En el contexto actual, la mayoría de los catalanes ha hecho de su pertenencia a la tribu su principal argumento político. Y digo la mayoría porque si durante años fueron los partidos independentistas los que abusaron de manera descarada de la llamada de la tribu, en estos últimos meses fue Ciutadans el que se dio cuenta de que invocar la pertenencia a la otra gran tribu cultural que hay en Cataluña era muy rentable.
Cómo
no estar de acuerdo con lo que constata este artículo: la peligrosa
llamada de la tribu. Es un desastre y nadie sabe qué consecuencias
traerá. Pero como sucede con cualquier equidistancia, si no se
matiza, conduce a la inútil melancolía, una forma de ceguera voluntaria. El autor obvia el contexto.
Cómo hemos llegado hasta aquí y quiénes y cómo han abierto ese
camino. Es como si equiparáramos a los machistas con feministas radicales o al agresor con la víctima que se queja. Si repartimos las culpas por
igual no vamos a solucionar la sumisión de la mujer o la injusticia
cometida con la víctima y ese es el problema principal que un hombre de buena fe debería contemplar. Después
de un conflicto dañino que ha socavado la paz social hay dos movimientos: juzgar a los responsables y
restablecer la justicia. Al articulista parece que no le importa ninguna de las dos cosas o no lo dice o no lo pone en primer lugar de su preocupación.
***
***
Escucho este audio. ¿Responsabilidad del periodista? ¿La tiene? Habla la locutora de que se le revuelven las tripas, también de miseria moral. Palabras fuertes. ¿No debería, al menos, disculparse?
No hay comentarios:
Publicar un comentario