sábado, 2 de junio de 2012

Perdido


            

             Estoy perdido. De pronto descubro que estoy en un país extraño, que desconozco. No es que no lo intuyera, que no lo supiera, he hecho lo posible por no enterarme. Antes vivía en un barrio populoso, ahora estoy en otro más esponjado, con más huecos entre los bloques de pisos. Esta es una ciudad cuarteada, rota, estratificada, aunque toda ella desprende un aire de decadencia, o mejor una ciudad que nunca ha acabado de hacerse. En algún momento de su historia perdió la posibilidad de ser importante, y aunque ha habido momentos posteriores en que a sus dirigentes les pareció que podía recuperarse, no ha salido del pozo. Hoy celebran el día del ejército, hay balcones con banderas, pero ese brillo efímero no sirve para nada.

            Estoy perdido. Compro en un súper y a la salida cojo la dirección equivocada, las casas se adensan y las calles se estrechan, aumentan los bares, los hombres mirando en la tele una corrida de toros, veo gente engalanada de boda, trajes y vestidos baratos, veo una Iglesia de Filadelfia llena de gitanos a la puerta, mucha gente en la calle, muchos niños gritando, doy vueltas en una dirección y en otra, nunca había estado en este lugar, le llaman el barrio de la Victoria, todo huele a militar en esta ciudad encastillada. Por fin lo comprendo, la divisoria es el canal de Castilla que está desembocando en el Pisuerga, a un lado un barrio de clase media, Huerta del Rey, al otro lado un barrio humilde, el de la Victoria. Lo mismo sucede al otro lado del río, como una herida la Rondilla, barrio obrero, está separado del centro, donde la gente pasea más peripuesta, más seria, con un aire de estatus viejo, que ya no cumple función alguna. La desolación está repartida, la alegría no se ve por ningún lado. O la desolación sea la mía, todo puede ser. El país y el yo, vasos comunicantes.

2 comentarios:

Unknown dijo...

La desolación no es de ningún lugar, ni de ninguna situación sino de la interpretación que cada uno haga. Cambia de observatorio!

Toni Santillán dijo...

En este caso es la suma de muchas vidas frustradas o sin el suficiente empeño, porque quienes sí lo tenían se han ido yendo.