El
western, el noir, la ciencia ficción tratan de nuestros ideales o de
nuestros deseos, alientan lo bueno que creemos que hay dentro de
nosotros, la comedia y el drama en general tratan de la realidad
donde tienen lugar nuestra vida cotidiana, alegre a veces, triste y
oscura otras. Big little lies es una comedia optimista, el
coro alegre que canta otra vez a la vida, a pesar de los momentos
oscuros y dramáticos, como en toda vida. Las protagonistas son
mujeres, madres con hijos, que en segundo plano sobreviven a la
pesada carga del hombre. Hace tiempo que las mujeres ya no son solo
un bello objeto decorativo en las películas y en las series, ahora
son las protagonistas. Godless y esta serie son dos buenos
ejemplos. Pero ya no se trata solo de la lucha de sexos, los hombres
que aparecen son buen ejemplo del actual papel del varón en el
mundo: el macho que no se adapta y recurre a la violencia, el
blandito incómodo en su papel, el triunfador que reconoce a la mujer
como su igual si van de la mano, también de la lucha entre las
propias mujeres para configurar el mundo a su gusto. La serie está
muy bien hecha, es una delicia de vitalidad e inteligencia a la que
contribuyen las actrices, el guión tan bien medido y la música, una
auténtica delicia. Salvo el último capítulo, sobre el que habría que hacer una reflexión aparte.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario