He
visto hace poco la película The
Disaster Artist
y la serie The
Deuce.
En la primera James Franco es el director, en ambas hace de actor y
en
la segunda por partida doble pues interpreta a dos gemelos. Ambas me
han gustado, y creo que James Franco borda sus papeles, aunque
no hasta el punto de guardarlas en la memoria.
The
Disaster Artist
reconstruye los pormenores del rodaje, y algunas escenas, de The
Room (2003),
una de las consideradas como peores películas de la historia. Es
difícil encontrar en estos tiempos una pelí que te haga reír de
veras, esta es una peli desopilante y las escenas que reconstruye son
escenas casi
exactas
del original. En ambas, serie y película la mujer es un objeto al
margen, un elemento decorativo, quizá considerada
un
escalón por encima de los animales domésticos, no, en todo caso, en
plano de igualdad con el hombre. Puede pensarse que lo que hace The
Deuce
es una recreación del nacimiento de la pornografía industrial en
los setenta y que, entonces, el
papel subsidiario de esas mujeres era lo normal (¿acaso ahora no?),
pero el punto de vista que adoptan los productores de la serie no es
el de la mujer humillada sino el del
crecimiento
del
negocio. Algo parecido sucede con The
Disaster Artist
y las mujeres que en ella están representadas como actrices de una
mala película. El protagonista es el director de The
Room
(2003), el
peculiar Tommy
Wiseau, y
podemos pensar que la mujer objeto que en ella aparece es un producto
de la
mente de ese
hombre. Siempre se trata del punto de vista. Y el punto de vista casi
siempre es, y ha sido, masculino y en muchos casos el de un hombre
desequilibrado.
Pienso esto después de leer las acusaciones
contra James Franco como otro depredador sexual, lo
que me hace rebobinar las imágenes ya casi olvidadas para verlas de
otro modo.
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