El Dr. Johnson alcanzó gran fama en vida como crítico y hombre de letras, aunque en la suma de sus días contasen más los de penuria y melancolía que los de felicidad, así que a su muerte muchos de los que le conocieron quisieron dejar constancia de sus dichos y anécdotas, en forma de biografías o de recopilación de aforismos, hasta convertir a su autor en el segundo hombre más citado de las letras inglesas. Sin embargo, probablemente, hoy su nombre y obra estarían olvidados de no ser por la laboriosa biografía de James Boswell.
Boswell, que lo conoció durante el último periodo de su vida, no se apresuró a publicar la biografía que con el tiempo se convertiría en la madre canónica de todas las biografías. Boswell tenía por costumbre tomar exhaustivas notas de cuanto oía y observaba, hasta el punto de que la gente terminó huyendo de su compañía por temor a sus indiscreciones. Boswell anotó la rica vida londinense de entonces, desde el club de los amigos de Johnson, The Club contaba con Joshua Reynolds, Edmund Burke, David Garrick, Edward Gibbon, Oliver Goldsmith, hasta los que el mismo Boswell encontró en su camino, Adam Smith, Voltaire, Rousseau, Davis Hume o el general corso Paoli. Las notas no sólo le ayudaron a pergeñar luego la Vida del Doctor Johnson, sino que forman la base de un monumental diario que con el tiempo se haría tan famoso como la propia biografía.

Tras la muerte de James Boswell se le consideró durante más de un siglo como un mediocre grafómano, y hasta como un idiota, que tuvo la suerte de topar con un sabio. Su obra no tenía más valor que el de hacernos llegar el ingenio de un maestro. En las últimas décadas, sin embargo las valoraciones han cambiado, del interés único por Johnson y su vida escrita por el amanuense Boswell, se ha pasado al interés por Boswell sus diarios y correspondencia, al que se le considera un grandísimo autor moderno, pregonado y editado por los estudiosos de Yale, gracias al enorme archivo de escritos que esta universidad ha ido acaparando, mientras que el Doctor Johnson sería un escritor dieciochesco con un estilo ampuloso y ajado que poco dice al lector moderno. Esta historia apasionante la cuenta Adam Sisman en Presuntuoso afán, libro que se lee como una novela de aventuras o como una buena y original biografía.
4 comentarios:
usted que es funcionario y puede leer mierdas como estas de dos mil y pico páginas y escribir una mierda de blog...
Comprendo tu estado de ánimo, la rabia que bulle en ti. Piensa que probablemente yo también he pasado por situaciones parecidas o peores. Este no es un blog para masticar mis penas. Sólo para unos pocos la vida es fácil. Hinca los codos, las oportunidades vendrán, prepárate para que la ocasión no pase de largo.
SOY UN TROLL (http://es.wikipedia.org/wiki/Troll_%28Internet%29) Y SIMPLEMENTE ESTOY PARA TOCARLE LAS NARICES...
Encantado de conocerle.
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