miércoles, 26 de febrero de 2025

El mundo tendrá un fin

 

 


Leo al mismo tiempo, combinando la lectura, Breve historia de los agujeros negros, de Rebecca Smethurst, y Los finales del mundo de Peter Brannen. El primero sobre la extinción del universo y el otro sobre el origen y la extinción de la vida. Y yo aquí, como lector, en este instante, como si 'instante' tuviese consistencia, pero sí, será un soplo, un soplo con autoconciencia.

 

El agujero negro en el centro de nuestra galaxia, Sagitario A*, tiene una masa de 4 millones de soles, un peso pluma si lo comparamos con el de M87, ni más ni menos que 6.500 millones de veces el sol, de quién tenemos, por ahora, la única fotografía de un agujero negro, pero es que el llamado TON 618, el más grande conocido, llega a 66.000 millones de veces la masa del sol. Monstruos inimaginables. Lo curioso es que pueden haber llegado al límite de su tamaño, por encima del cual no crecerán porque ya no queda materia a su alrededor que cruce el llamado horizonte de sucesos. Entonces, si no hay material a su alrededor, no hay luz que podamos observar y saber que existen. Se dice negros porque no dejan escapar la luz. El universo está lleno de esos monstruos que nunca llegaremos a conocer.

 

Si ya no hay materia que los acreciente, entonces comenzaría lo que se llama la radiación de Hawking: comenzarían a desvanecerse en un lento proceso, mucho más lento que los 13.800 millones de años que lleva de existencia el universo, y que se asemejaría a la eternidad, hacia un universo frío, algo así como una muerte energética. Eso si el llamado parámetro de densidad no es superior a uno, porque si lo es, entonces, al final de los tiempos, muy muy lejanos, el universo se contraerá en un Big Crunch dando lugar al mayor de los agujeros negros imaginables, una singularidad que contendría todo el universo y que podría dar lugar a un nuevo Big Bang.

 

Un agujero negro es una singularidad, donde las leyes físicas conocidas dejan de operar. No sabemos qué ocurre en él. No sabemos qué ocurrió, qué puso en marcha el Big Bang. Los físicos solo pueden teorizar sobre él una vez ya ha comenzado. Si te interesa el tema de estos monstruos astronómicos, el libro de Rebecca Smethurst es tu libro.

 


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