón, el bufón que todo amo necesita para desactivar las críticas. La verdad que todo bufón lleva consigo implosiona en el espectáculo: unos le ríen las gracias, otros la jalean, otros le reprochan ser tan chabacana; todos la toman por payaso. 


Juana Dolores se da cuenta de que el emperador está desnudo, unos pocos más lo saben, pero como a Casandra nadie va a creerla. Nadie va a tomarla en serio. La recuerdo vagamente, fue alumna mía, pero no con ese talento, no con ese entusiasmo.


domingo, 13 de febrero de 2022

Proyecciones


Cuando EP página a página habla de que Casado se la juega en estas elecciones, ¿está expresando un deseo (que se la pegue) o, por el contrario, un temor (que se la pegue)?


Colmar el deseo, el deseo absoluto, es un anhelo que nunca se cumple. Ser feliz todo el tiempo; alcanzar la inmortalidad y evitar el hastío; de modo más prosaico, que el Barça gane todas las competiciones, con buen juego; tener un amante y mantener el matrimonio feliz. Es la desazón de los periodistas de EP cuando proyectan sus deseos en la previsión de lo que pueda suceder en CyL esta tarde:


quieren que el PP pierda el gobierno de CyL pero que Casado conserve el liderazgo. El deseo absoluto. No sería felicidad completa sino honda preocupación que el PP perdiese el gobierno y en el mismo envite Casado la presidencia. Lo mismo podría decirse del periódico del otro lado de la calle: que el PP conservase el gobierno de CyL y Casado perdiese la presidencia sería deseo absoluto. Que pase lo que pase Casado y su equipo sigan, la infelicidad.


Todos piensan en las próximas elecciones generales. A la figura clave no la nombran.


***



La disfunción catalana: nadie concibe, ni siquiera como experimento mental, que los que se oponen a las manis de la Meridiana pudieran ir con la misma frecuencia y griterío a manifestarse a la calle donde viva está mujer.


sábado, 12 de febrero de 2022

Leyes a mí

 

Uno puede haber nacido español y sentir horror cuando lee que conquistadores y colonizadores del nuevo mundo lanzaban a sus perros contra los indios que habitaban el lugar antes de que ellos llegaran, uno puede haber nacido norteamericano y sentir una punzada de dolor cuando se entera de cómo a los negros que llegaban en la sentinas de los barcos de África se les sometía a esclavitud, se les vendía y compraba, uno puede haber nacido en un país musulmán y avergonzarse de cómo a las mujeres se las encierra en las paredes de la casa, a veces junto a otras mujeres con la misma condición de esposas, y se les obliga a salir a la calle para comprar o recoger a los niños en la escuela con pañuelos y vestimentas que disimulan las formas de mujer,


y preguntarse a continuación, sea español, norteamericano o musulmán, qué tipo de impedimento mental hace que sus compatriotas no vean lo que él ve, qué hace que prospere una conciencia cercenada, una conciencia, por ejemplo, que ve como natural que una organización terrorista matase a personas, algo habrán hecho, se decía, que el catalán se imponga a toda la población que vive en Cataluña con indiferencia de lo que piensen los que no están de acuerdo, que algunos dirigentes de aquella organización manden hoy en partidos que se pueden votar y se votan, que vea como imposición que los que mataron cumplan cárcel, que un tribunal diga que un 25% de las clases en castellano está bien,


se pongan como se pongan la justicia sigue haciendo su labor y la inmersión se ha acabado:  tendrán que aceptar las sentencias de los tribunales


martes, 1 de febrero de 2022

‘Nacionalismo’

 



En una revisión de las obras de George Orwell, se detiene Miguel ÁngelMañas, hoy en EM, en la deformación sistemática del lenguaje que han usado los sistemas totalitarios, tan bien descritos en 1984, deteniéndose en los nacionalismo periféricos, maestros en esa deformación: “El mero hecho de hablar de nacionalismos ya es una derrota semántica y una concesión que los dignifica en exceso y hace parecer patriotas a quienes simplemente son insolidarios y desleales”. Para desarmar ese “potente concepto” propone que no usemos ‘nacionalismos’ y en su lugar pongamos ‘autonomismos’ o ‘separatismos autonómicos’. Creo que eso no les desarmará, sino al contrario los fortalecerá. Hay que seguir usando ‘nacionalismos’ pues nada define mejor lo que representa. Simplemente hay que usar la palabra en su sentido prístino de xenofobia y racismo, ya irá decayendo el aura de progresismo en que se han envuelto con la colaboración de una parte de la izquierda.



viernes, 17 de diciembre de 2021

El hombre del frac

 


¿Son imbéciles los ciudadanos de Catalunya o la parte mayoritaria de los ciudadanos de Cataluña? A esa idea parecen haber llegado -y actuado en consecuencia-, durante años los líderes nacionalistas, puesto que les han tomado por el pito del sereno y no reaccionaban, esos líderes que no quieren para sus hijos lo que exigen a todos los demás. Pero también, lo más sangrante, el PSC lo ha creído así, puesto que, salvo el momento Cs ya pasado, ha sido votado una y otra vez por sus desatendidos, a pesar de pactar con los nacionalistas, a pesar de ser el partido que junto al PSUC inició la inmersión lingüística, inmersión que ha condenado a una parte de los hijos de los castellanohablantes a una educación inferior y al fracaso escolar. (No menciono a los herederos del PSUC, a los Comuns, pues de nada sirve preguntarse de qué sirven, en qué ha cambiado la política bajo su administración, si han hecho algo en beneficio de los humildes durante los años Ada Colau, porque su población de votantes seguirá cautiva pase lo que pase).


¿Seguirán los ciudadanos impasibles ante los nuevos engaños: la burla de la atención personalizada que proponen de dos maestros por aula como respuesta a la obligación del 25 % -un maestro en la pizarra hablando en catalán, el otro echando el aliento castellano en el pupitre al alumno cuyos padres han pedido la aplicación de la norma-, con tal de no hacer la clase en castellano; Illa clamando contra el uso político de la lengua cuando la lengua ha sido durante décadas el instrumento de chantaje político por excelencia: ‘sin la preeminencia del catalán no hay cohesión social’, sin el catalán vehicular se crean dos comunidades separadas?


El PSC ha cumplido una función delegada en la política catalana, la de ser el hombre del frac del nacionalismo: ‘Paga y calla, acepta e intégrate’, les dice a sus votantes, ‘si no serás culpable de la división de Catalunya en dos comunidades, culpable de que no haya paz social’. A cambio, ¿qué se le ofrece al ciudadano ejemplar -atemorizado en realidad- que acepta un contrato tan desigual? Se le ofrece ser ciudadano de segunda: una roma carrera académica que conlleva no acceder a puestos de responsabilidad en la administración y en las empresas públicas, una vida incompleta y subsidiada.



miércoles, 15 de diciembre de 2021

Un vacío tan lleno de sí mismo

 

Por qué les habríamos de perdonar, no digo que tengamos que odiarlos, pero después de que se hayan entrometido tanto en nuestras vidas, de que hayamos tenido que estar tan pendientes de ellos durante tanto tiempo, por qué habríamos de perdonarles. No les debemos nada, al contrario, han contraído una enorme deuda con cada uno de nosotros que nunca podrán pagar. Ni a ellos mismos les vale. Durante un momento saldrán en fotografías y vídeos y banderas ondearan a sus espaldas pero dentro de poco ya nadie les recordará, incluso en sus mentes flaqueará el recuerdo.


Míralo ahí tan pequeño y envarado tan constreñido dentro de su traje, cuál cree que es su misión, cuál su empeño, puede que en algún momento se avive su conciencia, no ahora, colonizada por un vacío tan lleno de sí mismo, sino cuando todo haya pasado y no quede ya nada del escenario sino una habitación mal iluminada, una sórdida tumba antes de tiempo, y se pregunte, porque todo el mundo se pregunta alguna vez, y todo esto para qué. Aunque en esa pregunta no cabrá el daño que hizo a otros, no podría soportarlo, nadie -pocos- lo añade a su pregunta, sino de qué sirvió estar en el escenario, aquel instante de fulgor que solo a él mismo le servía pues nadie más que él lo sintió, algo tan fugaz que mientras lo vivía no lo vivió, y solo tomó forma al recordarlo, aunque lo que ahora recuerda cree que se parece en poco a lo que sucedió.


Su madre le diría, está tu nombre, tu nombre detrás de una larga lista de nombres. Pero él sabe que un nombre no es nada, antes la humedad se comía los nombres, una infinidad de bichos el papel donde constaban, ahora se irá degradando la energía que lo contiene, bien sabe que nada perdura, pero aún así, aunque persistiese en algún documento nadie le pondrá cara, y aunque un celoso investigador diese con él en un archivo, pasados los años, y lo situase en un contexto, a mí de nada me servirá porque del mismo modo que a ese buceador de containers que ahora veo a través de la ventana se lo llevará el viento yo también desapareceré y hasta es posible que antes que ese hombre surgido de la nada volveré a la nada.

‘El sentido de la vida es que se detiene’ (Kafka).


sábado, 11 de diciembre de 2021

Héroes anónimos

 

Cada día nos presenta el periódico dos o tres héroes que no lo son, cada día en adquirida y relajada costumbre contribuye a degradar y ensuciar la figura heroica. Alguien que saca una gran tajada de su ‘heroísmo’ (un Messi, un Ronaldo) no es de ningún modo un héroe, como tampoco lo es quien cumple con lo que de él se espera en su trabajo, un médico, una enfermera durante la pandemia, un policía, un bombero, son buenos bomberos o policías o inmejorables enfermeras o médicos pero no pueden ser héroes porque hacen lo que se espera de ellos, en todo caso si cumplen mal con lo que la sociedad les encarga y por lo que les paga serán malos bomberos o peores médicos, como tampoco es héroe quien va a favor de la corriente y la refuerza, espera y obtiene el aplauso y es recompensado, los que arrastran multitudes y las llevan por donde quieren no son héroes sino a menudo demonios. 


Probablemente, héroe es la palabra más putrefacta por lo que se ha abusado de ella: de Stalin o de Mao se dijo que eran héroes cuando son asesinos de multitudes. El verdadero heroísmo no se percibe de inmediato, más bien se opone a la atmósfera dominante, no obtiene beneficios sino pérdidas, pierde su hacienda el héroe y a veces su propia vida y es así porque la multitud y el poder o la multitud guiada por las consignas del poder se le echa encima y lo destruye y no obtiene amparo. La mayoría de los héroes se pierden en el anonimato después de haber sido perseguidos o muertos. Hoy podríamos ir a buscarlos a Birmania o a Afganistán o a Venezuela, incluso en la Arabia de los árabes: allí desconocidos alzan su dignidad solitaria frente al poder tirano, sin cámaras delante. Su heroísmo es un gesto que no conduce a nada, no tiene recompensa, es pronto olvidado si alguna vez alguien lo ha retenido en la memoria, un gesto que solo le vale a quien lo hace y por un breve tiempo antes de caer en el olvido, en la miseria o en la muerte. Hay muchos más héroes que los que nos presenta cada día el periódico, pero son anónimos y nunca saldrán en sus páginas: no recibirán una llamada de Estocolmo, tampoco de la princesa de Asturias, nadie hará una película sobre ellos ni siquiera un triste reportaje. 


Cerca de nosotros, Puigdemont no es un héroe como algunos lo proclaman sino un fantoche engreído que ha hecho de su fantasía heroica una forma de vida, tampoco los golpistas del 27 de octubre de 2017, a pesar de estar unos días en la mullida cárcel lo son, y menos aún los asesinos de ETA que han cumplido condena y vuelven a su pueblo entre bailes y antorchas: esa forma perversa de nuestro tiempo de llamar héroes a los asesinos. Pero los hay, los tenemos, son anónimos como los héroes verdaderos: pierden sus negocios, una multitud se congrega delante de su casa para insultarlos, han de huir del lugar donde vivían para que sus hijos tengan amigos buenos y puedan ganarse la vida honradamente, lejos de los que gozan señalando, pintando puertas, arrojándoles palabras de odio, héroes anónimos, hasta que para hacerles el mayor mal alguien, una mano sucia, pone sus datos al alcance de cualquiera.






jueves, 9 de diciembre de 2021

‘No hay un problema con la lengua’

 



La primera evidencia de cualquier hombre reflexivo es que somos individuos solitarios, venimos a este mundo en compañía pero lo abandonamos en soledad. El hombre consciente no quiere que lo invadan: la mayoría de los políticos, de los más benignos a los totalitarios, creen que su trabajo consiste en dictar normas, regular, entrometerse en la vida de la gente. Hay una política aceptable, la de la democracia liberal, y una insoportable, la de los sistemas que tienden hacia el totalitarismo. El nacionalismo es uno de ellos. El nacionalismo que enmascara y pudre. En el País Vasco el terror, en Cataluña la corrupción. Una anomalía que ha dejado de serlo para ser un sistema refrendado electoralmente. Nosotros.


Hay dos actitudes ante el nacionalismo: el que analiza y el que lo padece. Para el primero es un concepto a la par que otros conceptos, una abstracción. Para el segundo es una atmósfera de opresión. La clase política en general y la familia de Canet. Eta nació en esa atmósfera preexistente, la reforzó: sus efectos siguen. No hay reflexión buena si no la valida la experiencia. ¿Cómo sale adelante quien padece el nacionalismo? Enfrentándose a él o sometiéndose. Enfrentarse tiene riesgos: estar con los muy pocos, vejaciones y aislamiento, y, cuando Eta, la posibilidad de perder la vida. Someterse tiene sus ventajas: ponerse del lado de quien no tiene miedo y aceptar los beneficios que reporta a la sociedad el nacionalismo; privilegios laborales y fiscales por ejemplo.


El mayor escándalo del nacionalismo no es que no aplique la igualdad sino la ceguera esforzadamente voluntaria en reconocer al otro. El otro no existe. Y si lo atisba como un obstáculo llama a su supresión. Los millones de castellano hablantes en Cataluña no existen. No solo no existen, la buena gente nacionalista les atribuye el mal que ellos padecen: formar parte de una conspiración con voluntad de destruir la nación catalana para imponer la española. Un pensamiento perverso, que se niega a admitir ante el tribunal de la propia conciencia, que nace de la ocultación de la realidad: la existencia del otro humillado, la clase de los que no cuentan a sus ojos y nunca deberían contar ocurra lo que ocurra, como diría Simone Weil.


¿De dónde surge la decisión política de desposeer a tantos millones de un derecho? ¿En nombre de qué se les desposee de su dignidad, que es que un hablante en una lengua es un igual a un hablante en otra lengua? En la práctica, es una revocación de su ciudadanía, puesto que no pueden hacer una vida política en su propio idioma, una suerte de apátridas en su propia patria pues ni su gobierno les protege, condenados a ser nadie en la vida política catalana, e incluso española pues no tienen derecho a que su representación tenga valor, como no sea una representación avergonzada (PP), demediada (PSC: Illa ha tardado, pero -disfunción cognitiva- ha dicho hoy que condena, pero ‘no hay que politizar la lengua’) o falsificada (comuns). Ni siquiera se admite una mínima concesión, que puedan hacer uso, en su lengua, de un 25 % de la enseñanza. ¿Qué clase de ciudadanos son si no se les reconocen sus derechos constitucionales ni se cumplen las resoluciones judiciales? No se trata de la dificultad del catalán, de su uso voluntario o impuesto, sino de la barrera del idioma concebida como marca étnica que establece de facto un desclasamiento para millones de personas. Aunque hablen fluidamente el catalán no dejarán de ser intrusos, forasteros que han venido con voluntad de destrucción e imposición, soldados de otra nación.


Tratar al otro como tu igual, ¿no es ese acaso el valor principal de la civilización? ¿Y la desigualdad no es el freno que continuamente retrasa su expansión? Paganos impíos ateos extranjeros inmigrantes mujeres maricones, los que no piensan como nosotros. El nacionalismo se fortifica sobre la negación del otro. Nacionalizar a la mayoría de la sociedad y crear muros identitarios de separación entre Cataluña y el resto de España, ese era y es el proyecto.


miércoles, 24 de noviembre de 2021

Querida amiga

 

Querida amiga,


“No m’ha agradat”, me dices, la resolución o providencia del TS. No cumple con tus expectativas. Tú quieres que tus hijos reciban la educación solo en catalán y yo que mis hijos sean competentes en catalán y en castellano. Tienes razón en reivindicar tus derechos, del mismo modo deberías concederme que yo quiera reivindicar los míos. Quizá haya colisión entre tus derechos y los míos, yo considero que no la hay. Para dirimir nuestras diferencias existe el Estado de Derecho, las leyes y los tribunales. Me amparan a mí y también a ti. El Estado de Derecho es un estadio en el proceso -esa palabra que tanto te gusta- de civilización para evitar que tú y yo lleguemos a los puños. Permite que te pregunte por qué habrían de contemplarse los derechos tuyos y no los míos. El TS dice que se contemplen al 25% de los míos y el 75% de los tuyos y aún así no estás contenta.


Me dices, “El problema principal no és l'escola -com s'ha demostrat-. El problema és que l'Estat viu el català com una nosa i no el defensa com una llengua pròpia”. Yo te digo: El problema és que el poder català -el poder del Estado en Cataluña habría que decir- viu el castellà como una nosa i no defensa els drets dels que volen rebre una educació en la seva llengua”. Aun con buena voluntad, no puedes ver, te resulta imposible, que en el marco de discusión que impone el nacionalismo en que estás inmersa, hay una 'realidad ominosa' que no se ha de contemplar: la población que habla en castellano. Hay realidades que nos negamos a aceptar. Si lo hiciésemos nuestro edificio mental se vendría abajo. Y entonces qué




sábado, 9 de octubre de 2021

Una minoría levanta la carpa

 


En una sociedad ideal, es decir en una sociedad democrática, alguien se plantearía la pregunta, ¿Cómo es posible? Para una sociedad no democrática esa pregunta no cabe: no hay un dedo que señale a los acosadores violentos que están en la mayoría, en el grupo dominante y mayoritario de esta sociedad, que defienden violentamente la mayoría, nuestros chicos; la sospecha, después de la agresión, cae sobre los minoritarios, sobre los minúsculos, más molestos cuántos menos sean. Qué se han creído, adónde van, a quién representan, quién anda detrás de ellos. 'Algo habrán hecho'. ¿Es que no ven lo que opinamos todos? Así que nadie con autoridad se molesta en desmentir la acusación de que son fascistas. Lo son puesto que no aceptan las reglas impuestas por la mayoría: no sale a desmentirlo el gobierno, el govern, no sale el rector, ni los rectores, a dejar limpia la mesa en la que las opiniones deberían exponerse con libertad. No sale la sociedad la gente el pueblo, pues ¿cómo van a contradecir la posición mayoritaria? ¿Alguna vez el pueblo se ha contradicho a sí mismo? ¿Es que el govern y las universidades, la televisión las radios y los periódicos, los escritores y las academias, los clubs de fútbol y las asociaciones, la gente de la calle ‘donde no hay problema alguno’, habrían de torcer su brazo para complacer a estos pocos que levantan una carpa en el campus para defender qué? ‘Qué es fotin’, ‘que us bombin’. Por qué no se quedan en casa, por qué no se van. Cuándo se van a enterar de que aquí nadie les quiere. Y encima van de víctimas.


Quién, que dependa de la mayoría, va a levantar la voz para señalar la violencia que le apoya contra los pocos que le pueden poner en evidencia. No un político, que en el programa de su partido defiende la independencia, la separación, la exclusión, aunque no con esta palabra, por todos los medios. No un periodista de la tele pública o de la radio pública o de la prensa pública, y de la privada, porque está ahí, tiene ese puesto, porque la mayoría se lo ha dado; no va a quitarse a sí mismo el puesto y el salario, el honor y el nombre. ¿Un Álvarez sindical, un Ramoneda periodista, un rector votado, un Quim Monzó escritor, un Hernández futbolista, un Iceta ministro, podrían? No podrían, no pueden, ya no.


Y qué hay de un uomo cualunque, un hombre aseado, tranquilo en su casa sin salario que agradecer, un hombre sin dependencias, ¿qué hay de sus sinapsis, podría desenredarlas? Un trabajo mayor, preferiría no hacerlo. Entonces, una pregunta sencilla, ¿cómo las sociedades democráticas han llegado a ser democráticas? Gracias al tesón de las minorías, gracias a esos pocos muchachos que un día levantaron una carpa, los violentos se la destrozaron y la volvieron a levantar, una y otra vez la levantaron hasta que los violentos se cansaron de destrozársela. Siempre y solo las minorías, a menudo la minoría de un hombre solo.


sábado, 2 de octubre de 2021

martes, 29 de junio de 2021

Ley y lengua




Este artículo, publicado en EP, pone las cosas en claro con respecto a los últimos movimientos de distracción de sanchez. Si de verdad fuese valiente, si de verdad la mesa de diálogo ha de ser útil, ahí tiene el qué de la utilidad. ¿No proclaman tantos que 'algo hay que hacer'? Queda perfectamente claro lo que hay que hacer: proteger a los débiles contra los xenófobos (cumplir la ley con respecto a la lengua), a los pobres contra los ricos (establecer las condiciones para que la igualdad sea posible). Pero no es coraje lo que le sobra sino interés personal. Si te mueve la fe no lo verás. 
No verás de lo que se trata en Cataluña, que los ricos quieren independizarse de los pobres. ¿Ha habido otra revolución igual?

Cómo calificar al partido que hoy se apoya en los curas los empresarios las antiguas folclóricas debidamente transformadas y los nacionalismos (antaño regionalismos). ¿Progresista? Si los agitadores del PP contasen con las buenas malas artes de los agitadores del Psoe el acto del Liceo sería su foto de Colón.

sábado, 26 de junio de 2021

Miserables

 



Durante una semana hacemos rutas alrededor de Benasque buscando cascadas ibones famosos y picos. Paseamos por la ciudad comemos y dormimos. Se acostumbra uno a la compañía de montañeros: su modo de hablar y de vestir, las marcas en el atuendo y en los complementos, despreocupados por la necesidad. Un mundo que requiere un mínimo económico una preparación física un cierto nivel cultural. La tarde del jueves llegan manadas de turistas. Nos damos cuenta de que es San Juan y que hay puente en Cataluña. Las plazas de parking se llenan y las terrazas de los restaurantes, los hoteles ponen el cartel de 'completo'. Decidimos bajar unos kilómetros a otra población para liberarnos un momento de la presión. La población es más pequeña, la carretera es la calle principal y, a lo largo, bares y restaurantes, aunque no muchos. Nos sentamos en el que tiene la terraza más grande y también un menú. La comida no es nada buena y el servicio peor. Una chica vestida de negro nos trae judías verdes salteadas, un plato en cada mano. Uno de ellos deja un reguero de aceite como en el cuento de Hansel y Gretel hasta que llega a la mesa, de puro milagro no nos empapa. Se disculpa. Me fijo en los que están sentados en las mesas vecinas, en los que van y vienen. Hablan en voz alta, visten con descuido, algunos llevan pelo largo y barba, desaliñados, gorras y sombreros. Beben mucha cerveza acompañadas de tapas poco apetitosas. Pienso en el contraste entre esta gente y los turistas de Benasque. Un mundo les separa. Una distancia económica social y cultural. La mayor parte de la gente que hace turismo montañero no son ricos, son clase media acomodada, aunque no en exceso. Como son días de puente se puede saber de dónde proceden. El habla les delata. Cabría preguntarse quién puede hacer puente. Entre ellos están a buen seguro los funcionarios y el personal de la Administración en sentido amplio, quizá pequeños empresarios y empleados no relacionados con el ocio. Después, cómo han llegado hasta ahí: el puesto de trabajo, el salario, los días disponibles; la forma física; el gusto por el turismo de montaña ahora o por la nieve en invierno; los potentes coches con los que han llegado; el habla reposada, la discusión serena, el gusto por una comida saludable, de una mínima calidad, el poder pagarse unos días de hotel.

No hace falta indagar, es una experiencia que cualquiera puede tener: forma parte de la normalidad de quienes viven una vida como esa el no preguntarse por la diferencia con respecto a quienes no viven como ellos. Cualquiera tiene esa experiencia. Hay barrios en cualquier ciudad, pongamos Valladolid Barcelona Madrid, que uno no frecuenta salvo en raras ocasiones. Si lo hace, salta a la vista la diferencia. Uno debería preguntarse, es un deber moral, por qué hay un salto tan grande entre la gente que vive en esos barrios y los más prósperos, y no necesariamente los ricos sino los de clase media. No es un estudio estadístico, solo hablo de la apariencia, la diferencia económica y cultural que salta a la vista. Habrásociólogos que sepan estudiar la diferente esperanza de vida, las enfermedades asociadas a la pobreza, la degradada vida de la vejez, lo que no se ve de la vida interior.


¿Hay alguien que se pregunte sobre el diferencial en términos políticos? La política se ocupa del bien común: una educación que lime las diferencias, que haga posible el progreso real de los humildes, que los hijos tengan un abanico de posibilidades de modo que puedan gobernar su vida con un acopio de mejores recursos económicos y culturales que sus padres. Si un político pensase en ello al mismo tiempo estaría pensando en el progreso general del país. Pero uno tiene la impresión viendo lo que sucede que los recursos de los que el país dispone y de los fondos que la Unión Europea nos va hacer llegar no van a ir en esa dirección. Ya estamos viendo cómo se distribuyen, estamos viendo en qué consiste la nueva ley de educación, cómo se concibe lo social como donación a las familias empobrecidas y no como una palanca para saltar a una vida mejor. De las ayudas sociales se espera agradecimiento y no un estímulo para dar el salto y acercarse a los que viven mejor que ellos. ¿Quién se ocupa de que los humildes recuperen su dignidad y que miren sin vergüenza y sin odio a los que unas manzanas más allá cenan a la luz de candelas, entran en las tiendas de marca y hablan con un vocabulario extenso? Es mentira que todos los que están un escalón superior sean progresistas, a los que viven en peores condiciones que ellos, sus vecinos, no los ven, si acaso en reportajes de televisión y en otros países, y su vida no les concierne más allá de un ligero pestañeo de preocupación o una pequeña donación a una ONG. Quizá hasta piensen que su vida mejor, por comparación, es algo que se les debe por ser quiénes son, por pertenecer a un territorio determinado, por hablar una lengua diferente, una identidad, como tener una educación distinguida, una visión amplia del mundo, un gusto especializado, no es un privilegio sino algo natural. Esa clase media está representada por partidos estatales que se dicen progresistas y cuya política consiste en dialogar y hacer concesiones a los partidos territoriales que representan a una burguesía acomodada que tiene falsa conciencia social. La política de hoy consiste en un diálogo entre representantes (los encuentros entre Iglesias Roures y Junqueras, mantel de hilo de por medio, así como la mesa de diálogo entre el gobierno y los partidos independentistas son casos paradigmáticos), no en una genuina preocupación por el bien común. Procurar el bien común es ofrecer los medios para salvar la distancia entre quienes disponen de ellos y quienes no. Esa es la inversión que me temo no se va a hacer.


miércoles, 23 de junio de 2021

La peor burguesía

 


Poco antes de salir a caminar ojeo lo que dicen los diarios del día. No tiene uno muchas ocasiones al cabo del año de caminar entre los picos de los Pirineos. El día es lluvioso, primero lluvia fina después más intensa, en algunos momentos jarrea. Ayer subí al Perdiguero, un pico por encima de los 3200. Me pesan las botas, me duele las articulaciones y los músculos porque hace bastantes días que no entreno. Lo más bonito son los dos ibones que nos encontramos en la ruta, y el que más el Ibón Blanco, por cubierto de nieve y hielo. Llega un momento, a falta de cubrir el último medio kilómetro de desnivel, que la subida se hace apestosa porque el acceso y el propio pico es un montón de piedras grandes y esquinadas con huecos entre ellas que hacen la subida pesada. A falta de 200 m caen las nubes y ya no se ve donde uno pisa así que renunciamos a la subida que teníamos a huevo. La bajada se hace larga. Hoy, bajo la lluvia, hemos hecho un paseo tranquilo buscando las numerosas cascadas, entre ellas la Gorga del Alba, chorrones violentos de agua en esta época. Un paseo que permite la meditación y la contemplación. 


Las noticias que he visto en el periódico me envuelven en la desesperanza. El acto del Liceo. El presidente del gobierno entregado, humillando al país que representa, ante la peor burguesía de España, no solo de ahora sino de los dos últimos siglos. El pistolerismo que mataba obreros hace justo un siglo, la organización desde Barcelona de la dictadura de Primo de Rivera, el apoyo a Franco en el 36, la misma burguesía que después jugaría a dos bandas, franquismo y nacionalismo, esperando obtener beneficios de una u otra parte. Si uno repasa la historia, da pavor ver cómo han tratado a los obreros, a los inmigrantes que recluían en los 60 en Montjuic, a las clases bajas de la población de las que desprecian su procedencia, su lengua, su cultura, se sientan ahora ante el presidente esperando recibir mucho más de lo que les corresponde del maná de los fondos europeos. Una burguesía que no vive del emprendimiento -qué será eso- sino de las ubres de Estado a las que ordeñan todo lo que pueden. 


Duele que el resto de la sociedad les haga el coro, le haga el coro, que no haya un gramo de lucidez. Y todo ese mundillo repugnante maloliente egoísta sin un pensamiento en el bien común, que se ha sentado en el Liceo, que se presenta como progreso y como futuro. Esa mezcla de los sectores más reaccionarios de la iglesia y del empresariado mas vil junto a la cultura subvencionada, que proyecta la España del futuro. Qué amargo chiste. La impresión de que no hay salida por lo menos a corto o medio plazo. Una impresión que no se me va a pesar del paisaje que contemplo, las nubes pegadas al asfalto, los picos levemente iluminados sobrevolando la atmósfera húmeda pero agradable, un paisaje que permanecerá después de las actuales miserias.


domingo, 20 de junio de 2021

Separatismo




‘Nos acostumbraremos’, oí decir. Sin embargo, quién no desea, salvo deprimidos, arrancarse la mascarilla y tirar año y medio de confinamiento mental a la basura. Ahora pensemos en las mujeres, siglos confinadas en el hogar. Pensemos en las mujeres y el islam: hiyab, burka, niqab, chador. ¿Cómo lo llamaríamos? ¿separatismo?


“El primer objetivo de los islamistas es el cuerpo de la mujer. Taparla es la base sobre la que trabajan para crear su orden político y social”.


“El islam salafista, por ejemplo, impulsa el separatismo sin disimulo. Otras, como el islam político de los Hermanos Musulmanes o de Milli Görös, promueven la participación en el sistema democrático, pero insisten en que se les trate como una comunidad separada. Y ese separatismo, les aparta de hecho”.

(Elham Manea, yemení, Profesora en la Universidad de Zúrich)


sábado, 12 de junio de 2021

BCN

 


Barcelona es confortable. Te invita a pasear, es segura. Gente joven guapa, seductora, te miran y miras sin temor. Limpia, accesible. El clima agradable, sin puntos extremos. Quién no querría vivir en Barcelona. Ahora, sin la invasión turística de los años pasados, antes de que vuelva a mostrar la plenitud de su decadencia, es el momento para ver cuan confortable es. Pero ¿es sostenible? Si las empresas se han ido, si deja de ser atractiva para la inversión, si las viejas industrias, como la del automóvil, están de capa caída y el turismo no se reanima como antaño, ¿de dónde extraerá los recursos para mantenerse viva, ya no con la vida entusiasta del arte, la creatividad y la vida juvenil, sino de la mera supervivencia?


Paseando por la zona portuaria, la Barceloneta, la gran explanada junto al Hotel Vela, sorprende la ausencia de los grandes cruceros, el vacío, unos pocos yates cubiertos con grandes lonas por falta de actividad. La imagino dentro de no muchos años. Ya no como la ciudad olímpica, que atraía a la clase media europea los fines de semana, las despedidas de soltero, las competiciones deportivas o la semana de vacaciones veraniegas, fotografiando edificios modernistas, consumiendo moda o comida mediterránea, sino visitándola como ruina de lo que fue: grandes edificios de oficinas acristaladas abandonados, hoteles con carteles de se traspasa o se vende, barrios del centro depauperados, balcones oxidados, edificios cubiertos con grandes redes para proteger a los viandantes de la caída de losetas, y poca gente por las calles, recogiendo cosas abandonadas de alguna utilidad. Quizá alguien entonces piense, cómo pudo suceder.


La actual Barcelona ha sido gobernada por la clase media. Tanto los partidos indepes como 'los comunes' del ayuntamiento han sido sostenidos por la clase media acomodada. Funcionarios, profesores, sanitarios, trabajadores de la administración, gente con trabajo estable y bien remunerado, organizados en sindicatos y asociaciones de todo tipo. Durante varias décadas se han desenvuelto en una atmósfera confortable sin responsabilidad. Han creído en su gratuidad, que vivir bien no tenía coste, bastaba con pensar y desear para acrecentar sin pausa el confort. Así como ganar la Champions por el Barça era ponerse a ello, el bien en el mundo era una cuestión de voluntad. Para los comunes hacer de Barcelona una ciudad verde y sostenible no requería otra cosa que empeño: eliminar los coches, las empresas contaminantes, los edificios vacíos, hasta el turismo de masas querían prohibir algunos de ellos. ¿Se preguntaron alguna vez quién iba a pagar todo ello? Para los indepes Cataluña estaba bendecida, con un Messi bastaría para conseguir la independencia. Unos y otros, comunes e indepes, pusieron en la calle su sueño creyendo que con eso bastaría. Construir un sueño. Pasaron por alto que la calle es áspera, rugosa y nada contemplativa. Una ciudad sostenible necesita quien la sostenga: tiene un elevado coste: económico pero también moral. Una ciudad no es confortable si el turismo la masifica. Si deja de ser productiva no obtendrá recursos para sostenerse. La realidad invisible de los indepes es la otra Cataluña a la que desprecian tanto que ni ven. Ni unos ni otros entienden que su vida muelle es a costa de la mala vida del resto de la población. ¿Se han parado a pensar, si encontrado un Messi, con los materiales  adecuados para convertir un sueño en realidad, quién querría vivir en la ciudad o en el país soñado?


viernes, 4 de junio de 2021

La parte oculta

 Para los nacionalistas solo son catalanes los nacionalistas. Al PSC es una cuestión que no le importa, salvo durante las elecciones que vuelve al castellano para hablarle a la parte oculta de la población, porque esa parte no es determinante para el acceso a cargos y poder. Y les funciona, cada vez. Solo durante la breve existencia de Cs pareció que la cadena se rompía. El PSOE y el PP ven el poder como una cuestión de contrapesos: los partidos indepes les son útiles si les faltan unos cuantos votos en el Parlamento para mantenerse en el poder o como elemento retórico para conquistarlo. 


La población no indepe de Cataluña no existe para nadie. Ella misma, salvo una minoría, no tiene conciencia de que exista. Se les humilla, si necesitan algún servicio, haciéndoles hablar en una lengua que no dominan bien. Se vigila a sus hijos en el patio de los colegios para que hablen la lengua correcta. 'En la calle no hay problema', suelen decir, asumiendo su invisibilidad, su irrelevancia, huéspedes en una casa que no es suya. Son transparentes a la mirada pública. En el marco que crean los medios y la educación, la conversación pública está construida como una escultura de Gargallo. Solo cuenta lo que es visible, el hueco está ahí pero no tiene relevancia. Se podría decir lo mismo de las capas bajas de la población española, que solo aparecen como parte del discurso retórico de UP. Un solo ejemplo, pensemos en los grandes perjudicados de la subida de la luz. ¿A quiénes cuidan los partidos -y los sindicatos-? A las capas instruidas o medio ilustradas que les apoyan. En todos los países hay una extensísima capa de población de la que nadie se ocupa, aunque seguramente no tan extensa como la catalana.



martes, 25 de mayo de 2021

Colaboradores necesarios


Decir que las élites desprecian a la gente que tiene dificultades para valerse por sí misma sería pensar que existen en su mente como preocupación, pero ni eso. Simplemente no existen. El ejemplo paradigmático es la educación. La educación es el principal instrumento de promoción. Cualquiera que conozca el sistema educativo por dentro sabe de su estado lamentable. Las élites se preocupan de educar a sus hijos, para quiénes no tienen recursos ni motivación la educación no existe.


Un dato bárbaro, Cataluña está en cabeza de Europa en el abandono escolar. “En 2019 la tasa se disparó en Cataluña al 19%, dos puntos por encima de la media española (17,2) y casi el doble que la media europea (10,3)” (L’estat de l’educació a Catalunya, César Coll y Bernat Albaigés). Es para llorar. Hoy un especialista busca en EP las causas. En Cataluña, en cualquier análisis, siempre hay un enemigo al que nunca se convoca, la realidad. En este caso, tabú, la inmersión lingüística. Y la realidad no se convoca porque si se convocase el nacionalismo dejaría de existir.

Por supuesto, que para que el sistema nacionalista de privilegio funcione son precisos colaboradores  necesarios. Y ante la hacienda menguante, a la espera del maná europeo, hoy más que nunca. Los colaboradores necesarios para mantener la ficción de que se vive en el mejor de los mundos y que a las capas más bajas de la población les conviene la exclusión escolar y, por tanto, el más difícil acceso a los cargos públicos mejor remunerados, reservados a las familias nacionalistas formadas en colegios de élite, han sido 'los comunes', anteriormente ICV y anteriormente PSUC, y por supuesto el PSC que ha trincado en connivencia, sus líderes periódicamente cooptados, en una suerte de peronismo a la catalana. Dirigentes y votantes de comunes y PSC en Cataluña son colaboradores necesarios en la xenofobia y la desigualdad de oportunidades. A la desigualdad de origen: pobreza e inmigración, que puede asemejarse a lo que ocurre en el resto del país, se añade la aculturación y medida xenófoba por excelencia, la inmersión. Las medidas que ahora se anuncian, inyección de dinero en educación, no serán para igualar y redistribuir sino para ahondar en la diferencia, pues la medida más xenofoba, fundamento del sistema de privilegio y exclusión, no se toca, la inmersión lingüística.