Dos películas sobre sentimientos. En María Callas la película pivota sobre el divismo, sobre la pérdida de quien lo protagonizaba. En Un 'like' de Bob Trevino sobre el desconsuelo de la gente del común a la que no le ha ido bien en la vida. Ambas películas buscan la compasión del espectador.
María Callas está al final de su vida cuando pierde la voz y ha de retirarse de los escenarios. Entonces, ha de manejar su soledad con los pocos recursos emocionales que le quedan. Añora los tiempos que no volverán cuando su voz y su interpretación le convirtieron en una diva. Las dos almas desconsoladas de Trevino añoran el cariño que les falta. Ella ansía el padre cariñoso que no ha tenido; él el hijo que murió poco después de haber nacido. En esa búsqueda, tras conocerse, se adoptan el uno al otro: el padre y el hijo que les falta.
El teatro y sobre todo el teatro musical son carpintería de sentimientos. La mayor parte de sus propuestas son fallidas. Para que sean verdad, para que el público las sienta las interpretaciones han de ser sublimes. Si no es así, un montaje operístico no es muy diferente de un programa de José Javier Vázquez: carpintería impostada. Callas llegó a esos momentos sublimes, la verdad que solo el oído entrenado y la mirada alerta detectan a través del pálpito del corazón.
Pablo Larraín concibe María Callas como una obra en cuatro actos en forma de círculo que se cierra en los que la diva va comprendiendo que su vida se ha acabado porque ha perdido la gracia, el don que le daba sentido. Un cine de autor, el de Larraín, como la interpretación de Angelina Jolie, a su modo, dos divos. Ambos, la composición cerebral casi matemática de Larraín y la pose hierática de Angelina Jolie, en las antípodas de lo pasional que se atribuía a la Callas, buscan la verdad del arte cinematográfico, la misma verdad perdida que angustiaba los últimos días de María Callas. Si el espectador lo ve así, si ve verdad, entonces la película habrá triunfado.
En Un 'like' de Bob Trevino, la pregunta es si la película va de buenos sentimientos o si hay algo más generalizable que afecta al común de las personas, si la compasión que sentimos por esos dos náufragos de la vida es un sentimiento verdadero en el que podemos reconocernos porque nos ha pasado o podría pasarnos a nosotros mismos.
Los sentimientos evolucionan en el tiempo. Las emociones son locales. El cine se maneja mejor con las emociones. Lo sentimental como impostura es más fácil de detectar. En cambio se ve verdad en las emociones puras.
Contra la vulgaridad del cine, Larraín nos cuenta la caída de la diva en la creencia de que el séptimo arte también puede ser sublime. La desconocida directora y guionista Tracie Laymon - como poco o nada conocidos son sus actores -, desde el cine popular, cree en la idea de que cualquiera si se dan las circunstancias puede ser rescatado.
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