No
hace falta ir a la Venezuela de Maduro. Basta con echar un vistazo a
como se han ido deslizando hacia el autoritarismo países como
Polonia, Hungría o Turquía. Lo
inasimilable es que la decadencia sea tan rápida y tan profunda.
No podremos decir, la población no podrá decir que la
política no nos importa, porque la pobreza se va extendiendo como
una sombra que oscurece rápidamente las calles. Un día amanecerá
una luz tan pálida que la tristeza nos volverá impotentes. No
podremos hacer nada para revertir la situación.
"Las democracias ya no mueren de golpe, a punta de pistola, sino que descienden lentamente hasta el autoritarismo. Y el descenso suele comenzar ignorando las leyes o las instituciones que, pese a ser fruto del consenso, entorpecen la llegada del paraíso". (III República: una utopía disponible, David Mejía)
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