sábado, 23 de mayo de 2020

No respetan el dolor de la gente



Me gustaría comprenderlo, de verdad, me gustaría ponerme en su lugar y comprenderlo, pero no puedo, me resulta imposible, en una situación como esta y que sigan haciendo esa oposición tan salvaje, tan fuera de toda medida, ahora con los coches, provocando atascos, ensordeciendo a los ancianos y a los niños que pasean a esa hora, es indecente, toda esa exhibición en los balcones, como si fueran suyas las banderas, y luego se quejan de que nos reviente decirnos españoles, y esas banderitas en las pulseras de los relojes, qué ridículos, no respetan el dolor de la gente, cómo pueden aprovecharse de ese modo del dolor, deberían quedarse en casa, ya no digo que salgan a aplaudir a las ocho de la tarde, pero al menos callarse y poner el hombro, aunque con esos dirigentes que tienen, qué van a hacer los pobrecillos,

por qué no escuchan, seguro que como yo estaban ante la tele a mediodía y han oído al presidente como yo, ¿no les dice nada esa voz pausada, tranquilizadora, no ven en ella la convicción de un hombre honesto preocupado por su país, no ven la fidelidad a su creencia en el bien común, impasible ante las preguntas maliciosas, al fondo las banderas que nos unen, la española y la europea, es que no le han oído decir concordia, respeto, tolerancia, convivencia, democracia, es que están en contra?,

es tan razonable y evidente lo que dice, todos deberíamos respetar a nuestro presidente, hay vidas en juego y si tienen algo que reprocharle, ahora no es el momento, tiempo habrá cuando todo pase y volvamos a la normalidad, qué manera de ahondar en heridas que no existen, parece que todos los periodistas se hayan puesto a preguntar lo mismo, una y otra vez, todos a una y con esas pintas, es que, aunque interroguen desde sus casas, no podrían salir más arregladitos, mejor peinados y vestidos, con la cara recién lavada, que si los muertos de más no contabilizados en Cataluña y que si Cataluña pasa de fase, como si nosotros gobernáramos allí y Torra no nos la tuviese jurada, que si el pacto con Bildu, como si eso no fuese cosa del vicepresidente segundo, al que ahora le hacen los escraches que él antes hizo, pero un respeto, me parece a mí, que es el vicepresidente, que si las residencias y las muertes de los abuelos, ¿es que no les ha dicho que ya se estudiará lo que ha ocurrido?,

no, no les basta la palabra del presidente, nada de buscar lo mucho positivo que se ha hecho, los muertos que se han evitado, miles y miles como el otro día nos dijo el presidente, seguro que se han cometido errores, qué país no los ha cometido, qué miren qué pasa en Inglaterra y en Nueva York donde gobiernan los populistas, aquí hemos hecho caso de los expertos, el gobierno no ha hecho otra cosa que escuchar a los expertos, ha seguido sus indicaciones, ha establecido un plan de desescalada que se está cumpliendo con rigor, nadie ha hecho un confinamiento más riguroso, un ejemplo extraordinariamente positivo de país, ha dicho el presidente, deberíamos estar orgullosos, en seguida vamos a poder ver el fútbol, nos ha dicho, y los necesitados a cobrar el salario mínimo vital, deberíamos estarle agradecidos, salvo la mala fe de Ayuso, a quien se le han muerto más muertos que a ningún otro, si desgajamos a Madrid del resto, España sería, sin duda, el ps con mejores números, y aún así metiéndole el dedo en el ojo al gobierno, que rabia tengo contra esa señora, no la soporto, y nada de poner en evidencia que el PP no colabora, que se desentiende del Estado de Alerta, qué irresponsabilidad,

me encanta su forma de hablar tan pausada y rítmica, que parece que siga un compás, es que no lo ven, cómo pueden decir que suena falso, es que no aprecian la forma como enlaza frases y palabras, tan ordenada, es en el orden más que en lo que dicen las palabras donde deberían encontrar sentido, sus palabras como el murmullo del río, como cantos redondos que arrastra la corriente, cómo puede alguien decir que se repite, que dice lo mismo cada vez, que contesta a todas las preguntas con las mismas frases, son ciegos y malevolentes, el odio les hace ciegos, no ven cómo cambia el énfasis cada vez, el gesto de las manos, el pestañeo diferente cada vez que responde, cómo pueden decir que hay hilos por encima de su cabeza que mueven sus brazos, que giran la barbilla que la suben y bajan, por que dicen que es un autómata, además cómo quieren que responda cosas diferentes a las mismas preguntas, las respuestas se enlazan como perlas de un collar con las preguntas, no hay disarmonía por ningún lado, apenas una ojeada a los papeles que tiene bajo los ojos y enseguida compone y ordena, su presencia debería bastarles, han perdido el gusto y el aprecio, solo hay odio alrededor, el odio que envidia la belleza de su voz, de un hombre tan bien plantado, qué bien que le queda el traje y la corbata, con qué elegancia se dirige a los interrogadores, “muchas gracias, Antonio, por sus palabras”,

eso sí que te digo, qué bien nos vienen las manifestaciones de la extrema derecha, cómo nos unen, cierran el debate, les vemos gritar, exhibir sus banderas, vemos sus rostros de odio y ya está todo dicho, seguimos adelante.



2 comentarios:

fern dijo...

A veces no le entiendo, como en este caso. Otras veces pienso que ya he pasado por donde va usted. En cualquier caso es interesante ver que transitamos caminos cercanos. Son caminos un poco solitarios, porque los pensamientos son lo primero que marca la distancia social.

Toni Santillán dijo...

Hago ficción, me meto en la piel de alguien que no piensa y siente como yo. Intento comprender