viernes, 22 de enero de 2021

‘La deriva hacia la senilidad’

 

La mayor parte de la población española del siglo XVI no se embarcó rumbo a América, pero propició una edad de oro española, porque para aquellos con ambiciones había un lugar en el mundo donde ponerlas en práctica y donde hacer algo nuevo (y algo también moralmente ambiguo). La frontera proporciona un incentivo para el espíritu humano que un mundo que parece cerrado sobre sí mismo no ofrece”. Ross Douthat.


Si como decíamos ayer la gente no trae hijos al mundo es que es pesimista sobre el futuro, ‘el descenso de la fertilidad ha colocado a muchos países desarrollados por debajo del índice de reemplazo mientras internet, los teléfonos inteligentes y otros pasatiempos virtuales han desplazado a «la copulación a la antigua usanza»’.


¿Es esta una época para el pesimismo o una época para el optimismo, con independencia de la coyuntura pandémica? Steven Pinker: el mundo no ha dejado de ir a mejor en los últimos 200 años, frente a Peter Thiel: «Nos habían prometido coches voladores; nos dieron 140 caracteres». El mejor de los tiempos, el más banal de los tiempos. ¿Y si los dos tuviesen razón? La tecnología nos tiende en el sofá abrigados con las mejores mantas pero ¿qué pasa con todo lo demás? Ross Douthat lo dice así en un libro que habrá que leer, La sociedad decadente: “Antes íbamos a la luna, ahora hacemos películas sobre el espacio”. Ross Douthat ‘expone lo que sucede cuando un entorno próspero que solía perseguir el progreso detiene su avance y se deja arrastrar por los cuatro jinetes del conformismo: el estancamiento económico; el declive demográfico; la esclerosis política; y el agotamiento cultural e intelectual’. Según el autor su libro “es una advertencia sobre esta lenta deriva hacia la senilidad con la pornografía y la marihuana como entretenimientos”.


Aquí nos volvemos a topar con la educación. Dominados como estamos por el pragmatismo, la filosofía práctica americana, que ha invadido toda la cultura occidental, sigue habiendo muchos que se preguntan con Locke, ¿para que puede servirle a un trabajador el conocimiento de latín? ¿Qué pueden enseñar los estudios clásicos a los estudiantes de nuestro tiempo? Friedrich August Wolf, el inventor en el XVIII de la filología clásica, le respondió que el estudio de los clásicos servía ni más ni menos que para la comprensión profunda de 'las capacidades intelectuales, sensuales y morales del hombre'.


La pandemia puede ser un límite: hacia el lento declive, como una vieja estrella se va enfriando, ‘la resignación que persigue a nuestra civilización actual’, o hacia un nuevo impulso. ¿Alguien lo ve?


Tener hijos es rebelarse contra la decadencia.


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