lunes, 4 de junio de 2012

Contra la impunidad


             

            Sucede ante nuestros ojos, no es cosa del pasado, aún no está en los libros de historia y por tanto aún no lo podemos contemplar con desapego o jactancia o superioridad, “cosas del pasado”, este pasado que aún no es, en el que nos negamos a ser protagonistas, por el que nos dejamos arrastrar con fatalismo, nos dice a la cara imbéciles, tontos, cómo lo estáis permitiendo, cómo dejáis que esta peste económica que os arruina, que os deja sin trabajo, que devalúa vuestros ahorros, que directamente os tima, cómo dejáis que esta peste económica se convierta en peste moral, dejadez, apatía, fatalismo, tontos, imbéciles, por qué no sois capaces de convertiros en protagonistas activos, ya que se os achanta de ese modo, que se os obliga a cargar con el coste de la ruina, sin consultaros, sin explicaros con claridad qué es lo que sucede, cuál es el tamaño del agujero, qué falta por descubrir, cuándo vamos a empezar a remontar, viendo cómo a un gobierno inepto le sucede otro que presumía de honradez y de inteligencia, que prometía explicarlo todo y lo que hace es ocultar, tapar, tontos, imbéciles, nos dicen sin decirlo abiertamente, que consentís en el mangoneo de unos pocos, los de siempre, banqueros y empresarios que han gestionado mal o han hecho trampas, políticos que han repartido juego a su favor o el de sus amigos, periodistas que no informan o lo hacen sesgadamente y todos ellos actuando en su beneficio común, de común acuerdo, dando por hecho que somos tontos, que somos imbéciles, pues lo somos si no hacemos que la democracia responda a su sentido originario que es no sólo votar cuando ellos quieren, en largos plazos, sino controlar, juzgar, pasar cuentas a quienes lo han hecho mal o han abusado o nos han engañado y eso es lo que no permite el actual gobierno, como tampoco lo permitió el antiguo, ni lo permiten los pequeños gobiernos que mangonean como pequeños reinos sus poderes provinciales o autonómicos, si no les exigimos que paguen por lo que han hecho, seguirán amarrados a la ubre durante décadas, aunque el país vaya a la total ruina, más amarrados si va a la quiebra, convertirán su poder, levemente controlado en las elecciones, en mafias o compadreos, al estilo caciquil del que España aún guarda recuerdo.
Tras cuatro años de crisis seguimos con los bancos ensituación crítica y dependientes de la financiación del eurosistema (ningún país se ha beneficiado tanto de las operaciones de liquidez como España). Ninguna de las reformas acometidas han alterado sustancialmente un estado insostenible. En vez de ello, las reformas, particularmente las fiscales, han modificado solo los márgenes y, a menudo, en la dirección incorrecta. Las continuas sorpresas sobre la situación fiscal de las administraciones, central y autonómicas, demuestran que España tiene un problema constitucional que pocos consideran y que otros, como el presidente del Gobierno, niegan”.
 "La impunidad significa más que eso: es la seguridad de que se mantendrán en el poder y con todo privilegio los causantes de nuestra crisis. Ejemplo: Valencia. (…) No cabe otra salida para los demócratas que exigir una Comisión Nacional de Responsabilidades, con el máximo grado de participación de fuerzas parlamentarias —confiemos en que con presencia socialista—, similar en sus objetivos y medios a otras Comisiones de la Verdad, con el cometido de establecer un balance riguroso del proceso de huida hacia las tinieblas que ha padecido la economía española".   
Y además se llevan el dinero a casa. Unos pocos ejemplos de quienes ya se lo han llevado: José Luis Méndez. 16 millones de CaixaGalicia. Domingo Parra. 7,5 millones del Banco de Valencia. José Luis Pego. 18,5 millones de Novacaixagalicia. Matías Amat. 6,16 millones de Bankia. Miguel Blesa. 2,8 millones de euros. Lo llaman pensiones.

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