Historia visual de la inteligencia

 

Brahma creó el universo, con todas las bellezas de la naturaleza. y también al hombre. Pero tras esa hazaña , Saraswati, su esposa , le encontró meditabundo y triste. Cuando le preguntó la razón de su melancolía , Brahma respondió: " He creado un mundo bello, pero el hombre no lo aprecia y sin apreciar la belleza, la inteligencia no vale nada". Entonces, Saraswati dijo: "Para que aprecien la belleza voy a hacer a la humanidad un regalo llamado Arte".

¿Qué nos hace diferentes? ¿Qué hace diferente al Sapiens? ¿Una habilidad diferenciada? ¿El lenguaje articulado, la escritura, la capacidad de simbolización? ¿Un cerebro complejo? ¿Las extensiones tecnológicas que permiten ampliar nuestras habilidades y capacidad mental? ¿Qué une todo eso, un cerebro único, la inteligencia?

Hace no mucho, cientos de miles de años, apareció una especie en África que diferenciándose de las que ya había consigue ser la única especie humana superviviente. Esa especie, valiéndose de herramientas creadas por la inteligencia, ha duplicado el mundo natural con un mundo artificial -vive en un mundo triple, en realidad: cosas reales, cosas representadas en la mente y palabras. El hombre ve una piedra -pensamiento simbólico- e imagina sus posibilidades: golpear lanzar cortar tallar esculpir construir. En sucesivas etapas, gracias al lenguaje abstracto consiguió apartarse de la naturaleza creando comunidad: vivienda ciudad templo asamblea. Primero el pequeño grupo, luego la ciudad y más tarde la humanidad aparecieron como entidades donde el cerebro se hizo social, gracias a una inteligencia común que sumaba la de sus componentes o emergía como entidad superior. El Sapiens de competir con otros aprendió a colaborar y compartir con quienes ni siquiera convivía. Así se sumaron tecnologías de procedencias diversas (un avión es un conjunto de secuencias de información: procesos o piezas; un Airbus A380 puede tener alrededor de 4 millones de piezas provenientes de 30 países diferentes) e instituciones que la historia ha sometido a prueba y error para gobernar la ciudad, crear mecanismos de convivencia, leyes, ideas abstractas, normas morales.

El hombre no solo disponía de constituyentes creativos para elaborar herramientas específicas, sino que era capaz de gobernar su propia actividad mental -se autodomesticó. El cerebro no para, siempre está generando, en vigilia y en el sueño. Marina habla de una inteligencia dual, una generativa y otra ejecutiva. En algún momento, el hombre no solo tenía instrumentos para adaptarse a la naturaleza y en cierto modo dominarla sino también para gobernarse a sí mismo, un logro específico. El hombre fantasea e idea, especula con mundos posibles, pero traza metas y fábrica los instrumentos para alcanzarlas.

El hombre ha añadido a la evolución biológica, la evolución psíquica y cultural. El cerebro, esa gran herramienta, supone el 2% de la masa corporal, pero consume el 20% de la energía. Entonces, cabe preguntarse, si, gracias a la metacognición, la inteligencia y sus aplicaciones han modificado su biología, su organización cerebral, su genética incluso. ¿Está moldeando el hombre su propia especificidad? ¿Es lo que es porque se ha ido transformando? ¿Hasta donde llegará la transformación? ¿Cuál será el siguiente paso? ¿Aparecerá una especie nueva donde se combinen biología y tecnología, un híbrido que quizá ya no sea la misma especie?

¿Hay un fin en todo esto? Se pregunta el Sapiens: ¿‘para qué’? Marina es optimista y cree que el Sapiens en los últimos siglos ha descubierto un bien intangible: la dignidad. Nos declaramos sujetos de derechos en busca de la felicidad: bienestar, convivir con agrado, realizarse, tras haber superado a nuestros tres enemigos ancestrales: el hambre, la peste y la guerra. ¿Basta con eso? Inconformistas, deseamos más. En qué consiste la sabiduría: ¿conocer la verdad de las cosas, el conocimiento que nos proporciona la ciencia, o alcanzar la iluminación, el samadhi?

De todo esto habla José Antonio Marina en su libro, Historia visual de la inteligencia, donde rastrea la genealogía - cómo ha sido posible- del hombre como especie. Se acompaña de citas y referencias; de algún modo es el resumen de sus libros anteriores. Sapere Aude!