jueves, 17 de enero de 2019

De alquiler



Historia de la Tierra en 24 horas

    "Considero a la vida como una posada en la que tengo que quedarme hasta que llegue la diligencia del abismo" (Pessoa).      

      En una situación ideal, como hombres libres y racionales, deberíamos alzar el vuelo, salir de nuestra carcasa mortal y vernos desde fuera, es decir, hombres sin patria o al menos saber que la patria asignada en un préstamo arbitrario y temporal, hombres sin género pues ser hombre o mujer es fruto del azar biológico, como lo es nacer blanco o nacer negro. Quizá, así comprenderíamos mejor el sinsentido de la identidad. Todos estamos aquí por azar, todos somos fruto de una combinación genética que obedece a un patrón que no hemos elegido, azarosa es nuestra condición sexual, azaroso es haber nacido aquí en vez de en otro lugar. Esa sabiduría debería hacernos comprender que la Tierra es la casa provisional de cuantos la habitan, la habitaron o la habitarán, una casa que la especie ha alquilado desde hace unos pocos segundos, si hacemos una comparación entre la historia de la tierra y la duración de un día, por lo que deberíamos deducir que es presuntuoso decirse dueño de algo que nos precede desde hace tanto tiempo y que seguramente seguirá su curso astronómico tras nuestra extinción, propiedad, pues, provisional y que debemos compartir con otras especies. ¿Cuántos milisegundos te corresponden a ti humano pretencioso en el alquiler?

            Solo así, conscientes de nuestra posición real en el cosmos, podremos saborear, con libertad e independencia, nuestros hallazgos en la comprensión del mundo. Como escribió Ptolomeo en el Almagesto:
Sé que soy mortal, una criatura de un día; pero cuando estudio los círculos giratorios de las estrellas, mis pies ya no pisan la Tierra, sino que, sentado al lado del propio Zeus, me harto de ambrosía, el alimento de los dioses.”

No hay comentarios: