sábado, 4 de noviembre de 2017

Lluvia


Pastos, algún terreno de cultivo, castañares, robledales, hayedos, colmenas, zonas deshabitadas. El caminante avanza con la sensación de que la tierra no tiene dueño. Claro que hay registros y dueños, que alguien cuida las vacas y limpia los panales, pero qué triste la vida de un hombre atado a un trozo de tierra, que no conoce más mundo que sus pocas hectáreas. Y peor el que cree que ese punto es el centro del cosmos. Sí pudiésemos combinar el espíritu del nómada con las comodidades de la vida sedentaria. La tierra estaba aquí antes de que llegáramos y seguirá después de que nos vayamos. No tiene mucho sentido su parcelación.

La lluvia es uno de los inconvenientes de caminar sin vuelta atrás. Es molesta pero también puede uno adaptarse, porque, al fin, no hay otro remedio. 

Recomendaciones: En Tineo merece la pena el Palacio de Meras,  buena comida y sauna y baño turco incluidos, el Monasterio de Cornellana, Casa Herminia en Cornellana para todo, el mejor alejamiento de el Salvador, El menú del Albergue Primitivo en Berducedo. No en el de Castro, donde no abunda la simpatía.

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