Me
gustaría comprenderlo, de verdad, me gustaría ponerme en su lugar y
comprenderlo,
pero no puedo, me resulta imposible, en
una situación como esta y que sigan haciendo esa oposición tan
salvaje, tan
fuera
de toda medida, ahora con los coches, provocando atascos,
ensordeciendo a los ancianos y a los niños que pasean a esa hora, es
indecente, toda esa exhibición en los balcones, como si fueran suyas
las banderas, y luego se quejan de que nos reviente decirnos
españoles, y esas banderitas en las pulseras de los relojes, qué
ridículos, no
respetan el dolor de la gente, cómo pueden aprovecharse de
ese modo del dolor,
deberían quedarse en casa, ya no digo que salgan a aplaudir a las
ocho de la tarde, pero al menos callarse y poner el hombro, aunque
con esos dirigentes que tienen, qué
van a hacer los pobrecillos,
por
qué no escuchan, seguro que como yo estaban
ante la tele a mediodía y han oído
al presidente como yo, ¿no
les dice nada esa
voz pausada, tranquilizadora,
no ven en ella la
convicción de
un hombre honesto preocupado por su país,
no
ven
la fidelidad a
su
creencia en
el bien común,
impasible ante
las preguntas maliciosas, al
fondo las banderas que nos unen,
la
española y la europea, es
que no le
han
oído decir concordia, respeto, tolerancia, convivencia, democracia,
es que están en contra?,
es
tan razonable y evidente lo que dice, todos deberíamos respetar a
nuestro presidente, hay vidas en juego y si tienen algo que
reprocharle, ahora no es el momento, tiempo habrá cuando todo pase y
volvamos a la normalidad, qué
manera de ahondar en heridas que no existen, parece que todos los
periodistas se hayan puesto a preguntar lo mismo, una y otra vez,
todos
a una y con esas pintas, es que, aunque interroguen desde sus casas,
no podrían salir más arregladitos, mejor
peinados y vestidos, con la cara recién lavada, que
si los muertos de más no contabilizados en Cataluña y que si
Cataluña pasa
de fase, como si nosotros gobernáramos allí y Torra no nos la
tuviese jurada, que si el pacto con Bildu, como si eso no fuese cosa
del vicepresidente segundo, al
que ahora le
hacen
los escraches que él antes hizo, pero un respeto, me parece a mí,
que es el vicepresidente, que
si las residencias y las muertes de los abuelos, ¿es que no les ha
dicho que ya se estudiará lo que ha ocurrido?,
no,
no les basta la palabra del presidente, nada
de buscar lo mucho positivo que se ha hecho, los muertos que se han
evitado, miles y miles como el otro día nos dijo el presidente,
seguro que se han cometido errores, qué país no los ha cometido,
qué miren qué pasa
en Inglaterra y en Nueva York donde gobiernan los populistas, aquí
hemos hecho caso de los expertos, el gobierno no ha hecho otra cosa
que escuchar a los expertos, ha seguido sus indicaciones, ha
establecido un plan de desescalada
que se está cumpliendo con rigor, nadie
ha hecho un confinamiento más riguroso, un
ejemplo
extraordinariamente positivo de
país,
ha
dicho el presidente,
deberíamos
estar orgullosos, en
seguida vamos a poder ver el fútbol, nos ha dicho, y los necesitados
a cobrar el salario mínimo vital, deberíamos estarle agradecidos, salvo
la mala fe de Ayuso, a quien se le han muerto más muertos que a
ningún otro, si
desgajamos a Madrid del resto,
España
sería, sin duda, el país
con mejores números, y
aún así metiéndole el dedo en
el
ojo al
gobierno,
que rabia tengo contra esa señora, no
la soporto, y nada de poner
en evidencia
que el PP no colabora, que
se
desentiende del Estado
de Alerta, qué irresponsabilidad,
me
encanta su forma de hablar
tan pausada y rítmica, que parece que siga un compás, es que no lo
ven, cómo pueden decir que suena falso, es que no aprecian
la
forma como enlaza frases y palabras, tan ordenada, es en el orden más
que en lo que dicen las
palabras donde
deberían encontrar sentido, sus palabras como el murmullo del río,
como cantos redondos
que
arrastra la corriente, cómo puede alguien decir que se repite, que
dice lo mismo cada vez, que contesta a todas las preguntas con las
mismas frases, son ciegos y malevolentes, el odio les hace ciegos, no
ven cómo cambia el énfasis cada vez, el gesto de las manos, el
pestañeo diferente cada vez que responde, cómo pueden decir que hay hilos por
encima de su cabeza que
mueven sus brazos, que giran la barbilla que la suben y bajan, por
que dicen que es un autómata, además
cómo quieren que responda cosas diferentes a las mismas preguntas,
las
respuestas se enlazan como perlas de un collar con las preguntas, no
hay
disarmonía por ningún lado, apenas una
ojeada a los
papeles que tiene bajo los ojos
y
enseguida compone y ordena, su
presencia debería bastarles, han perdido el gusto y el aprecio, solo
hay
odio alrededor, el
odio que envidia la belleza de
su voz, de un hombre tan bien plantado, qué bien que le queda el
traje y la corbata,
con
qué elegancia se dirige a los interrogadores, “muchas
gracias, Antonio, por sus palabras”,
eso
sí que te digo, qué
bien
nos vienen
las manifestaciones
de la extrema derecha, cómo
nos unen, cierran el debate, les vemos gritar, exhibir sus banderas,
vemos sus rostros de odio y ya está todo dicho, seguimos adelante.
2 comentarios:
A veces no le entiendo, como en este caso. Otras veces pienso que ya he pasado por donde va usted. En cualquier caso es interesante ver que transitamos caminos cercanos. Son caminos un poco solitarios, porque los pensamientos son lo primero que marca la distancia social.
Hago ficción, me meto en la piel de alguien que no piensa y siente como yo. Intento comprender
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