“Se dice que las cosas vuelven a pasar / Por allí donde un día estuvieron / Como unos sentimientos cometas. / Sólo debes saberlos esperar, / Sólo debes saber romper / -Sin moverte de un sitio- / Innumerables pares de botas. // Esto significa que la acacia / Cortada en otoño / Volverá a renacer por un instante / De su vieja raíz". Marin Sorescu.
Uno viaja para captar lo exótico, lo diferente a nuestra comprensión del mundo. ¿Existen más semejanzas o diferencias entre lo rumano y nosotros? Hay, sin duda, una herencia común: la lengua, la religión, las costumbres, y, ahora, el sueño europeo de la convivencia entre los distintos, pero ¿queda algo de distinto en la cultura rumana?
¿Existen modos particulares de aproximarse a la realidad? ¿Conserva la cultura popular diferencias donde rastrear lo ancestral perdido del alma humana? ¿Qué sabían que nosotros desconocemos?
Ningún lugar como la Bucovina de los monasterios pintados, que ayer dejábamos, para recorrer los cruces culturales, el esfuerzo humano de convivir entre distintos. Si tomamos como referencia la Czernowitz, para algunos la Pequeña Viena, donde nació el gran poeta Paul Celan -fue ciudad rumana, antes de pertenecer a la Unión Soviética, y después de Ucrania, y mucho antes, durante 400 años, parte del Principado de Moldavia-, allí se hablaban y hablan lenguas distintas: alemana, rusa, rumana, yidis, ucraniana, polaca…
En Bucovina esta viva la doina, que puede traducirse como “lamento o anhelo de pastor”, la canción folklórica, lírica y melancólica, por excelencia de Rumanía. La doina canta el extravío de un amor, de una oveja o de la misma patria, comparable al blues, al flamenco o al fado. La doina es patrimonio inmaterial de la Humanidad. "La doïna es un canto lírico solemne, improvisado y espontáneo. Elemento esencial del folclor rumano (…) se interpreta en sólo, sin música, o con acompañamiento de flauta dulce, gaita o instrumentos improvisados".
Aquí vemos una doina interpretada por la gran María Tanase: la Doina din Maramures.
Y la misma Doina en versión moderna de Maria Casandra Hausi. Aquí
El poeta Paul Celan, nacido en Czernowitz, comenzó a escribir en rumano, superviviente del Holocausto pasó a escribir en alemán sin haber vivido nunca en Alemania. Con las palabras viejas del folclore, caídas en desuso, con los arrullos del folclore, sus ritmos y rimas quiso hacer del alemán un idioma nuevo que expresarse su dolor como judío. Así en el más famoso de sus poemas, Todesfuge (Fuga de la muerte). En la doina se inspiró para componer esta canción de cuna, Espenbaum:
ÁLAMO tembloroso, tus hojas brillan blancas en lo oscuro.
Mi madre, su cabello jamás se volvió blanco.
Diente de león, tan verde es Ucrania.
Mi rubia madre nunca volvió a casa.
Nube de lluvia ¿permaneces sobre la fuente?
Mi silenciosa madre llora por todos.
Estrella rotunda, tú enroscas el bucle dorado.
Mi madre, su corazón fue herido con plomo.
Puerta de Roble, ¿quién te sacó de los goznes?
Mi tierna madre no puede venir.
(Traducción del alemán: Roberto Amézquita)
Hoy, el viaje es puro y duro kilometraje. De Piatra Nemst a Brasov, de Brasov a la reserva de animales salvajes Valea Zimbrilor, para dormir otra vez en Vama Buzăului.
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