¿Ha habido presidentes
tan zafios como el actual? Lo que es evidente es que los hubo mejores. Uno de
ellos fue Garfield el breve, James A. Garfield, vigésimo presidente de EE UU. Con
tres meses en su haber presidencial, llegó a la presidencia de rebote, pero con muy buenas
intenciones que se vieron truncadas cuando un estrafalario personaje le salió
al paso con un revólver.
La serie en Netflix cuenta
en cuatro capítulos una historia que entrelaza a dos personajes, el
presidente y quien lo mató. La figura de Garfield es atractiva, sin embargo, el
personaje llamativo es el de su asesino. Matthew Macfadyen, conocido por su papel
en Succession, encarna al raro y mentalmente inestable Charles J.
Guiteau. Hace una interpretación de Óscar o de Emmy, lo que corresponda. No veo
a nadie que pueda hacerlo mejor, una interpretación entre lo chusco y lo delirante,
que incita a la compasión y a la risa a la vez.
Me gusta casi todo de la
serie, los intérpretes, la escenografía, el color imitando la época, la trama,
la descripción de los políticos corruptos, parece el anticipo de una buena
serie sobre Trump. Espero que alguna vez tengamos una aquí sobre los cuatro del
Peugeot.
Una cuestión se añade el
final, la posible redención del corrupto, el vicepresidente. ¿Un político caído
en las profundidades de la corrupción puede levantarse y convertirse en un
hombre digno? Pienso en Ábalos, en Cerdán. El vicepresidente de la serie lo hace, pero sabemos que, sin embargo, muchos nunca lo harán.

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