martes, 4 de junio de 2019

Iglesias




1. El progresismo es la iglesia laica. Y como tal tiene sus dogmas inatacables, su orden mendicante y su orden de predicadores, la Santa Inquisición y el índice de libros prohibidos.

2. El motor que la mueve como a cualquier iglesia es el victimismo. Alza en peanas a sus héroes y concede la palma del martirio a sus caídos, muchos de ellos imaginarios o convertidos en tales para la ocasión.

3. Por supuesto también existe la iglesia laica conservadora, aunque está amortizada. En la mayor parte de sus creencias coincide con la iglesia cristiana. Curiosamente, en estos días, hay una convergencia eclesial: Francisco es héroe de una y otra iglesia, la conservadora y la progresista.

4. Lo que la iglesia laica progresista sostiene no suele pasar la criba de la razón por lo que para salvar su incoherencia lógica ataca a sus contradictores ad hominem. No acepta el debate racional. Es maestra en el arte de la insidia personal y del agitprop
propagandístico.

5. En términos prácticos el progresismo es un sistema de apoyo y mantenimiento de las élites que gobiernan el mundo occidental. Mandan, dominan los media y arrastran a sus hijos a la calle para agitarla por una buena causa.

6. Para el progresismo existe la ultraderecha pero no la ultraizquierda. En España, uy, perdón, en este país, concede el marchamo de progresista al nacionalismo periférico en cualquiera de sus fórmulas. En el País Vasco o en Navarra no hay derecha o en todo caso es incomparable con el PP, o incluso con CS. El PNV (o Geroa Bai) es acreditadamente progresista. Sobre el PDCAT y ERC no puede haber dudas.

7. El progresismo da por hecho que todo aquel que no acepte sus dogmas pertenece a las tres derechas, trifálico o trifachito. Progresista es quien cree o defiende en la práctica que matar o haber matado (Bildu, HB) para conseguir objetivos políticos carece de importancia a la hora de pactar o recibir sus votos (moción de censura o gobierno de Navarra).

8. El concepto VOX (sin actos políticos hasta ahora) irrita sobremanera al progresista (pura comedia), que ve aceptable el populismo de izquierda y se muestra comprensivo (Idoia) con quienes han matado o con quienes han dado un golpe de Estado étnico (Iceta) pero abominan del no nato fascismo español.

9. El progresismo proclama que la libertad y la igualdad son su horizonte pero sus alianzas lo desacreditan. ¿Puede haber un aliado que coarte más la libertad que el nacionalismo que la restringe a lo étnico y menos igualdad en regiones donde el criterio es el clientelismo y la fraternidad étnica?

10. El uso de las lágrimas. Son unos virtuosos derramando lágrimas, sustituyen las razones por lágrimas, un procedimiento de larga tradición con grandes rendimientos.

La felicidad me embarga. He entendido al fin que no debo sentirme culpable por no ser progresista. A cambio me inquieta que por todos los lados se prefiera el extremismo a la moderación. En todo este juego, ¿dónde está el debate racional? Se que existe, pero la minoría que lo practica no está en la Sexta -metáfora.


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