lunes, 18 de diciembre de 2017

Big Little Lies




         El western, el noir, la ciencia ficción tratan de nuestros ideales o de nuestros deseos, alientan lo bueno que creemos que hay dentro de nosotros, la comedia y el drama en general tratan de la realidad donde tienen lugar nuestra vida cotidiana, alegre a veces, triste y oscura otras. Big little lies es una comedia optimista, el coro alegre que canta otra vez a la vida, a pesar de los momentos oscuros y dramáticos, como en toda vida. Las protagonistas son mujeres, madres con hijos, que en segundo plano sobreviven a la pesada carga del hombre. Hace tiempo que las mujeres ya no son solo un bello objeto decorativo en las películas y en las series, ahora son las protagonistas. Godless y esta serie son dos buenos ejemplos. Pero ya no se trata solo de la lucha de sexos, los hombres que aparecen son buen ejemplo del actual papel del varón en el mundo: el macho que no se adapta y recurre a la violencia, el blandito incómodo en su papel, el triunfador que reconoce a la mujer como su igual si van de la mano, también de la lucha entre las propias mujeres para configurar el mundo a su gusto. La serie está muy bien hecha, es una delicia de vitalidad e inteligencia a la que contribuyen las actrices, el guión tan bien medido y la música, una auténtica delicia. Salvo el último capítulo, sobre el que habría que hacer una reflexión aparte.

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