miércoles, 22 de mayo de 2019

Realidad


 “Muy pocos son capaces de imaginarse la realidad”
                       (Goethe)


Algunos creen que situar en las presidencias del Congreso y del Senado a dos catalanes constituye un gesto amistoso hacia el nacionalismo separatista —y hacia los catalanes en general— que contribuirá a relajar las tensiones de los últimos años. Una larga experiencia nos demuestra que estos gestos, vistos desde Madrid como muestras de acercamiento y buena voluntad, no sirven para los fines que se pretenden e, incluso, en ocasiones, sirven para todo lo contrario, son considerados como limosnas indignas y ofensivas: “¿Qué se han creído, que somos tontos, que nos comprarán con caramelos? ¡Nos tratan como si fuéramos niños!”.

Los golpistas tomaron posesión de sus escaños sin dejar de manifestar -incluida la fórmula de su acatamiento- su desprecio a la Constitución española y sin haber abandonado su intención de recorrer una vía unilateral a la independencia. De modo que hay alguien que se ha equivocado gravemente aquí. O ha sido la Justicia, al presentar cargos de una gran trascendencia, o ha sido la Política la que ha practicado una irresponsable operación de blanqueo”.

El filósofo francés Clément Rosset, recientemente desaparecido, centró su reflexión en hablar de lo real como lo más evidente e inevitable pero también lo que la mayoría de los pensadores, de Platón en adelante, se han negado a considerar como tal, prefiriendo perseguir la pista de sus dobles y réplicas ficticias que nos impiden tomarlo en cuenta sin desvíos”.

         La realidad. ¿Cuánta gente está lista no para aceptar los hechos sino para intentar comprenderlos, colonizada como está por el mainstrem o idea dominante en el sistema mediático?
         La mayor violencia de hombres contra hombres se ha producido cuando los sustentadores de ficciones no han tolerado su confrontación con la realidad. Es más, yo diría que la larga marcha de la civilización no es otra cosa que el intento a menudo frustrado de aceptar lo real tal cuál es.

         Hasta el pobre Punset, mente supuestamente científica, decía: 
"Yo no voy a morir nunca, no está demostrado que me vaya a morir. ¿Que hasta hoy se ha muerto todo el mundo? Sí, pero esto no es una prueba. Podría no pasarme a mí".



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