martes, 4 de junio de 2024

Estereotipos

 



La vida es pura materialidad, animales irracionales o inteligentes poblando el mundo, el reino de la necesidad. La vida manejada por el deseo, los edificios mentales -lo simbólico- dando sentido a lo que aparentemente no lo tiene. Negamos la dualidad, pero continuamente volvemos a ella. Cuerpo y espíritu; élites y pueblo; Don Quijote y Sancho; fulgor y decadencia.


Si uno mira hacia atrás, seleccionando acontecimientos e ideas para reconstruir la historia (conquistadores, el Quijote; el Amadís de Gaula y los libros de caballerías como incitadores a salir de casa y conquistar: la imaginación incendió la mente de los hombres del Renacimiento; ¿cómo se entiende que la pequeña Castilla conquistase el mundo?), entonces la historia de España responde a un estereotipo y nos acunamos en él, incluso podríamos interpretar nuestra actual decadencia de acuerdo con el estereotipo, su desactualización: estamos muertos porque nos hemos quedado en casa sin salir a conquistar (el cura y el barbero -sustitúyanse por figuras del presente- nos han recluido en la aún más pequeña España).


La versión moderna dice que España es Europa: hemos puesto toda nuestra fe en la Ilustración, el problema es que Europa se ha enamorado de la idea que se ha construido de sí misma (bienestar, paz, derechos, superioridad moral, confort), quedándose también en casa, una complacencia que deja que los pelotones que conquistan el mundo sean norteamericanos o chinos.


¿Qué hay de verdad en todo ello?



No hay comentarios: