jueves, 21 de mayo de 2020

Ficción (Demasiada felicidad. Alice Munro)



Joyce se siente una estúpida cuando sale de la librería. Tarda en calmarse y solo al paso de las horas ve todo el episodio como parte de una historia que podría contar a alguien. A Matt, quizá. Se ha sentido ridícula al entregar la caja de bombones a la dependienta, mientas Christie O’Dell firmaba el libro sin reconocerla. ¿No la ha reconocido, de verdad? Joyce había comprado el libro porque Christie había acudido a la fiesta del 65 cumpleaños de Matt. No le había caído nada bien, con aquel aire de mujer desentendida, y como agraviada, del resto de personas de la fiesta. Supo que era la mujer de un amigo de Tommy, uno de los hijos de Matt. Supo que acababa de publicar su primera colección de cuentos, lo compró y se lo llevó a la cama mientras Matt leía uno de sus ensayos de neurología. Mirando el índice, vio que era un libro de relatos, y que uno de ellos se titulaba Kindertotenlieder, por el ciclo de canciones de Mahler. Empezó a leer: “Ella vivía con su madre en una casa entre las montañas y el mar”. Supo que debía leerlo a solas. Bajó a la cocina y se preparó un té. Le echó una gotitas de brandy. Joyce, mientras estaba casada con Jon, su primer marido, conoca Edie, una mujer que venía a trabajar a la carpintería de Jon por medio de un programa de reinserción de ex alcohólicos. Edie tenía una hija, Christine, que acudía a las clases de violín que impartía Joyce en el colegio de la localidad. Edie se interpuso entre Jon y ella. Joyce tuvo que buscarse un apartamento. Algunas tardes, en aquella época Joyce todavía confiaba en recuperar a Jon, llevaba a Christine de vuelta a casa, a la casa que antes había sido el hogar de Joyce y Jon

Mientras leía el relato, Joyce tuvo que cambiar varias veces las expectativas de lectora. No continuaba como ella pensaba que iba a continuar. Christine se sentía atraída por la profesora de violín. Estaba emocionada cada vez que subía con ella al coche de vuelta a casa. Pero cuando Joyce le preguntaba cualquier cosa relacionada con la casa donde vivía, las preguntas y respuestas significaban cosas diferentes para cada una de ellas. Christine creía que la profesora sentía interés por ella. Joyce cree que la autora del relato la va a implicar en una historia inapropiada. Con el tiempo, Christine descubre que Joyce la utilizaba para saber cosas de la relación de Jon con su madre, quizá buscaba descubrir una relación escabrosa entre ella y Jon. Joyce, leyendo ahora, se da cuenta de la decepción que supuso para Christine, una decepción comparable a la que Joyce experimenta en la librería al comprobar que Christie O’Dell no la reconoce ni aprecia la caja de bombones que le ha llevado, que del mismo modo que ella, la profesora de violín exesposa de Jon, la utilizó para sonsacar a Christine, Christie O’Dell la ha utilizado para construir un relato en el que ella no cuenta como persona, olvidada, arrojada al desván de la desfalleciente memoria. 

Dimensiones (Demasiada felicidad)




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