sábado, 5 de marzo de 2011

Winter's Bone

Sólo en los últimos minutos del metraje la película sale de la oscura palidez invernal en que está filmada para mostrar un poco de color, tampoco mucho, rojos, azules y verdes mortecinos, gracias a la leve esperanza con que la joven protagonista puede encarar la vida que sigue. Ree, la chica protagonista de 17 años, tiene un grave asunto entre manos. Al cuidado de dos hermanos pequeños y de una madre enferma, al borde de la miseria, en la que no cae del todo gracias a la ayuda de unos vecinos casi tan pobres como ella, ha de encontrar a su padre, buscado por la policía, porque si no lo encuentra perderá la casa donde viven, entregada como prenda de la libertad condicional de aquel. Con Ree, vamos adentrándonos en un paisaje rural de desechos sociales, casas destartaladas, familias de extrañas fidelidades y personajes violentos y agrestes cuya consigna es no decir nada y permanecer en una grisura opaca. Ree (Jennifer Lawrence), a pesar de formar parte del paisaje, es recibida como una extraña y alertada de que recibirá lo suyo si se mete donde no debe. Pero ella está dispuesta, acometida por la responsabilidad, a arrostrar las amenazas y la violencia. Uno detrás de otro irá topando con hombres huraños y mujeres ariscas, y muy pocos amables, hozando en la basura, indagando por el lugar donde pueda estar su padre.

La película dirigida por una mujer, Debra Granik, es extraña, novedosa en la manera de presentar a sus personajes, en la manera de tratar a las mujeres, cuya conducta no se disculpa como ocurre en las películas hechas por hombres, iguales en todo a ellos. Pero también formalmente, en el tratamiento de la música, del guión, del decorado, reducidos a lo esencial, despojados de retórica. No se nos anticipa de qué va la cosa o lo que sucederá, todo son preguntas, lo que añade verdad a lo que vamos viendo. En eso se parece a la también reciente Monsters. Una película desaliñada, donde los actores no están escogidos por su guapura, donde la exhibición de lo sentimental está reducida al mínimo. Una película pequeña en la producción pero grande en su concepción, creativa, abierta al significado. Como era de esperar, con varias candidaturas a los óscar, no ha conseguido ninguna, lo que la hace más grande. Dentro de un tiempo todo el mundo se habrá olvidado de la insípida El discurso del rey, pero Winter´s Bone o La red Social serán asociadas a 2010.

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