domingo, 6 de enero de 2019

Amathia



Fíjese en la próxima idea que surge en su cerebro. ¿De dónde ha salido? ¿Se le ha ocurrido libremente? Por supuesto que no. Si observa con atención su mente, se dará cuenta de que tiene poco control sobre lo que ocurre en ella y que no decide libremente qué pensar, qué sentir, ni qué querer”. (Yuval Noah Harari)

         Vivimos tiempos paradójicos, nunca como ahora hemos sabido cómo funcionamos por dentro; nunca como ahora el idiota que llevamos dentro se manifiesta de forma tan desacomplejada. El propio periódico que publica el artículo de Harari trae un perfecto ejemplo de cerebro hackeado del que habla el israelí. Tomemos el editorial de hoy. Sustituyamos los actores de la investidura andaluza por los actores de la moción de censura triunfante del doctor Sánchez. Obtendremos un efecto paródico, una divertida irrisión, de la que emerge la amathia de la que hablaban los estoicos, no la ignorancia sino la estupidez inteligente, el idiota a conciencia, podríamos decir. A ese punto ha llegado el intelectual orgánico del país que antaño ordenaba los temas de discusión y orientaba la opinión y que ahora se conforma con ser un propagandista. Curiosamente esa enfermedad del espíritu está perfectamente descrita, ayer mismo, por uno de sus articulistas, pero parece que en esta época de confusión, en el periódico, no se leen unos a otros.


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