Pocos
pueden vivir en soledad, necesitamos ser reconocidos y valorados, un espejo en el que reconocernos. Hay
ejemplos de hombres perdidos o abandonados lejos del gentío que
dejan de ser humanos. Interactuamos con los demás. Hay muchas formas
de hacerlo, el amor, el odio, la indiferencia, la pasión posesiva,
el crimen. Y todas esas relaciones nos transforman. Vamos cambiando
en nuestra relación. El genoma es solo la mitad del asunto, la otra
mitad es nuestra adaptación al mundo. Nuestra madre nos moldea y
nosotros a ella, nuestros amigos, las mujeres que vamos conociendo,
las transacciones. En Mindhunter, basada en un libro que a su
vez explica la experiencia de dos agentes del FBI que a finales de
los 70 estudiaron el comportamiento de los asesinos en serie -ellos
dieron curso a esa denominación- con la intención de predecir la
actuación de los psicópatas y perfilar las técnicas de
investigación, una serie en 10 capítulos de Netflix, la interacción
se lleva a casos extremos, los asesinos insensibles y los policías.
Tendemos a creer que podemos autocontrolarnos y controlar a los demás
sin coste, pero no es así. Nuestra mente no es sólo racional. Un
profesor, un policía, un médico es un hombre que trata con otros
hombres. Durante un tiempo es posible que mantengamos a raya los
sentimientos, pero en todo trato humano hay intercambio. De eso nos
habla esta magnífica serie. Pero la huella en nuestra personalidad
no sólo la deja el trato con el mal o con la enfermedad o en la
experiencia del límite, también las relaciones cotidianas, con
nuestros familiares, con la novia, con los amigos, con los vecinos.
Debemos ser conscientes de ello. No sólo de lo que nos sucede,
también de lo que les sucede a los que tratan con nosotros.
La
serie no es sólo buena por tratar ese tema, es que está muy bien
hecha. David Fincher, especialmente, el último capítulo se ve sin
respiro, también los otros directores son capaces de hacernos estar
en tensión sin que sucedan cosas, sin que haya acción, sólo con
diálogos densos, que no acaban de desvelar todo lo que queremos
saber, y escenarios de atmósferas cargadas. Ha habido momentos en
que me he sentido mal viéndola, por la tensión que transmite. Es
erróneo decir que las series no aportan nada a la historia del cine.
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