Esta
película de la BBC (difundida por HBO) toma a un personaje
secundario de la campaña pro Brexit, Dominic
Cummings, para mantener la tesis de que los brexiters ganaron
porque eran quienes mejor conocían las nuevas técnicas que
posibilita la llamada minería de datos. Un equipo de jóvenes
informáticos al mando de Dominic Cummings analizaron los datos que
ofrecen las redes sociales, y
encontraron que había un gran pozo
en el que se podía entrar: el de los
deseos y miedos de la gente, de
aquella
parte de la gente que
nunca es
tenida
en cuenta, gente perdida para
la política y para la opinión, unos
tres millones y medio en GB. Diseñaron
mensajes personalizados para que gente que nunca votaba fuese a votar
ese día,
haciéndoles creer que ahora sí serían tenidos en cuenta. Cummings
desprecia a Nigel Farage y su partido UKIP, a
los que tomaba por idiotas extremistas, también
al resto de parlamentarios, y creyó
que esa
era
la ocasión
para reivindicarse frente a los que antes le habían despreciado a él
y para que de la situación surgiese
una nueva forma de hacer política fuera
de las viejas estructuras y
las viejas élites.
No
sé si las cosas ocurrieron
como las cuenta la película, no
sé si los partidos tuvieron tan poco que ver en el resultado del
referéndum, en todo caso es
verosímil y la película está muy bien hecha, con
un buen guion de James Graham y un espléndido Benedict Cumberbatch.
Además explica algo que puede extenderse
al surgimiento y triunfo
relativo de los otros
populismos en Europa.
Responde a la cuestión de
por qué ahora acude gente a
votar que antes se quedaba en casa. El
análisis del big data por un
equipo de jóvenes físicos, que se toman la campaña como un
experimento de la ciencia de los datos, hace
aparecer los deseos y miedos de esa parte de la población que
se ha sentido preterida. Los
populistas les han animado a que manifiesten su rabia, votando contra
los partidos tradicionales. Su voto se podría traducir en
algo así como ‘ahora os
vais
a enterar’.
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