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Antonio, ya está llegando a la mesa
-
Tenemos imágenes exclusivas, inéditas, nadie antes ha llegado tan
lejos. Vean
al equipo de aquí cómo
prepara la recepción
de los de allí.
Escuchen
-
Antes que nada, oídme con atención, hemos de recibirlo como si
fuese la primera vez, como si nunca hubiese llegado nada parecido.
¿Os habéis lavado las manos como se os indicó? ¿Con agua y jabón,
sesenta segundos?
-
…
-
No, no digáis nada, seguid estrictamente el protocolo, cero
palabras, cero movimientos, estáis aquí para observar y
posteriormente analizar. El secretario de Estado para epidemias y
pandemias os repartirá inmediatamente las mascarillas más eficaces,
la N95
-
¿Y los guantes?
-
Cómo he de deciros que según el protocolo acordado, no debéis
decir
ni mu,
ni una palabra, díselo tú, Red
-
Nadie hablará en esta reunión, os
repartiremos guantes para que la población a través de la tele
amiga vea las rutinas a seguir. Hemos
de ser amables pero fríos,
lo necesitamos, sin él no estaríamos hoy
aquí,
ni vosotros, ni yo, ni
Él, pero
en ningún caso debemos ofrecer la mano al visitante, ni mirarle, los
ojos siempre hundidos en la mesa, rígidos, inmóviles, nada de
mirarle de frente cuando llegue, os ponéis de pie y os sentáis
junto a vuestros pares, tampoco
a ellos debéis hablarles, esto no va de negociación, ni de acuerdos
-
Dinos, María, qué ves en el exterior, ¿llega ya?
-
Acaba de llegar, Antonio, ahora mismo está descendiendo de un Hummer
gris perla, llega con un traje de lo más chic, semiesférico, con
una especie de tuercas o de ruedas dentadas a lo largo de la
superficie, no
se ven pies, ni manos, la cabeza la tiene aplastada contra el cuerpo,
sin cuello, voluminoso,
grumoso. El
presidente baja los tres escalones, le ofrece la mano, en
un gesto mecánico,
pero como el visitante es esférico no hay manera de que pueda
corresponderle.
Ya están entrando, el presidente le cede el paso. El visitante se le
acerca como si quisiese acoplarle sus ruedas dentadas, pero en un
hábil regate el presidente se aparta a un lado y deja que ruede
hacia el interior
-
Pablo, Lluís, ¿qué podemos decir, hasta donde llegará la
infección, la podremos contener?
-
Estamos en un momento crítico, Antonio, pero hay que mantener la
calma. En las regiones del Mediterráneo la cosa está muy avanzada,
en el Noreste la infección alcanza a la mitad de la población. Se
han habilitado como psiquiátricos alas enteras de los hospitales,
plantas de hoteles y la mayoría de las cárceles transferidas a la
comunidad, ahora
mismo los cuarteles y comisarías están siendo desalojados para
dejar espacio libre.
En el Levante las autoridades aseguran que
el
problema está reducido a
guarderías y colegios de primaria, aunque
en
pocos años la
población puede exponerse a una situación
similar a la
del
Noreste.
-
¿Y en Ses Illes, qué
me dices, Lluís?
-
Nos hemos encontrado con un grave contratiempo que retrasará la
buena marcha. La infección se está viendo retrasada por un asunto
de prostitución en centros de menores tutelados. Algunos están
utilizando ese desafortunado incidente como cortafuegos para detener
el contagio, pero
es cuestión de tiempo
-
María, cuéntanos, qué está sucediendo en el interior de palacio
-
El visitante, Antonio, acaba de pasar por la sala donde esperaban las
autoridades, y acaba de suceder algo gracioso, el ministro de
universidades se ha liberado de mascarilla
y guantes y ha dado un fuerte abrazo a la rueda dentada, tras él han
hecho lo mismo la presidenta del Parlamento y el ministro de sanidad,
sus trajes han quedado desgarrados y se
ha visto un color
cárdeno
en las zonas visibles
de la
piel
-
Ya se sabía que estaban infectados, María, no es novedad, cuéntanos
más
-
Con nuestra cámara estamos
accediendo
a
la sala donde se reúnen el presidente y la cosa
-
María seamos respetuosos, llamémosle por su nombre, El
Visitante
-
No
sé si lo habéis visto en el estudio, ha habido un momento cómico
en
que la cosa, perdón, El
Visitante
ha empezado a rodar persiguiendo al presidente y este corría por
detrás
de
los sillones
tratando de esquivarlo.
Ahora, como veis, están sentados en butacas distantes, siguiendo
rígidamente el protocolo, inmóviles, en silencio y con gesto
adusto. Se cree que la reunión se mantendrá por espacio de una
hora, eso sí, sin decirse una palabra, según
lo acordado
-
¿Qué me dices, María, del resto de componentes de la mesa de
diálogo?
-
Están en otra habitación, todos siguen
el protocolo, los
de aquí, manos
enguantadas y
enmascarados,
los
de allí en sus pequeñas
esferas dentadas, unos y otros silenciosos
y
rígidos
-
¿Sabemos algo más de la reunión del presidente y la cosa?
-
El Visitante,
Antonio, El
Visitante.
Atención, Antonio, tenemos sonido directo y en exclusiva de lo que
sucede en el interior de la esfera dentada
-
Eso sí que es una exclusiva
-
Te pongo el sonido directo, escucha
-
Me
reciben con mascarillas,
toda
la fauna pútrida que se mueve en las cloacas del Estado
impropio, insultando y amenazando y utilizando todos los resortes del
Estado franquista que se mantenía intacto tras la fachada de cartón
piedra del régimen del 78, a nosotros, pueblo del norte, donde la
gente es limpia, noble, libre y culta, y feliz, nos jodieron, nos
jodieron bien, han hecho mutar el ADN
de nuestra buena gente, han querido extinguir nuestra vieja y
honorable raza, pero ahora lo van a pagar, miras a tu país y ves
hablar a las bestias, carroñeros, víboras, hienas, bestias con
forma humana que destilan odio, un odio perturbado, nauseabundo, como
de dentadura postiza con moho, contra todo lo que representa la
lengua, nuestra lengua, por
eso me he negado a cruzar una sola palabra con esta gente en
su lengua indigna,
sería
una humillación para la
lengua, el alma de la patria, sin
lengua no hay país, no
saben que cuando se decide no hablar en catalán se está decidiendo
dar la espalda a Cataluña, así que no voy a utilizar tu lengua, no
esperes que te diga ni media palabra
-
María, es un monólogo
-
A ver, Antonio, ¿quieres o no quieres conocer la naturaleza del
virus?
-
Nos
han infiltrado,
están
entre nosotros. Les repugna cualquier expresión de catalanidad.
Sales a la calle y nada indica que aquello sea la calle de tus padres
y tus abuelos: el castellano avanza, impecable, voraz, rapidísimo.
Abres los diarios o miras la televisión y te hablan de cosas que no
tienen nada que ver contigo y tu mundo, es una fobia enfermiza. Hay
algo freudiano en estas bestias. O un pequeño bache en su cadena de
ADN. ¡Pobres individuos!
-
María
-
Escucha, escucha
-
Este que tengo aquí delante, que va de dialogante, a mí me va la
vas a a
dar,
representa a un país exportador de miseria, material y espiritual,
todo lo que han tocado se ha convertido en fuente de discriminaciones
raciales, diferencias sociales y subdesarrollo, pero se acabó, eres
una sombra grotesca, que sueltas los últimos espasmos en forma de
requerimientos, diligencias y confiscaciones. No das ningún miedo,
bestia inmunda. Y por eso ya podemos mirarte a los ojos, sin bajar la
cabeza, sin desviar la mirada, y decirte: ¡saca tus garras de
nuestras urnas!, de qué vamos a hablar con estos, de 'legalidad', de
'marco constitucional', no vamos a caer en las trampas de los debates
estériles de los tercera-viólogos, mutación reciente de los
federalistas pero que conservan su mismo ADN, tras cuarenta años de
persecución y censura del catalán, de persistente aniquilación de
las señas de identidad catalanas, de voluntad genocida contra un
pueblo, de destrucción del paisaje, de emigraciones masivas, de mal
disimulada intención de fracturar socialmente el país, de una
brutal centralización económica, de provincialización absoluta, de
suburbialización mental, los
españoles solo saben expoliar, ¿todo esto no cuenta?, por favor, os
vais a enterar, ahora nos toca a nosotros viralizaros
-
María, ya tenemos suficiente
-
Espera, no seas impaciente, esto sí que es una exclusiva, no
has tenido otra igual
-
Míralo ahí en su silla gestatoria,
como si aún fuera el rey de las españas, como si no necesitase
decir nada para manifestar su poder, tan hueco como una agalla,
con
el breve brillo de una
amapola carmesí, indiferente a las gentes y a los sucesos, todo él
capa pluvial,
solo
le falta solideo o tiara, pensará
que me va a comprar con esta pompa, solo en una cosa estamos de
acuerdo en la composición de la mesa, en
ocultar a toda la gente que nos sobra,
que a él le incomoda,
que a mí me incomoda, la mitad de la población allí, la mitad de
la población aquí, no
los necesitamos, y
que sepa de una vez, un
cráneo de Ávila no será nunca como uno de la plana de Vic.
-
María,
¿no
tenemos sonido de la cabeza del presidente?
-
Sabes, Antonio, que ahí no hay nada, y sus asesores no han preparado
nada para la ocasión, si pusiésemos el micrófono tan solo oiríamos
los pequeños chirridos
de electricidad estática, no hay más de lo que ves
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