Entre
1978 y 1995, Theodore Kaczynski, al que la policía daría el alias
de "Unabomber", envió 16 cartas bombas, en una especie de
protesta contra la civilización tecnológica y reivindicando la vida
natural. Las bombas mataron a tres personas e hirieron a otras 23.
Kaczynski era un matemático capaz pero inadaptado que se fue a vivir
al bosque donde se construyó una caseta de madera sin agua ni luz al
estilo de D.H. Thoreau. La policía no tenía ni idea de quién se
escondía detrás de las cartas. El FBI dispuso de cuantiosos medios
para dar con él, pero daba palos de ciego, creando perfiles
psicológicos equivocados, hasta que un agente, Jim Fitzgerald,
empezó a analizar sus textos, las cartas y un manifiesto que
Kaczynski envió a los principales periódicos del país, titulado La
sociedad industrial y su futuro, publicado en 1996.
Fitzgerald, mediante el análisis de los textos, trató de definir el personal
idiolecto de Kaczynski, su estilo personal diferenciado, siendo capaz
de establecer su edad, educación y procedencia y otras
características personales, dando lugar a una nueva técnica de
investigación, la lingüística forense. Cuando se publicó el
manifiesto, animó a que quien reconociese el estilo lo denunciase a
la policía. Así fue como el hermano de Kaczynski lo reconoció,
entre otras por una frase clave, «No puedes comerte la tarta y
seguir teniéndola», un giro en desuso de un dicho popular que
utilizaba Kaczynski. Kaczynski fue detenido en su cabaña en un
bosque de Montana, juzgado y condenado a ocho cadenas perpetuas
consecutivas. Sus escritos se han publicado en varias lenguas. La
serie que emite Netflix reconstruye esta historia en ocho capítulos,
no todos con la misma intensidad. Los cinco primeros mantienen el
suspense, aunque en los dos siguientes decae la intensidad que se
recupera en el último. Paul Bettany hace un notable papel
representando a Kaczynski.
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