sábado, 28 de junio de 2025

La acompañante

 


 

Ante tanta serie más que banal mala, un recurso de estas tardes luminosamente largas es acudir a la lista de las películas más valoradas de este mediado 2025. No quiero desengancharme de este tiempo. Aunque revisito de tarde en tarde los clásicos, mi afán por conocer y estar al día me lleva a perseguir las novedades. 

 

El mayor valor de La acompañante, ahora en HBO, es la sorpresa al poco de iniciarse la película. No voy a desvelar, por tanto, en qué consiste. Tiene que ver con un futuro no demasiado lejano en que la vertiginosa tecnología nos cambia la vida. Hasta cierto punto parece una continuación de Her, la película de 2013 que nos tomamos a broma. Y, más atrás, de Tamaño natural, 1974, aquella película francesa del crepuscular Berlanga. Y también de Blade Runner, de 1984. Y muchas más, pero no quiero hacer una lista. 

 

La acompañante se presenta en forma de comedia que va adquiriendo tonos negros, pero sin cargar nunca las tintas. Hay amor, hay codicia y hay muertes, lo propio de las películas de entretenimiento. La película no se pone reflexiva, pero deja en el aire unas cuantas preguntas. La tecnología está llena de promesas, la que más la de satisfacer el deseo inconstante de los hombres. Deseamos, queremos satisfacer nuestro deseo, pero nos atemoriza.

 

Somos fruto de millones de años de evolución, agregados de distintas ramas. Somos naturaleza. Constatamos el comportamiento impredecible de los miembros de nuestra especie. Por principio, los objetos que producimos deberían responder a un plan, a unas reglas: son obra nuestra. Sin embargo, desde que Mary Shelley imaginó la criatura del doctor Frankenstein anida en nosotros el temor.

 

No te informes sobre la película antes de verla. Déjate llevar. Las reflexiones que te hagas después de verla serán más interesantes que las que la propia película se hace, al fin y al cabo es una comedia.

 

 


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