Nos deslizamos por un brazo de mar, o, mejor, en sentido contrario a la ría que se adentra en el continente, de color terroso y suave movimiento, entre los manglares de la orilla. La lancha que nos lleva es ruidosa pero sin movimientos bruscos. Vamos a ls isla de Orango, nuestro destino.
Poco a poco nos alejamos de la costa; la ría se hace grande a medida que nos acercamos al mar. Me abstraigo haciéndome naturaleza, observo. De tanto en tanto en una boca, una canoa o dos casi planas, casi negras, con mercancías que es difícil adivinar. Es mediodía, el sol alcanza su zenit. La brisa disminuye la sensación de calor. Dejarse ir, dejarse llevar por el arrullo del agua que chasquea en el contacto con el aluminio. Ya en altamar el oleaje se encrespa, lanza fulgurantes destellos de azul turquesa. La lancha balancea a babor y estribor, mantiene un ritmo constante, me adormezco.
Cinco pelícanos se elevan y planean, una coreografía a no más de un metro del agua, las alas extendidas marcando dirección. Una nubecilla de ánades se cruza dentre del marco de mi visión, el cuadro que forman la lona del techado y los barrotes que lo soportan.
Mediada la navegación, Maribel se pone mala. Tanto que hemos de parar para que recobre la calma y trasladarla a la lancha de apoyo donde tumbada aguanta hasta llegar a destino. Un pez volador se dispara vertical a babor. Más ejemplares de pelícanos se nos cruzan.
Después de probar por primera vez barracuda y descansar un poco, visitamos por primera vez la tabanca, el poblado cercano, Eticoga. Se nos advierte de que vayamos por el centro del sendero, arenoso, que no pisemos la vegetación de la orilla. Iris va saludando a la gente que conoce, que son muchos. Se detiene en el centro de salud para entregar material. Después al conductor del motocarro que Primero de Mayo ha donado al pueblo. El hombre ha tenido un accidente, un tajo en uno de sus pies que le impide conducir.
Volvemos, ya sin el temor a los reptiles, por la playa cuando el sol está ocultándose. Una ligera brisa hace agradable el paseo. Las estrellas aparecen en el cielo.
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