Steven Weimberg: “Cuanto más comprensible nos parece el universo, menos sentido parece tener”.
Freeman Dyson: Es la vida la que confiere sentido al universo.
Max Tegmark: “No es el universo el que da sentido a los seres conscientes, sino los seres conscientes los que dan sentido al universo”.
¿Es
la consciencia una propiedad básica de la naturaleza, como puede ser
la carga eléctrica o la masa, el
tiempo o el espacio, y
como tal está
en todos los escalas
naturales desde las partículas hasta el homo sapiens? ¿Hay
una
ley fundamental que
gobierne
la
conciencia? Es
una idea loca
sugerida
por el filósofo australiano Davis Chalmers. O más bien es una propiedad
emergente de la naturaleza que aparece en determinadas disposiciones
de las partículas, como por ejemplo la humedad que emerge cuando
el H2O
aparece en forma de agua líquida y
no como hielo o vapor de agua, o,
por poner un ejemplo más vistoso, como
la
sensación de movimiento, de
fluir del mundo,
cuando hacemos pasar 24 fotogramas en un segundo ante los ojos. Es lo
que sostiene Max Tegmark. La consciencia es el problema difícil,
tanto para los filósofos como para los científicos, tanto que
algunos renuncian a su comprensión, por
ser un
problema insoluble. ¿Por qué algo es consciente? ¿Por
qué experimentamos algo en lugar de nada? Sin
embargo, nada más necesario que estuadiarla y tener una teoría sobre ella, porque si el universo alcanza
significado para dejar de ser una enormidad absurda, es
gracias a la consciencia, a la
autoconciencia.
En
las dos propuestas, la de Chalmers y la de Tegmark, la conciencia
parece asociada a la información, aumentando su complejidad al
integrar
más
información en el sistema, en
una
ameba, un ratón o
un
humano. La
conciencia, en la fase en que la asociamos al ser humano, sería como
el
estadio de
mayor complejidad
de computación. Si así fuera, ¿puede
la consciencia extenderse a la IAG, la
inteligencia artificial general?,
¿llegará
la IA a sobrepasar la inteligencia humana?, ¿tendrá conciencia fenoménica?, ¿tendrá
que aprender valores?, ¿serán
los
valores de la IAG
una evolución de los valores
humanos o tendrá sus propios objetivos y valores?
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