lunes, 1 de septiembre de 2025

Enfático

 



Iba a escribir, estamos hambrientos de verdad, pero no es así, no es cierto, no estamos hambrientos de verdad, de lo que estamos hambrientos es de realidad.


El énfasis, lo enfático es el signo de este tiempo, del mandamás al último mindundi entrevistado en una radio o en la tele muestra su transitorio envanecimiento engolando la voz, marcando las palabras, alargando las frases, un hablar subrayando. Así, hemos encumbrado a los actuales populistas: los hemos elegido no porque nos cuenten la verdad sino porque enfáticamente nos doran la realidad, una realidad prefabricada, la que vemos con gafas de aumento o de larga distancia, coloreada o difuminada. El énfasis disfraza la mentira, la convierte con nuestro consentimiento en moneda de curso legal.

Todo es énfasis, de la política al arte. Apenas la ciencia se salva aunque también cae en lo enfático a menudo, cuando se deja llevar por el discurso populista.


No queremos conocer la verdad cuando lanzamos al aire esta frase hecha: 'Queremos saber'. La realidad de la que queremos saber es la que se amolda a nuestro marco mental de referencia, la que lo confirma. Nuestros políticos nos embaucan porque queremos que lo hagan. Aceptamos lo que nos dicen hoy, aunque seamos conscientes de que es justo lo contrario de lo que decían ayer, cuando también se lo aceptábamos.


La realidad prefabricada nos conviene porque es menos exigente que conocer la verdad. En realidad no queremos saber. Por poner unos pocos ejemplos no queremos saber que la población española se avejenta aceleradamente, que al ritmo actual las generosas pensiones no se podrán pagar, que la inmigración sin control está generando problemas que puede que no podamos afrontar, que el sistema autonómico es caro, insolidario y antiigualitario, que si seguimos engrosando la deuda nos arruinaremos, que nuestras posiciones extremas son el equivalente a las posiciones extremas que criticamos. Es fácil estar contra Israel por lo de Gaza, no tanto contra Hamás; es fácil estar contra Rusia por lo de Ucrania, no tanto contra las élites corruptas ucranianas (hay quien incomprensiblemente comprende lo que hace Putin cuando envía misiles contra las viviendas); es fácil estar contra Bolsonaro, Bukele y Trump, no tanto contra Maduro y Lula.


El énfasis es el sustituto de la verdad. La necesidad de verdad está atrofiada o sepultada - " La escotilla hundida y olvidada del alma", que diría Hofmannsthal - por toda la basura informativa que han ido acumulando los populistas, porque nos hace el pensamiento fácil, lo blanco blanco y lo negro negro. Todavía hay quién sostiene que la verdad es relativa.


No hay comentarios: