sábado, 30 de marzo de 2019

The Highwaymen



              Lo tiene muy difícil esta The Highwaymen (Emboscada final) para que tenga una mínima incidencia en la actualidad, a pesar de que tenga como referente una película icónica como Bonnie & Clyde. Ni siquiera como documento de época, en esta época de hombres macho como Trump o Bolsonaro o del medio hombre que en este país quiere alcanzar notoriedad apelando a las armas y a los muros. No pueden durar mucho, en el ecosistema mediático, esos hombres gastados, tan viejos, tan torpes, con ideas tan antiguas. La actualidad vuela y esas figuras de papel arden rápido. ¿Qué fue de Malenchon, de Alexis Tsipras, de Pablo Iglesias? Se oyen sus protestas mientras caen por el sumidero de las notas a pie de página. En The Highwaymen, ese Kevin Kostner avejentado, torpe de movimientos, con dificultades para que sus frases salgan nítidas de su boca, qué puede hacer contra el glamour y el mito de Warren Beatty y Faye Dunaway. Nada. La belleza de la juventud es imbatible. Aún perdura, 52 años después, el erotismo de la violencia, la libertad del desorden que recorría los años setenta. ¿Qué se le contrapone? Orden, un puñado de armas acumuladas en el asiento de atrás del Jaguar de Frank Hamer (Kevin Costner) y de su igualmente avejentado compañero Manny Gault (Woody Harrelson) y contundencia. ¿Todos los votantes de Trump son viejos cabreados con el mundo? Ni siquiera. Torpes las armas, torpes las palabras, torpe el guión. Si al menos hubiese detrás un Arthur Penn o un Sam Fuller o un Sam Peckinpah.

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