Paseo por el bosque en esta tarde serena. No sé si a esta hora del atardecer debiera haber más pájaros cantando. Todavía los oigo por la mañana temprano al otro lado de la ventana, pero ahora solo escucho el ronroneo lejano de los coches. Que hay menos pájaros que antes lo compruebo cuando en ruta paso por los pueblos, antes llenos de golondrinas, vencejos y aviones. Y qué decir de los insectos. Ningún zumbido me distrae o me alerta cuando voy entre los pinos, tampoco se me llena el parabrisas como antaño, cuando voy en cochhe.
La primavera arbórea y vegetal fulge como ha ocurrido en los últimos años, sin embargo, parece que los bichos han cambiado de latitud o, simplemente, han desaparecido. ¿Es verdad que hay un 'apocalipsis de los insectos', del que algunos hablan? ¿Dónde están las luciérnagas de mi infancia? Hace poco me asombraron en el anochecer de una isla de Guinea - estrellas titilando en la pradera. También las he visto, aunque en menor medida, en Sri Lanka, pero ya no las veo por aquí. Tantas cosas que recuerdo que ya no están. Las mariposas, qué ha sido de ellas. Allí donde han medido, hablan de la desaparición del 50% - pesticidas y contaminación -, en Reino Unido y Países Bajos, desde 1976 a la actualidad. Y las moscas, ¿no recordamos, cuando llegaba el calor, ¿cómo molestaban en las casas y cómo le poníamos remedio? ¿Y los mosquitos?, también faltan, aunque no les echemos de menos. La procesionaria, esa no ha desaparecido. Estos días bajan de los árboles y en largas hileras buscan dónde enterrarse, para cumplir su largo ciclo, aunque este año, no sé si es falsa percepción, también veo menos; no hay tantos nidos en las ramas orientados al sur de los pinos bajo los que paseo con frecuencia.
Tampoco en el herbazal, en la planicie que corona el bosque, encuentro vida, aunque seguro que la hay, invisible bajo la alfombra verde.
"Una lombriz de tierra actúa sobre el suelo, excavando, respondiendo a su medio gracias a esa envoltura sensorial sensible a los roces y a los sabores. A medida que se desplaza , deja un camino, aireando el suelo como un arado, modificándolo para todos los que viven en él, incluidos los hongos cercanos y los árboles que se elevan en el aire, totalmente fuera del ámbito perceptivo de la lombriz. Los árboles se llenan de insectos y sirven de hogar a los pájaros, cuyas acciones tienen consecuencias para las lombrices". (Vivir en la tierra. Peter Godfray-Smith)
Si es este el final de la historia podría ser el más triste, un mundo exclusivamente humano, un único mundo, aquel al que Jakob von Uexküll puso nombre, 'umwelt', para describir el mundo que cada ser viviente percibe y sobre el que actúa, independiente de la red que entre todos los seres vivos tejemos en nuestro fluir. El bosque por el que ahora camino no existiría sin las plantas con flores y los insectos. Surgió poco después de que ellos aparecieran, hace unos 400 millones de años, tras la revolución del Cretácico. La polinización rompió las barreras espaciales y creó el bosque. Cambió la dinámica de la vida: los animales fueron dejando el mar y poblando la tierra, donde hoy viven el 85% de sus especies. Entre todos los seres vivos transformamos la tierra creando un ecosistema.
Un carpintero picotea en una rama seca. El sonido se impone sobre cualquier otro, con una resonancia única, como un tambor ronco. En cuanto elevo la cámara para hacerle la foto desaparece. Su lugar lo ocupa un pajarillo diminuto, entre azul y amarillo, quizá un herrerillo. No soy ornitólogo ni nada que se le parezca. Soy un analfabeto de la naturaleza. Lo desconozco todo de cómo la vida ha transformado completamente el planeta. La tierra no sería lo que es sin la vida, no hace falta más que mirar a los otros planetas. La vida ha hecho de la tierra su hogar y ahora conforma un todo único con ella.
2 comentarios:
El cambio en nuestro mundo actual es tan brutal que ya nada es lo que era. Ya no quedan olores, sensaciones, sonidos, imagenes, percepciones . Ya sólo están en nuestras cabezas. Ni los sabores mas tradicionales son los mismos. No hay que buscar donde ya no hay. Todos esos recuerdos se van diluyendo. Personalmente pienso que tuvimos nuestro tiempo y pudimos ...o no, disfrutar de ello. Ese es nuestro legado personal y si en alguna isla remota, encontramos alguna pequeña parcela de aquellas sensaciones y recuerdos, ¡Pues disfrutemos de ello !
Todo está en nuestra cabeza; es posible que la percepción nos juegue malas pasadas, que creamos ver y sentir lo que no vemos, pero percibimos. No sé quién dijo que nos convertimos en lo que contemplamos.
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