Si
lo que buscas es una lectura amable, que las páginas vuelen, sin
tener que volver una y otra vez sobre la frase para tratar de
entenderla, con unos cuantos guiños a tu conocimiento de la historia
del siglo XX, con cierto humor blanco teñido de leve ironía
inteligente, sin que tengas que preocuparte demasiado por seguir la
trama, que interrumpir la lectura porque otras cosas llamen tu
atención no sea un problema, esta novela de Philip Kerr o cualquiera
otra de las suyas esta es la novela que estabas esperando. El autor
escocés recientemente fallecido era un gran urdidor de tramas
detectivescas, algunas en formato serie, de las cuales la que le
llevó a la fama es la centrada en el comisario berlinés Bernie
Gunther que trabajó en la época de los nazis. Kerr te da un relato
trabado, personajes con morbo y mucho de lo que esperas leyendo
historias detectivescas. En El otro lado del silencio Bernie
Gunther, ya en la posguerra, trabaja de conserje en un hotel de la
costa azul, pero el pasado le persigue, que es lo que el lector de
esta serie espera, que vuelvan los personajes malos, morbosamente
malos, y el prota sepa salir de las situaciones más complicadas. Se
enamora de una bella mujer equivocada y casi sin querer se ve
atrapado en una trama de chantajes en la que intervienen los
servicios de espionajes de la Alemania comunista y de los MI5 y MI6
británicos. El autor vuelve un par de veces hacia atrás para
intercalar historias de la Alemania nazi cuando Bernie Gunther
trabajaba para Heydrich y el SD, aunque las páginas más
interesantes son aquellas en las que aparece el gran autor inglés
Somerset Maugham, que también fue espía en su juventud, aunque
ahora es un viejo novelista rico en retirada en la famosa Villa
Mauresque. Fue autor de las mayores ventas en los años treinta (El
filo de la navaja, De la bondad humana, El velo pintado), varias
de sus obras fueron adaptadas al cine, aunque en alguna ocasión
reconoció, con ironía, desde su falsa modestia, “estar en la
primera fila de los escritores de segunda”. Maugham se rodea de una
pequeña corte de sarasas ricos, cultos, irónicos y en algún caso
chantajistas, como es el caso de su sobrino Robin Maugham, autor de
una biografía de su tío y también de una novela que el cine haría
famosa, El sirviente. El chantaje a lo grande y por lo menudo
es el mcguffin de esta novela. Como digo no es una novela para
descifrar las complejidades de la naturaleza humana, pero es
divertida. Cumple la máxima de Montaigne: "Sólo busco en los
libros el gusto que me proporcione un honrado entretenimiento",
frase que firmaría a gusto el propio Somerset Maugham.
Cualquiera
de las novelas de la serie hará las delicias del lector que busca
relajarse con la lectura. Por ejemplo: Praga mortal, la que a
mi más me ha gustado, o La dama de Zagreb y fuera de la
serie, Una investigación filosófica.
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