martes, 29 de octubre de 2024

Dix-sept ans, de Colombe Schneck

 



Colombe Schneck, una periodista francesa, tardó 30 años en narrar su experiencia de un aborto. De 1984 a 2014. Tuvo 'la suerte' de vivir esa experiencia pocos años después de que la ministra giscardiana Simone Veil presentase en el Parlamento, con gran estruendo en el debate, la ley de despenalización del aborto (1975). Suerte porque no fue una experiencia tan traumática como la que vivió en 1964, y cuenta, Annie Ernaux en L'evenement (2000), ni, peor aún, la de Marie-Claire Chevalier, en 1972, que fue denunciada por el mismo hecho y sometida a juicio.


Colombe Schneck era hija de padres burgueses educados en el 68, a quién nunca se prohibió nada, con sentimiento de total libertad. Un ginecólogo amigo de sus padres le había explicado todo lo que debía saber sobre la concepción y la necesidad de que tomase la píldora (autorizada en Francia por de Gaulle en 1967). A los 17, justo antes de comenzar el bachillerato se hizo amiga de un compañero, a quién en varias ocasiones declara no haber amado. Con el consentimiento de ambos, se acostaron varias veces; en alguna se olvidó de la píldora.


Cuando llegó el momento sus padres no le pusieron ninguna objeción; su madre se mostró más bien distante -en su juventud había vivido el drama de la ocupación nazi y la pérdida de un familiar. Tal como lo cuenta, la operación en el hospital no fue un drama. Fue bien atendida, con sus padres presentes.


Tan solo en la segunda parte del libro aparece la idea de la culpa o al menos un sentimiento de pesar por haber hecho lo que hizo, dialogando en ausencia con el hijo no tenido, cuando ya está casada y tiene dos hijos. Uno tiene la impresión al leerlo de que hay una cierta impostación. No acaba uno de ver en el texto lo que para Annie Ernaux fue "la inmensa soledad alrededor de las mujeres que abortan".


Traducido al español por Lumen, Dix-sept ans se convierte en la primera de las tres partes que forman la Trilogía de París: Diecisiete años, Dos pequeñas burguesas, y La ternura del crol.


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