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N. Sancha |
Dos
lecturas de obligado cumplimiento, hoy.
1.
Un reportaje sobre tres españolas yihadistas, atrapadas en el horror
del ISIS en Siria. No puede haber peor imagen del horror: el horror
mental de la conversión siguiendo a sus maridos, el horror físico
de un campo de refugiados donde no son vigiladas por sus carceleros
sino por los fanáticos del ISIS dentro del campo. Doble cárcel. Mira esa foto.
Pero
el reportaje es necesario por otro motivo. Desarma la cárcel de
nuestros prejuicios. Ver mujeres musulmanas y yihadistas vestidas con
ese horrible niqab desata en nuestra mente sucesivanmente la
incomprensión, la repulsa, el deseo de que perezcan en su
irresponsabilidad. Pero la lectura, su circunstancia personal, la
ingenuidad que trasmiten hace que veamos las cosas de otro modo, que se encienda en nosotros la comprensión, la simpatía, el deseo de ayudarlas. El
Estado español, es decir la civilización, debe socorrerlas,
rescatarlas de inmediato. ¿Dará la orden Narciso, tan centrado como está en la
campaña electoral? Ahí se verá su catadura moral.
2.
¿Otro artículo sobre Cataluña? Sí, pero creo que este va a la
esencia de las cosas. Habla de cómo ha sido tratada la mitad de la
población y de cómo, década tras década, la izquierda la ha
traicionado. Es lo que tanto cuesta entender a las personas sensatas de la izquierda en el Restoespaña, no pueden comprender que la izquierda sea reaccionaria.
"Los "otros catalanes" llegaban como llegan hoy tantos sin papeles, inseguros de sus derechos y derrotados. Incluso asumían la calificación -en su propio país- de "emigrantes", esto es, de extranjeros. Algo que no sucedía en otros destinos españoles: nadie emigra desde Zaragoza a Madrid. Los nativos se encargaron de recordarles que no eran verdaderos catalanes, que, si acaso, tenían la obligación moral de "integrarse", que no eran ciudadanos plenos".
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