domingo, 29 de octubre de 2017

Manifestación




              Ni siquiera una manifestación bienintencionada añade un gramo de libertad. La libertad es individual, la política sirve para definir las reglas y ensanchar el campo. La manifestación, cualquiera, es una forma de constricción, la reducción de las miles de voces y formas de entender la libertad a un marco restringido. Es duro decirlo, hoy, cuando yo mismo habría ido si hubiese estado en Barcelona. Sé que la vida política convertida en gestión racional y desapasionada de los asuntos públicos, sin más, es ardua, áspera y pertenece al mundo ideal, y que, como ha ocurrido, si se les deja, el vacío sentimental lo llenan rápido los populistas. Creo que la línea divisoria hay que establecerla entre ilustración y reacción, pero la educación es aún insuficiente como para que pueda decirse que todo hombre español o europeo es un ilustrado, ¿quién está listo para comprender que son reaccionarios quienes agitan las pasiones, que están a izquierda y a derecha, que son los nacionalistas y populistas que buscan su suerte estos días? Sin duda esta manifestación era útil y necesaria para arropar a los que se han sentido solos y humillados durante tanto tiempo, quizá a lo largo de toda su vida activa, pero ved cómo aparecen los carroñeros a hacerla suya, aquellos que nunca les atendieron, que les dieron la espalda y que ahora, tras el éxito de la anterior, acuden a recoger los réditos que no son suyos.

No hay comentarios: