lunes, 30 de junio de 2025

Extra Ecclesiam (Apuntes del natural)

 

 


Después de semana y media me atrevo a hacerle frente al dolor caminando hasta el centro de la ciudad. Observo, sabiendo que mi mirada es una forma particular de percepción mediatizada por mis apriorismos.

 

Veo a un hombre ensotanado de arriba abajo, se supone que insensible al calor, flaco como el Dómine Cabra; cruza la calle, camina por la acera, solo, ensimismado, como levitando, insensible a los festejos e la ciudad. Cuando viajamos a los países islámicos nos da por fotografiar a los mullahs como algo extraño en el camino y, sin embargo, aquí lo tenemos sin que nos asalte la extrañeza.

 

El calor desnuda a la gente mostrando las formas más desvergonzadas – sin vergüenza -  del cuerpo; no es erotismo sino despojamiento de lo que no es imprescindible; estamos a un paso del desnudo integral, si es que, por la regla del péndulo, no volvemos atrás un breve tiempo para coger impulso. El desnudamiento es un hito difícil de igualar en la supresión de las restricciones culturales a la naturaleza, el paso que nos falta, quizá.

 

Ya en el barrio oigo a través de una ventana interjecciones, interrogaciones, truenos y relámpagos, gritos, insultos. Pronto me doy cuenta de que no es a la parienta sino a la pantalla del televisor.

 

Y al llegar a casa me pregunto, ante las reacciones de conocidos, amigos y allegados, por qué, por qué esa ceguera voluntaria, si no tendrían que votar a Vox ni al PP, podrían seguir votando lo mismo, cambiando tan solo de caballo. ¿Debería abochornarme?

 


domingo, 29 de junio de 2025

All of Us Strangers

 


 

All of Us Strangers (Desconocidos) tiene un aire confesional. Tal día como ayer u hoy es el mejor momento para verla, porque quien se confiesa es un gay que expone su vida de gay. Quienes se muestran en las fiestas del orgullo, al día siguiente siguen con su vida. ¿Cómo es esa vida, más allá de la vindicación, del entramado legislativo, de las conquistas contra la discriminación? La vida de un gay en ese sentido tiene semejanzas con las de un negro, una mujer, un inmigrante, un pobre diablo, aunque cada grupo tiene su propia historia. Cada uno ha tenido que lidiar con su diferencia para salir a flote. Llega un momento en que el individuo se queda a solas con su circunstancia personal. La familia los cercanos la pareja. Salvada la discriminación por la diferencia, si alguna vez se salva del todo, queda el hombre, la mujer a solas. Y entonces es igual a cualquiera, a cualquier hombre o mujer. Igual, pero tan diferente, pues todas las vidas son iguales y todas diferentes.

 

El director, Andrew Haigh, se basa en una novela previa para hacer el guion de la peli; añade romanticismo, nocturnidad y un estrecho lazo con el más allá que está de vuelta por un tiempo. La mirada melancólica la pone Andrew Scott, el mismo de Ripley. Hay cierta semejanza entre los dos personajes. La soledad, con breves intervalos de compañía, es nuestro destino.

 


sábado, 28 de junio de 2025

La acompañante

 


 

Ante tanta serie más que banal mala, un recurso de estas tardes luminosamente largas es acudir a la lista de las películas más valoradas de este mediado 2025. No quiero desengancharme de este tiempo. Aunque revisito de tarde en tarde los clásicos, mi afán por conocer y estar al día me lleva a perseguir las novedades. 

 

El mayor valor de La acompañante, ahora en HBO, es la sorpresa al poco de iniciarse la película. No voy a desvelar, por tanto, en qué consiste. Tiene que ver con un futuro no demasiado lejano en que la vertiginosa tecnología nos cambia la vida. Hasta cierto punto parece una continuación de Her, la película de 2013 que nos tomamos a broma. Y, más atrás, de Tamaño natural, 1974, aquella película francesa del crepuscular Berlanga. Y también de Blade Runner, de 1984. Y muchas más, pero no quiero hacer una lista. 

 

La acompañante se presenta en forma de comedia que va adquiriendo tonos negros, pero sin cargar nunca las tintas. Hay amor, hay codicia y hay muertes, lo propio de las películas de entretenimiento. La película no se pone reflexiva, pero deja en el aire unas cuantas preguntas. La tecnología está llena de promesas, la que más la de satisfacer el deseo inconstante de los hombres. Deseamos, queremos satisfacer nuestro deseo, pero nos atemoriza.

 

Somos fruto de millones de años de evolución, agregados de distintas ramas. Somos naturaleza. Constatamos el comportamiento impredecible de los miembros de nuestra especie. Por principio, los objetos que producimos deberían responder a un plan, a unas reglas: son obra nuestra. Sin embargo, desde que Mary Shelley imaginó la criatura del doctor Frankenstein anida en nosotros el temor.

 

No te informes sobre la película antes de verla. Déjate llevar. Las reflexiones que te hagas después de verla serán más interesantes que las que la propia película se hace, al fin y al cabo es una comedia.

 

 


viernes, 27 de junio de 2025

No me consideres tu enemigo

 

 


Hay algo que me estremece de tal manera que lo eludo, no quiero pensar en ello: la cantidad de gente dispuesta a fusilar, no a quien sean sus enemigos, sino a quien consideren que son sus enemigos, y los más, que, no teniendo valor suficiente, desearían que alguien lo hiciese en su lugar. Era una idea que me asaltaba viendo el carácter y la actitud de determinadas personas, ahora lo veo como posibilidad. Cómo es posible, si no vivimos en una dictadura. Los modelos de mundo que rigen nuestra visión de la realidad se han reducido a estrechísimos márgenes en el campo de la confrontación política: amigos/enemigos. Llegado el caso, cómo no vas a hacerlo - fusilar - si tienes un jefe y formas parte de un pelotón voluntario.

 

Cuando hay un asunto divisivo, como la ley de amnistía, las opiniones se alinean en un campo magnético. Enseguida se detectan los patrones, la idea simple del alineamiento. Quien la asume y proyecta la suelta como si fuese suya, cuya veracidad - funcionalidad - no se pone en duda, como es verdad que el sol sale por las mañanas por el este y se oculta por la tarde en el oeste, aunque como casi todo el mundo sabe eso no es cierto. Si no asumes esa idea simple o la pones en cuestión eres enemigo.

 

No hay margen para las discrepancias, para las visiones intermedias que se aparten de la brújula que indica el norte en el modelo de mundo asumido. Por eso los flojos, los tibios merecen morir, quizá los primeros.

 

No es verdad que exista el pensamiento libre, somos esclavos encadenados con hilos invisibles. Nuestra libertad de pensamiento no va más allá de si Paul Newman era mejor que James Dean. Pero es peor que eso, peor que la aceptación sumisa - consciente o involuntaria - de la esclavitud mental, somos perros guardianes de nuestros amos: no tenemos otro que su modelo de mundo, realineado cada día de muchas maneras; no estamos dispuestos a mover un dedo por quien lo ponga en cuestión, creyendo que nos contradicen a nosotros mismos. Y algunos estarían dispuestos a coger el fusil si llega el momento.

 

Dialoga conmigo, discrepa, no me consideres tu enemigo.

 


jueves, 26 de junio de 2025

Jueves, 26 de junio de 2025

 


"Todo lo que no está constitucionalmente vedado queda, en principio, dentro del ámbito de decisión del legislador". Nota del pleno del TC.

 

Un filósofo, Javier Gomá Lanzón, escribía esta mañana:

 

"Hay dignidad (lo que no puede ser sustituido por algo equivalente), y hay precio (lo que sí puede ser sustituido). Inmoralidad es dar a lo que tiene dignidad el trato de lo que tiene precio. 

 

Eso es lo que ha pasado con la ley de amnistía, precio de la investidura".

   

La corrupción económica está en la naturaleza humana, lo previo a la razón. La ley es una adquisición del saber y la experiencia en pos de la convivencia entre los distintos. Siempre habrá quien quiera corromperla en su beneficio. Las leyes son, en democracia, producto del acuerdo colectivo. 

  

La mayor corrupción no es la que pueda envolver a Koldo, Ábalos, Santos Cerdán y tutti quanti, sino retorcer el Estado de derecho. ¿Cómo imaginar un país en el que sean los corruptos y corruptores quienes hacen la ley? La Comisión Europea ha hablado de autoamnistía.

 

Si cualquier ley vale, si legislar queda en manos de la arbitrariedad, el Estado de derecho deja de existir. Si cualquier ley vale, tú y yo estamos desvalidos.

 

La filosofía pone el acento en la dignidad; el individuo de a pie en el cuidado propio, quizá sean la misma cosa. En democracia, cuando emerge la conciencia - salgo del estado de obediencia, no soy esclavo -, reflexión y cuidado de sí se autoengendran y permean. La reflexión está al alcance de cualquiera, en democracia, además, tenemos la posibilidad de la acción: un ciudadano, un voto. La libertad de voto nos hace iguales. Mi voto, mi dignidad: no valgo más que otro, pero tampoco menos. Pero, ante todo, no te envilezcas.

 

 Sánchez es un arribista, un jugador de fortuna que ha dado la ley de amnistía a cambio de 7 votos para evitar, con ella, la cárcel a quienes le dieron los siete votos. Detrás de él, los interesados que le siguen. 

 

Luego está el pensamiento lento y reflexivo. Es ahí donde nos la jugamos como colectivo. No ha tenido peso.

 

Quedará un nombre para la ignominia de esta época: Cándido Conde Pumpido.

 

26 de junio de 2025, el día que se decretó la impunidad

 


miércoles, 25 de junio de 2025

Yo, un golpe de suerte

 

 

                              

Imágenes recientes del telescopio Vera C. Rubin



El universo va de lo muy grande a lo muy pequeño o, al revés, de lo diminuto teorizable a lo lejano imaginable, pero ambos invisibles. La ciencia amplía nuestra perspectiva: el mundo es cada vez más ancho, más profundo, más cercano y más lejano, hasta llegar al infinito. Los límites son imprecisos por arriba y por abajo, porque incluso cuando imaginamos hablamos de infinito o infinitos. En el mundo no hay esquinas en las que podamos escondernos, sino ondas y esferas que nos retienen y transportan, siempre zarandeándonos. Aunque hasta esta afirmación, el yo que habla, es discutible, por inverosímil. Este yo es un brevísimo paréntesis de comprensión, de breve consistencia. Es una osadía afirmarse como tal. 

 

Nada sabemos del origen y tampoco del final, aunque nuestra imaginación, tan fértil, siempre está enredando. Somos tiempo en un espacio complejo. Mira que nos cuesta comprenderlo. No hay nada fijo en lo que llamamos cuerpo - esta UTE, Unión Temporal de Empresas que nos constituye -, siempre está mutando: lo alimentamos defecamos intercambiamos fluidos absorbemos en cada respiración la materia que está en el aire, expulsamos lo que aparentemente somos. Todo se mueve en nuestro cuerpo, células que nacen y mueren, organismos simbióticos y dañinos, en un equilibrio tan inestable como temporal, como una célula, como el sistema solar, como la Vía Láctea y demás superconjuntos cósmicos. Férreas leyes nos hacen y deshacen, a las que podemos comprender, pero no paralizar.

 

A ojos grandes somos un cuerpo, a pequeños, una conjunción de cosas. Aún no somos capaces de entender de dónde proviene está arrogancia: yo. Y su misterio: comprender.

 


Y, sin embargo, la genista ha vuelto a florecer moteando de amarillo la pradera. Las orquídeas. La procesionaria ya ha descendido de los pinos y ha anidado bajo la tierra apelmazada. El verde una vez más se ha apoderado del planeta azul. Las mariposas revolotean a mi alrededor, blancas moteadas, grises y amarillas, cubriendo la amplia gama del espectro y de las formas. Los senderos se han cerrado y vuelto a abrir. Los pájaros cantan enloquecidos. Pocas alegrías tan grandes como ser sobrevolado por el canto de una alondra mientras caminas o ruedas. El sol abrasa antes de que un manto de lluvia torrencial alivie el calor. Quizá hay menos bichos que antaño, todo el mundo lo dice, pero aun así hay que apartarlos con las aspas de los brazos.

 

Es tan breve este instante en que puedo decir, yo, yo que contemplo. Tan breve la ilusión de pertenecerme, de que alguien me diga con el dorso de la mano en mi mejilla Por qué sonríes. Qué te hace feliz.

 

Lanza tu vista a la lejanía de los campos verdes y amarillos. Escucha los ruidos invisibles del bosque. Vive como lo hacías sin saber lo que se oculta. Tú ahora, aquí, haz de este el instante eterno. Cuéntate ese cuento.

 

"Un panda o una secuoya representan una magnitud de evolución que se da solo raramente. Se requiere un golpe de suerte y un largo periodo de prueba, experimentación y fracaso. Una creación tal es parte de la historia profunda y el planeta no tiene los medios, ni nosotros el tiempo, para verla repetida". Edward O. Wilson en La diversidad de la vida (1992).

 


lunes, 23 de junio de 2025

¿En qué condiciones llegaré al final del día?

 

 


Durante 10 días, en compañía de Ani, hice mi ruta deportiva anual en bici. Tiene sus riesgos, pero me lo paso de coña. Rodamos por las empinadas cuestas de los Arribes del Duero, por caminos en que la lluvia intensa de este año ha dejado su huella en forma de roderas y mala hierba crecida, por zonas de asfalto, con el gran peligro de los coches conducidos sin miramientos, subidas duras y bajadas vertiginosas. Seguimos hasta Oporto, por el espectacular paisaje del Duero que avanza por laderas profundas llenas de viñedos; después por la costa portuguesa hasta Galicia, por largas pasarelas con la vista puesta en el océano, cruzamos el Miño en una minúscula barca poco segura, la costa gallega, las pequeñas aldeas, las ciudades más hermosas, como Baiona, hasta llegar a Santiago donde se podría decir que todo el mundo confluye. Una experiencia gratificante que uno querría repetir de forma incansable todos los meses. 

 

No tuvimos ningún accidente, ni un solo pinchazo, ni un día tuve que inflar las ruedas. Encontramos cobijo donde quisimos, la lluvia nos amenazó, pero no sufrimos ninguna tormenta, ni siquiera me quemé la piel. Después, ya en casa, he salido un par de días para poner a prueba la potencia muscular entrenada. El primero por caminos con rodadas, cubiertos de hierba alta con grandes pendientes. El segundo, a tres kms de casa, por otro de esos caminos, el paso de una rodada alta y apelmazada al centro del camino me jugó una mala pasada. La rueda delantera no pudo salir de la rodada y me tiró. No caí sobre el hombro, las rodillas, el codo o la muñeca como otras veces, sino sobre el costado. El golpe fue fuerte y seco, me costó recuperarme, pero volví con dolor a casa. Fui s urgencias. Tenía una costilla fracturada. El dolor es intenso y dura a pesar de los analgésicos. Entrar y salir de la cama es un suplicio, del sofá o de una silla. Pocos saben el costo de un estornudo. No sé cuándo cesará el dolor. Ahora comprendo a los que se encuentran en situaciones parecidas, a quienes tienen dolores intensos y crónicos. ¿Se preguntarán cuándo cesará el dolor? No hacen planes de futuro porque antes que nada piensan en el día que el dolor desaparezca.

 

Cuesta comprender que somos entes que vivimos en estructuras espaciotemporales. No hay nada estático, todo a nuestro alrededor es dinámico, incluido nuestro cuerpo. La realidad que nos devuelven las fotografías es una fantasía. No eres el que aparece en el espejo, y menos en el selfi que te acabas de hacer. La fotografía como forma de representación está desapareciendo como antes desaparecieron la escultura y la pintura; dentro de poco solo quedarán fotogramas encadenados, pequeños vídeos, a lo que se añadirá, en una fase posterior, la tridimensionalidad como mejor representación de la realidad.

 

Como el retrato o la fotografía fija, la identidad es otra fantasía. No somos el que fuimos ayer, ni siquiera el que ha salido de casa hace unas horas. Somos un conjunto de pluriorganismos en simbiosis que mantienen estructuras dinámicas con tendencia a la entropía. Un conjunto espaciotemporalmente organizado con fecha de caducidad que se desplaza en mutua interdependencia, prestando y absorbiendo de modo continuo materia y energía con lo que nos rodea, sometido como cualquier cuerpo a las leyes de la física y de la química. Unos cuantos memes en nuestras columnas corticales nos hacen creer que este soy yo, un organismo con entidad propia, diferenciado y único. ¿Qué seré cuando llegue la noche?