Marguerite Yourcenar |
Pero
en las últimas páginas del hombre oscuro la escritura cambia. Se
nota la edad a la que Marguerite
Yourcenar la
concibió,
cuando se aproximaba el fin. Nathanael ha conocido los virajes del
amor, tan inestable, ha conocido a Spinoza (Belmonte) que tenía una
explicación para entender el Cosmos, aunque no acaba de entenderla,
tampoco Yourcenar va más allá de la nombradía del filósofo, ha
experimentado la distancia social en una casa de burgueses, pero
sobre todo, es lo que salva a este libro, siente dos cosas, que
siempre ha estado solo y que le espera la muerte. También la autora
convierte estos hechos en ideas y los simboliza, hay una figura que
encarna a la parca que
avisa y
anuncia, pero cuando, en
las últimas páginas,
lleva al personaje a la isla rala, arenosa y deshabitada, encuentra
la mejor metáfora para comunicar la desolación, el abandonó a sí
mismo, la tragedia del hombre solo ante la muerte. Son páginas
austeras, descriptivas, de lo mejor que he leído de la autora.
Tanta
tristeza se ve compensada por el último episodio de esta historia
que Yourcenar separó, en su revisión de 1980, del dibujo inicial en
cuento aparte, Una
hermosa mañana.
Esa hermosa mañana, Lazare, el hijo supuesto que Nathanael había
tenido con Saray, una
prostituta, encantado
por el optimismo y vitalidad de unos comediantes de paso, se une a
ellos, abandonando a su abuela, que era quien lo atendía después de
que su madre fuese ahorcada por ladrona. Lazare se imagina
representando a lo largo de una vida de actor todos los papales
posibles, repasando las obras de Shakespeare, en las
que caben todos los papeles de la vida humana, desde la joven
Rosalinda, en aquella época las mujeres no subían a los escenarios
por
lo que eran representadas por hombres jóvenes,
a la vieja lady Macbeth, desde Romeo al viejo y usurero judío
Shylock. Una
vida por delante, que, significativamente, la autora tituló, en su
primer bosquejo, copiando una idea de Cervantes, La
muerte lleva la carreta,
que a ultima hora cambió en optimista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario