viernes, 28 de mayo de 2021

El conocimiento es una proximación



Es ridículo nuestro empeño en controlar al mundo. Al 80% de la materia que impregna el universo lo llamamos materia oscura, no sabemos qué es ni cómo funciona, pero creemos tener una teoría  que explica cómo surgió y cómo funciona el universo. Hacemos relatos fidedignos de lo que nos ocurrió y de quiénes éramos en el pasado, sin embargo la memoria es reconstrucción, fragmentos que pegamos con la ayuda de la imaginación para dar continuidad al individuo que creemos ser. A partir de unos pocos datos verificables, elaboramos teorías políticas y sociales inexpugnables sobre la evolución de la historia y la organización de la sociedad, incluso nos atrevemos a simplificar la complejidad de la psique humana con una teoría que no solo entiende cómo funciona la mente sino que ofrece reparación de lo dañado o lo imperfectamente construido. Cada poco tenemos que desechar elaboradas construcciones porque los datos que acopiamos con instrumentación cada vez más precisa las invalidan. El mundo que pisamos es una pista de hielo para un primerizo. Su comprensión, aproximaciones continuamente cambiantes. Lo sabemos, sin embargo necesitamos certezas. Sobre cualquier aspecto de la realidad tenemos una teoría redonda e irrefutable que se convierte en verdad, y en consecuencia en la fe que nos permite mantener el equilibrio, seguir en pie.


Con muy poco inventamos un pasado que no existió, con muy poco pueden hacernos creer que las cosas sucedieron como ellos nos cuentan "con el fervor de la autenticidad" ('La ilusión de la memoria', Julia Shaw). Es el caso del periodista estrella americano Brian Williams, que en 2013 en el show de David Letterman narró con crudeza como en 2003, cuando era reportero de guerra en Irak, el helicóptero en el que viajaba fue atacado y casi derribado. Muchas veces volvió a contar su historia con mil detalles hasta que alguien le contestó en su página de Facebook "Lo siento colega, no recuerdo que tú fueras montado en mi aparato". Era el piloto del aparato derribado. Williams no iba en ese helicóptero sino justo en uno de detrás. Nuestros recuerdos son nuestra identidad, lo que somos.

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