domingo, 30 de junio de 2024

Le chat (1971)

 



En la versión que para la pantalla hizo en 1971 Pierre Granier-Deferre de la novela de Simenon, Le chat, cambia algunas cosas, la mujer tiene un pasado de artista de circo -una caída la dejó lesionada, camina con una leve cojera-, en cambio poco se sabe del pasado de él; ella bebe y él es abstemio; se acentúa el escenario del cambio: las casas del barrio se están demoliendo mientras se mantiene en su imparable decadencia la que habita la pareja protagonista, aferrada a una época que que está desapareciendo, un pasado que imaginan feliz en unos pocos flashback, mientras asocian su actual infelicidad, el envejecimiento que no acaban de aceptar, a su actual pareja. El cambio mayor es el sesgo masculino que aplica el director y guionista, en parte por tener a Jean Gabin de protagonista. Él es un hombre digno y paciente, como mucho un cascarrabias, ella -una Simone Signoret qué borda el papel de mujer desagradable-, en cambio, no tolera al tercer personaje del drama, el gato recogido en la calle, que recibe las atenciones que deberían ir dirigidas a ella, por lo que se tomará venganza -en la novela hay una duda razonable, en la peli ella lo mata. En la película desaparece el papagayo que equilibraba afectos y desafectos. También desaparece la crudeza sexual que aplicaba Simenon: la taberna donde se desahogaba el protagonista se convierte en hotel de citas -signo por excelencia de la hipocresía burguesa-, donde la madame es una amiga que le da conversación y le pide que vuelva con su esposa.


Pero las enmiendas que impone Granier-Deferre al texto de Simenon -1971 frente a 1966- no sirven, en la cabeza del espectador moderno, para ver el cambio de época -que se explicita en el escenario de principio a fin del derribo del viejo barrio para construir la ciudad moderna- sino para acentuar lo que se intuía en la novela, en un leve giro, la familia burguesa no acepta la realidad -no se rompe todavía mediante divorcio-, sino que mantiene su descomposición un poco más, apuntalando la casa en ruinas.


No hay comentarios: