El sondeo ofrece además una mala noticia: la posibilidad de que Vox alcance hasta cuatro escaños, lo que significaría el regreso de la ultraderecha a las instituciones de las que fueron expulsadas por los votantes en 1982, cuando los ultras se quedaron en la marginalidad. El peligro ultra no consiste solo en las ideas que defienden, sino en que otros partidos, por oportunismo, traten de incorporarlas a su discurso.
No
hubo, en las elecciones anteriores, una proclama parecida para la
ultraizquierda andaluza, ni la hay ahora, tampoco que habría
que hacer una barrera defensiva en torno a ellos, como si lo sugiere
para VOX, y tampoco que sus malas ideas puedan ser recogidas por
otros partidos por oportunismo. Periodismo bizco. En el mismo
periódico se ven los
efectos no deseados de tal falta de equilibrio.
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