400
años de sometimiento, unas pocas décadas de lucha por la
liberación. Es lo que intentaba resumir James Baldwin en las pocas
páginas de su inacabado Remember this House que dan lugar a
este documental, I Am Not Your Negro de Raoul Peck. James
Baldwin, organiza el recuerdo en torno a tres figuras legendarias,
claves de esa lucha, Medgar Evers, Malcolm X y Martin Luther King, su
empeño, su muerte, su asesinato político. 400 años de
postergación, de minoría, de esclavitud, de indignidad. 400 años
es lo que cuesta a la mente blanca y a la mente negra liberarse de la
ligadura de las falsas ideas dañinas, de aceptar esa diferencia. Nos resulta inconcebible, hoy,
aquella distancia entre blancos y negros, la distribución de roles
que ello suponía, la benevolencia y la humillación, para Baldwin la
misma cosa, de los blancos buenos y los blancos malos hacia sus
esclavos o sus sirvientes. Las imágenes son contrastantes,
dialécticas. Ha sucedido en otras épocas y en otros lugares y con
otra gente: el escalón racial o sexual o de clase construido
socialmente pero presentado como una realidad natural. Las ideas
fijas, arraigadas, falsas, edulcoradas, mentirosas. Y lo que cuesta
erradicarlas. La conquista de la dignidad, eso ha sido, es la
modernidad. Dice James Baldwin, servido en la poderosa voz de Samuel
L. Jackson en el documental, que para saberse negro tenía que
mirarse en el espejo, porque si no el no se sabía negro sino hombre.
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