jueves, 12 de diciembre de 2019

La familia Sorolla

¿Quién lleva el delantal y sirve?


         En nuestro infatigable viaje al pasado nuestra Beatriz no puede ser el actual criterio moral, los principios que la evolución cultural ha ido decantando hasta el momento histórico en que veo y juzgo. No sé si es cierto que todo documento de cultura es un documento de barbarie (Benjamin), puede que sí, pero si lo fuera no puede impulsarnos a su destrucción, primero porque borraríamos las huellas y después porque necesitamos conocer nuestra genealogía. Necesitamos todo documento para reconstruir y describir con la mayor fidelidad la historia, nuestros antecedentes. La experiencia estética es otra cosa, no depende del juicio moral y hasta es posible, como hemos aprendido, que el juicio moral adverso incentive el placer. La historia se asienta en la conciencia colectiva, la necesidad de saber para ir definiendo lo justo y lo bueno que el progreso moral exige. El placer estético es una experiencia de la conciencia personal, indefinible y arbitraria, a pesar de los cánones. No se pueden cruzar ambas conciencias a riesgo de hacer con las obras del pasado lo que la famosa restauradora de Borja hizo con el Eccehomo. Es el propio lenguaje artístico el que cambia y transforma la visión y el gusto, por eso no repite las obras clásicas, el artista juega con ellas, pero obedece a su tiempo y abre caminos no hollados.


No hay comentarios: