Hay
días que los periódicos no valen el tiempo que dedicas a su
lectura, con ser el tiempo lo más valioso que les entregas. El
cambio en dinero es algo menor: es desproporcionado que la
inteligencia que se suele poner en el periódico valga tanto como una
taza de café. Hoy no hay nada en
los periódicos,
casi todo su espacio dedicado a la miserable política; ni en un
tiempo tan trágico han bajado las
espadas. Salvo el artículo de AE. AE nunca decepciona, siempre hay
algo en sus columnas. Dos necrológicas recientes, la del pintor
Genovés y la de Julio Anguita. Genovés pintó el famoso cuadro del
abrazo; como artista tuvo la idea gráfica, que es lo que cuenta.
Comunista a machamartillo, hasta el último día esperó la
llegada de
la dictadura del proletariado: el abrazo significaba los amnistiados
de
1977 saliendo de la cárcel
al encuentro de la libertad. Fue la UCD, que compró el cuadro a un
coleccionista americano, quien lo convirtió en símbolo del encuentro
entre
españoles
distintos.
De Anguita, visualiza la bandera roja sobre su féretro.
Recuerda
la concordancia entre la
bandera
roja y el
crucifijo,
dos símbolos, dos religiones en cuyo nombre se han cometido millones
de asesinatos. Aunque su carga mortífera ha disminuido hasta casi
desaparecer, todavía hay muchos que profesan esa fe sin detenerse en
el detalle de las muertes que provocaron.
Dimensiones (Demasiada felicidad, Alice Munro).
Dimensiones (Demasiada felicidad, Alice Munro).
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