jueves, 27 de febrero de 2020

El visitante



- Antonio, ya está llegando a la mesa

- Tenemos imágenes exclusivas, inéditas, nadie antes ha llegado tan lejos. Vean al equipo de aquí cómo prepara la recepción de los de allí. Escuchen

- Antes que nada, oídme con atención, hemos de recibirlo como si fuese la primera vez, como si nunca hubiese llegado nada parecido. ¿Os habéis lavado las manos como se os indicó? ¿Con agua y jabón, sesenta segundos?

- …

- No, no digáis nada, seguid estrictamente el protocolo, cero palabras, cero movimientos, estáis aquí para observar y posteriormente analizar. El secretario de Estado para epidemias y pandemias os repartirá inmediatamente las mascarillas más eficaces, la N95

- ¿Y los guantes?

- Cómo he de deciros que según el protocolo acordado, no debéis decir ni mu, ni una palabra, díselo tú, Red

- Nadie hablará en esta reunión, os repartiremos guantes para que la población a través de la tele amiga vea las rutinas a seguir. Hemos de ser amables pero fríos, lo necesitamos, sin él no estaríamos hoy aquí, ni vosotros, ni yo, ni Él, pero en ningún caso debemos ofrecer la mano al visitante, ni mirarle, los ojos siempre hundidos en la mesa, rígidos, inmóviles, nada de mirarle de frente cuando llegue, os ponéis de pie y os sentáis junto a vuestros pares, tampoco a ellos debéis hablarles, esto no va de negociación, ni de acuerdos

- Dinos, María, qué ves en el exterior, ¿llega ya?

- Acaba de llegar, Antonio, ahora mismo está descendiendo de un Hummer gris perla, llega con un traje de lo más chic, semiesférico, con una especie de tuercas o de ruedas dentadas a lo largo de la superficie, no se ven pies, ni manos, la cabeza la tiene aplastada contra el cuerpo, sin cuello, voluminoso, grumoso. El presidente baja los tres escalones, le ofrece la mano, en un gesto mecánico, pero como el visitante es esférico no hay manera de que pueda corresponderle. Ya están entrando, el presidente le cede el paso. El visitante se le acerca como si quisiese acoplarle sus ruedas dentadas, pero en un hábil regate el presidente se aparta a un lado y deja que ruede hacia el interior

- Pablo, Lluís, ¿qué podemos decir, hasta donde llegará la infección, la podremos contener?

- Estamos en un momento crítico, Antonio, pero hay que mantener la calma. En las regiones del Mediterráneo la cosa está muy avanzada, en el Noreste la infección alcanza a la mitad de la población. Se han habilitado como psiquiátricos alas enteras de los hospitales, plantas de hoteles y la mayoría de las cárceles transferidas a la comunidad, ahora mismo los cuarteles y comisarías están siendo desalojados para dejar espacio libre. En el Levante las autoridades aseguran que el problema está reducido a guarderías y colegios de primaria, aunque en pocos años la población puede exponerse a una situación similar a la del Noreste.

- ¿Y en Ses Illes, qué me dices, Lluís?

- Nos hemos encontrado con un grave contratiempo que retrasará la buena marcha. La infección se está viendo retrasada por un asunto de prostitución en centros de menores tutelados. Algunos están utilizando ese desafortunado incidente como cortafuegos para detener el contagio, pero es cuestión de tiempo

- María, cuéntanos, qué está sucediendo en el interior de palacio

- El visitante, Antonio, acaba de pasar por la sala donde esperaban las autoridades, y acaba de suceder algo gracioso, el ministro de universidades se ha liberado de mascarilla y guantes y ha dado un fuerte abrazo a la rueda dentada, tras él han hecho lo mismo la presidenta del Parlamento y el ministro de sanidad, sus trajes han quedado desgarrados y se ha visto un color cárdeno en las zonas visibles de la piel

- Ya se sabía que estaban infectados, María, no es novedad, cuéntanos más

- Con nuestra cámara estamos accediendo a la sala donde se reúnen el presidente y la cosa

- María seamos respetuosos, llamémosle por su nombre, El Visitante

- No sé si lo habéis visto en el estudio, ha habido un momento cómico en que la cosa, perdón, El Visitante ha empezado a rodar persiguiendo al presidente y este corría por detrás de los sillones tratando de esquivarlo. Ahora, como veis, están sentados en butacas distantes, siguiendo rígidamente el protocolo, inmóviles, en silencio y con gesto adusto. Se cree que la reunión se mantendrá por espacio de una hora, eso sí, sin decirse una palabra, según lo acordado

- ¿Qué me dices, María, del resto de componentes de la mesa de diálogo?

- Están en otra habitación, todos siguen el protocolo, los de aquí, manos enguantadas y enmascarados, los de allí en sus pequeñas esferas dentadas, unos y otros silenciosos y rígidos

- ¿Sabemos algo más de la reunión del presidente y la cosa?

- El Visitante, Antonio, El Visitante. Atención, Antonio, tenemos sonido directo y en exclusiva de lo que sucede en el interior de la esfera dentada

- Eso sí que es una exclusiva

- Te pongo el sonido directo, escucha

- Me reciben con mascarillas, toda la fauna pútrida que se mueve en las cloacas del Estado impropio, insultando y amenazando y utilizando todos los resortes del Estado franquista que se mantenía intacto tras la fachada de cartón piedra del régimen del 78, a nosotros, pueblo del norte, donde la gente es limpia, noble, libre y culta, y feliz, nos jodieron, nos jodieron bien, han hecho mutar el ADN de nuestra buena gente, han querido extinguir nuestra vieja y honorable raza, pero ahora lo van a pagar, miras a tu país y ves hablar a las bestias, carroñeros, víboras, hienas, bestias con forma humana que destilan odio, un odio perturbado, nauseabundo, como de dentadura postiza con moho, contra todo lo que representa la lengua, nuestra lengua, por eso me he negado a cruzar una sola palabra con esta gente en su lengua indigna, sería una humillación para la lengua, el alma de la patria, sin lengua no hay país, no saben que cuando se decide no hablar en catalán se está decidiendo dar la espalda a Cataluña, así que no voy a utilizar tu lengua, no esperes que te diga ni media palabra

- María, es un monólogo

- A ver, Antonio, ¿quieres o no quieres conocer la naturaleza del virus?

- Nos han infiltrado, están entre nosotros. Les repugna cualquier expresión de catalanidad. Sales a la calle y nada indica que aquello sea la calle de tus padres y tus abuelos: el castellano avanza, impecable, voraz, rapidísimo. Abres los diarios o miras la televisión y te hablan de cosas que no tienen nada que ver contigo y tu mundo, es una fobia enfermiza. Hay algo freudiano en estas bestias. O un pequeño bache en su cadena de ADN. ¡Pobres individuos!

- María

- Escucha, escucha

- Este que tengo aquí delante, que va de dialogante, a mí me va la vas a a dar, representa a un país exportador de miseria, material y espiritual, todo lo que han tocado se ha convertido en fuente de discriminaciones raciales, diferencias sociales y subdesarrollo, pero se acabó, eres una sombra grotesca, que sueltas los últimos espasmos en forma de requerimientos, diligencias y confiscaciones. No das ningún miedo, bestia inmunda. Y por eso ya podemos mirarte a los ojos, sin bajar la cabeza, sin desviar la mirada, y decirte: ¡saca tus garras de nuestras urnas!, de qué vamos a hablar con estos, de 'legalidad', de 'marco constitucional', no vamos a caer en las trampas de los debates estériles de los tercera-viólogos, mutación reciente de los federalistas pero que conservan su mismo ADN, tras cuarenta años de persecución y censura del catalán, de persistente aniquilación de las señas de identidad catalanas, de voluntad genocida contra un pueblo, de destrucción del paisaje, de emigraciones masivas, de mal disimulada intención de fracturar socialmente el país, de una brutal centralización económica, de provincialización absoluta, de suburbialización mental, los españoles solo saben expoliar, ¿todo esto no cuenta?, por favor, os vais a enterar, ahora nos toca a nosotros viralizaros

- María, ya tenemos suficiente

- Espera, no seas impaciente, esto sí que es una exclusiva, no has tenido otra igual

- Míralo ahí en su silla gestatoria, como si aún fuera el rey de las españas, como si no necesitase decir nada para manifestar su poder, tan hueco como una agalla, con el breve brillo de una amapola carmesí, indiferente a las gentes y a los sucesos, todo él capa pluvial, solo le falta solideo o tiara, pensará que me va a comprar con esta pompa, solo en una cosa estamos de acuerdo en la composición de la mesa, en ocultar a toda la gente que nos sobra, que a él le incomoda, que a mí me incomoda, la mitad de la población allí, la mitad de la población aquí, no los necesitamos, y que sepa de una vez, un cráneo de Ávila no será nunca como uno de la plana de Vic.

- María, ¿no tenemos sonido de la cabeza del presidente?

- Sabes, Antonio, que ahí no hay nada, y sus asesores no han preparado nada para la ocasión, si pusiésemos el micrófono tan solo oiríamos los pequeños chirridos de electricidad estática, no hay más de lo que ves


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